QUITO (AP). La violencia que padece la zona fronteriza entre Ecuador y Colombia debe ser vista con cuidado por ambos países pero también por sus vecinos ya que puede convertirse en un factor de desestabilización en la región, manifestó el lunes el ministro ecuatoriano de Seguridad Interna y Externa, Miguel Carvajal. “No solo es un […]
QUITO (AP). La violencia que padece la zona fronteriza entre Ecuador y Colombia debe ser vista con cuidado por ambos países pero también por sus vecinos ya que puede convertirse en un factor de desestabilización en la región, manifestó el lunes el ministro ecuatoriano de Seguridad Interna y Externa, Miguel Carvajal.
“No solo es un problema de Ecuador y Colombia, sino que es un tema generalizado en la región y obliga a enfrentar de manera generalizada a las organizaciones vinculadas al narcotráfico, también a los grupos irregulares que pueden afectar nuestra población, desestabilizar la región y afectar la gobernabilidad democrática de nuestros países”, precisó Carvajal.
El ministro mencionó las acciones de grupos irregulares como las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), pero además bandas criminales organizadas vinculadas al narcotráfico, a la trata de personas y al tráfico de armas.
Ambos países comparten unos 640 kilómetros de límite, que van desde el océano Pacífico hasta la Amazonia.
El viernes pasado, en el punto cercano al río San Miguel de la frontera entre las dos naciones, se produjo un ataque de las FARC que dejó un saldo de ocho agentes muertos.
Carvajal afirmó que la presencia de los irregulares “nos obliga a reforzar nuestra política de seguridad en la frontera, con presencia de fuerzas armadas, de policías” que busca “estabilizar la frontera, controlar cualquier actividad irregular que pudiera, de manera clandestina, afectar a nuestro país”.
El ministro reiteró el pedido al gobierno colombiano “de incrementar la presencia militar estable, que es la única manera de garantizar el control del estado (colombiano) sobre su territorio” y emitió votos para que “en algún momento, ojalá más temprano de lo que pudiéramos imaginar, Colombia pueda tener tranquilidad”.
“No es tiempo de violencia en América Latina, no es tiempo de violencia en la región, nada justifica este tipo de violencia, son hechos terriblemente lamentables”.
QUITO (AP). La violencia que padece la zona fronteriza entre Ecuador y Colombia debe ser vista con cuidado por ambos países pero también por sus vecinos ya que puede convertirse en un factor de desestabilización en la región, manifestó el lunes el ministro ecuatoriano de Seguridad Interna y Externa, Miguel Carvajal. “No solo es un […]
QUITO (AP). La violencia que padece la zona fronteriza entre Ecuador y Colombia debe ser vista con cuidado por ambos países pero también por sus vecinos ya que puede convertirse en un factor de desestabilización en la región, manifestó el lunes el ministro ecuatoriano de Seguridad Interna y Externa, Miguel Carvajal.
“No solo es un problema de Ecuador y Colombia, sino que es un tema generalizado en la región y obliga a enfrentar de manera generalizada a las organizaciones vinculadas al narcotráfico, también a los grupos irregulares que pueden afectar nuestra población, desestabilizar la región y afectar la gobernabilidad democrática de nuestros países”, precisó Carvajal.
El ministro mencionó las acciones de grupos irregulares como las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), pero además bandas criminales organizadas vinculadas al narcotráfico, a la trata de personas y al tráfico de armas.
Ambos países comparten unos 640 kilómetros de límite, que van desde el océano Pacífico hasta la Amazonia.
El viernes pasado, en el punto cercano al río San Miguel de la frontera entre las dos naciones, se produjo un ataque de las FARC que dejó un saldo de ocho agentes muertos.
Carvajal afirmó que la presencia de los irregulares “nos obliga a reforzar nuestra política de seguridad en la frontera, con presencia de fuerzas armadas, de policías” que busca “estabilizar la frontera, controlar cualquier actividad irregular que pudiera, de manera clandestina, afectar a nuestro país”.
El ministro reiteró el pedido al gobierno colombiano “de incrementar la presencia militar estable, que es la única manera de garantizar el control del estado (colombiano) sobre su territorio” y emitió votos para que “en algún momento, ojalá más temprano de lo que pudiéramos imaginar, Colombia pueda tener tranquilidad”.
“No es tiempo de violencia en América Latina, no es tiempo de violencia en la región, nada justifica este tipo de violencia, son hechos terriblemente lamentables”.