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Columnista - 22 julio, 2010

Doscientos años y algo más…

DOS PUNTOS Por: Germán Piedrahíta R. Celebramos los doscientos años y todo el país se cubrió de música. Todas las ciudades sacaron sus banderas y pusieron a sonar su espíritu. Y vimos algunos de los espectáculos y allí es en donde creo que el tiempo me está alterando mi entendimiento pues aun conociendo y habiendo […]

DOS PUNTOS

Por: Germán Piedrahíta R.

Celebramos los doscientos años y todo el país se cubrió de música. Todas las ciudades sacaron sus banderas y pusieron a sonar su espíritu. Y vimos algunos de los espectáculos y allí es en donde creo que el tiempo me está alterando mi entendimiento pues aun conociendo y habiendo participado de las nuevas expresiones del arte, me hago la pregunta que muchas veces sale de los labios del común.
Desde hace ya varios años el teatro, siguiendo los pasos de la pintura se lanzó a la muestra de lo conceptual, de lo indescifrable, de lo enredado, quizá pensando, los directores, como algunos pintores y músicos, que TODO el mundo puede “leer” lo que ellos escriben.
En Bogotá nos quisieron mostrar el grito de independencia y con el perdón del maestro Santiago García creo que la mayoría del público no pudo leer su novela por que su “simbolismo” sólo estaba en la cabeza del director y el entendimiento de sus actores. Al golpe sincopado de unos tambores la epilepsia, el “mal de San Vito” fue la representación de ese altercado en el que se terminó rompiendo un florero.
Los gritos destemplados, alaridos de selva virgen y los desplazamientos que sólo ellos entendían terminaron en una desapacible voz repitiendo la famosa frase del “tribuno del pueblo” mientras se iluminaba la casa del florero. ¿Danza? ¿Teatro? ¿Modernismo?
y después se preguntan, los actores, porqué el pueblo no va las salas de teatro y prefiere una telenovela o cualquier película en donde lo blanco es blanco y lo negro no está lleno de grises.
Al final todos aplauden y más cuando lo que vieron, fue gratis. ¿Cuándo volveremos al teatro con diálogos, vestuario, escenografía e historias que todos los presentes puedan entender?. Doscientos años y puro malabarismo.
Hoy Colombia estará acusando a un hermano de su propia ineptitud. ¿Quién acusa? El país que tiene la guerrilla más antigua del mundo y no es culpa de los vecinos. Un país en el que se murió de viejo el guerrillero al que todos los meses tenían rodeado. Un país que puede señalar la ubicación de sus guerrilleros en otro país pero no es capaz de ubicar a los que están en el propio.
Un país que se irrita porque sus subversivos pasan sus fronteras y culpa a los vecinos por no cuidarlas. Un país que es el mayor productor de coca, pero acusa a otros porque no impiden su paso por otras tierras. Un país en el que su principal mandatario creo las AUC y señala de violentos a lugares en donde no asesinan periodistas, sindicalistas ni defensores de derechos humanos. Un país con el más alto grado de desempleo y miseria en el continente. Un país con la mitad de su Congreso preso o judicializado acusados de ser narcos o paracos. Un país en donde su vice es acusado por el “monito” de proyectar la creación del bloque Capital paraco.
Un país en donde el ministro de gobierno tiene preso a su hermano por narcopara. Un país en donde su cuerpo de seguridad, bajo el mando presidencial,  “chuza” a la rama judicial para chantajearla. Un país en donde los militares ascienden por asesinar a sus conciudadanos. Un país con el más alto número de secuestrados, pero sólo importan los que son militares, extranjeros, ricos o famosos. Un país en donde se reelige con trampas y los tramposos están presos pero el favorecido es transparente como el carbón.  Un país en donde se “decapitan” generales sin nunca saberse si eran culpables para ser dados de baja. Un país en donde se paga por la delación o por entregar manos cortadas. Un país en donde sus egregios liberados demandan al país sin importarles la sangre y costos de su liberación y son reelegidos. Un país en donde los hijos del presidente realizan negocios inmorales y terminan siendo aplaudidos. Un país en donde el “amigo” de “mala leche” destapa “refritos” y después da palmadas en la espalda a sabiendas del daño ya hecho.
El país en donde los “pobrecitos” millonarios reciben subsidios y la sanguijuela se pelea la presidencia. Un país en donde quieren que se cuiden unos “huevitos” por que no se tienen los huevos para aceptar la derrota. Y nos atrevemos a acusar cuando ni siquiera podemos cuidar y solucionar nuestros entuertos.
Dos exposiciones a visitar en el Guatapurí Plaza, una sobre el bicentenario con poesías desde 1800 hasta nuestros poetas y la muy espectacular de los dinosaurios de la Patagonia, que después de su periplo por Europa y Colombia, llega a Valledupar.

[email protected]

P:D: Las  diferencias sobre doña Concepción Loperena se zanjan  exhibiendo los documentos originales que reposan en manos de sus descendientes.

Columnista
22 julio, 2010

Doscientos años y algo más…

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Germán Piedrahíta R.

DOS PUNTOS Por: Germán Piedrahíta R. Celebramos los doscientos años y todo el país se cubrió de música. