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Columnista - 8 noviembre, 2018

Duque, el nuevo Robin Hood

Hace poco, el hoy presidente de la república, en su calidad de senador, se oponía al incremento del IVA que Santos elevaba del 16 al 19%; como oposición veía los toros detrás de la barrera. Hoy, como presidente, el IVA es parte fundamental de su gobierno lo que muestra su talante retardatario e incoherente ya […]

Hace poco, el hoy presidente de la república, en su calidad de senador, se oponía al incremento del IVA que Santos elevaba del 16 al 19%; como oposición veía los toros detrás de la barrera. Hoy, como presidente, el IVA es parte fundamental de su gobierno lo que muestra su talante retardatario e incoherente ya que el IVA es un impuesto altamente regresivo. Inventos del Viejo de Amagá, decían los paisas que era el IVA porque lo instituyó Belisario Betancur. El IVA es un impuesto al consumo y la seguridad alimentaria, frenando la demanda, factor básico del mercado. En América Latina, el promedio del IVA es 8.5% aunque Uruguay y Argentina cobran 22 y 21% respectivamente; en los países escandinavos cobran hasta el 25% pero allá, el Estado retribuye bien a los ciudadanos y la clase media tiene mayor poder adquisitivo. En Colombia la filosofía del IVA no es redistributiva, es la forma más fácil de suplir los afanes de un Estado improductivo que se acostumbró a vivir de la industria extractiva y requiere muchos recursos para sostener su aparato burocrático. En Colombia, dudo que exista siquiera una clase media; aquí, está definida mecánicamente dentro de un rango de ingresos; en 2017 se estableció entre $590.398 (3/4 de 1SMM) y $2.951.990 (3.8 SMM) y es el 30.9% de la población (pirámide de ingresos de la DIAN); si a esta franja le agregamos los vulnerables y pobres, suman el 97.7%, con ingresos desde cuatro hasta menos de 1SMM. Por lo tanto, quien devengue 1SMM pertenece a la clase media, un “pígua”, p.ej. Este es un rango de pobres aunque el DANE dice que pobre es aquel cuyos ingresos están por debajo de la línea de la pobreza, establecida “ridículamente” en $250.620/mes, para el 2017. Hoy, el 44.8%de la población gana menos de 1SMM y el 16.7% gana 1SMM, 61.5% para ambos rangos. Obviamente, estas divisiones no se corresponden con las realidades económicas, son caprichosas divisiones administrativas. En Colombia solo hay dos estratos: ricos (2.3%) y pobres (97.7%). ¿Cuantos ricos tiene este país? Acorde con la DIAN, son 26.711 personas y 76 ultra ricas, que son aquellas cuyos ingresos superan los $50 billones/año. Bueno, ese pequeño grupo, dueño de más de medio país, es el que rige todos nuestros designios; plutocracia es la palabra para este tipo de gobierno. La reforma tributaria de Duque, apalancada en los impuestos indirectos, es oprobiosa, su impacto será muy desigual; el decil 1, el paupérrimo, tendrá un incremento de 127% mientras que el decil 10, el de los más ricos, solo será exigido con el 28%. Esta contribución a los que más tienen a expensas de los más pobres, convierte a Duque en un Robin Hood de nuevo tipo, esto es, a la inversa. Con esta reforma, el gobierno espera recaudar $37 billones en los próximos cuatro años, mientras que los descuentos a los más ricos ascenderán a $57 billones, se perderán $20. Necesitan recaudar $19 billones para cubrir el faltante pero regalarán $20. ¿Podrá alguien decirme que esta inecuación no es regresiva? ¿Tendrá eso sentido? ¿Podrá demostrarse que la rebaja tributaria al decil 10 más las excepciones, generará puestos de trabajo? Esta es la misma teoría del chocolate derramado. ¿Podría alguien decirme, por qué las bebidas azucaradas quedarán exentas del nuevo IVA? ¿Será cierto que a los estratos bajos les devolverán el IVA? El discurso de esta reforma es cantinflesco. Amanecerá y veremos.

Luis Napoleón de Armas P.

Columnista
8 noviembre, 2018

Duque, el nuevo Robin Hood

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Luis Napoleón de Armas P.

Hace poco, el hoy presidente de la república, en su calidad de senador, se oponía al incremento del IVA que Santos elevaba del 16 al 19%; como oposición veía los toros detrás de la barrera. Hoy, como presidente, el IVA es parte fundamental de su gobierno lo que muestra su talante retardatario e incoherente ya […]


Hace poco, el hoy presidente de la república, en su calidad de senador, se oponía al incremento del IVA que Santos elevaba del 16 al 19%; como oposición veía los toros detrás de la barrera. Hoy, como presidente, el IVA es parte fundamental de su gobierno lo que muestra su talante retardatario e incoherente ya que el IVA es un impuesto altamente regresivo. Inventos del Viejo de Amagá, decían los paisas que era el IVA porque lo instituyó Belisario Betancur. El IVA es un impuesto al consumo y la seguridad alimentaria, frenando la demanda, factor básico del mercado. En América Latina, el promedio del IVA es 8.5% aunque Uruguay y Argentina cobran 22 y 21% respectivamente; en los países escandinavos cobran hasta el 25% pero allá, el Estado retribuye bien a los ciudadanos y la clase media tiene mayor poder adquisitivo. En Colombia la filosofía del IVA no es redistributiva, es la forma más fácil de suplir los afanes de un Estado improductivo que se acostumbró a vivir de la industria extractiva y requiere muchos recursos para sostener su aparato burocrático. En Colombia, dudo que exista siquiera una clase media; aquí, está definida mecánicamente dentro de un rango de ingresos; en 2017 se estableció entre $590.398 (3/4 de 1SMM) y $2.951.990 (3.8 SMM) y es el 30.9% de la población (pirámide de ingresos de la DIAN); si a esta franja le agregamos los vulnerables y pobres, suman el 97.7%, con ingresos desde cuatro hasta menos de 1SMM. Por lo tanto, quien devengue 1SMM pertenece a la clase media, un “pígua”, p.ej. Este es un rango de pobres aunque el DANE dice que pobre es aquel cuyos ingresos están por debajo de la línea de la pobreza, establecida “ridículamente” en $250.620/mes, para el 2017. Hoy, el 44.8%de la población gana menos de 1SMM y el 16.7% gana 1SMM, 61.5% para ambos rangos. Obviamente, estas divisiones no se corresponden con las realidades económicas, son caprichosas divisiones administrativas. En Colombia solo hay dos estratos: ricos (2.3%) y pobres (97.7%). ¿Cuantos ricos tiene este país? Acorde con la DIAN, son 26.711 personas y 76 ultra ricas, que son aquellas cuyos ingresos superan los $50 billones/año. Bueno, ese pequeño grupo, dueño de más de medio país, es el que rige todos nuestros designios; plutocracia es la palabra para este tipo de gobierno. La reforma tributaria de Duque, apalancada en los impuestos indirectos, es oprobiosa, su impacto será muy desigual; el decil 1, el paupérrimo, tendrá un incremento de 127% mientras que el decil 10, el de los más ricos, solo será exigido con el 28%. Esta contribución a los que más tienen a expensas de los más pobres, convierte a Duque en un Robin Hood de nuevo tipo, esto es, a la inversa. Con esta reforma, el gobierno espera recaudar $37 billones en los próximos cuatro años, mientras que los descuentos a los más ricos ascenderán a $57 billones, se perderán $20. Necesitan recaudar $19 billones para cubrir el faltante pero regalarán $20. ¿Podrá alguien decirme que esta inecuación no es regresiva? ¿Tendrá eso sentido? ¿Podrá demostrarse que la rebaja tributaria al decil 10 más las excepciones, generará puestos de trabajo? Esta es la misma teoría del chocolate derramado. ¿Podría alguien decirme, por qué las bebidas azucaradas quedarán exentas del nuevo IVA? ¿Será cierto que a los estratos bajos les devolverán el IVA? El discurso de esta reforma es cantinflesco. Amanecerá y veremos.

Luis Napoleón de Armas P.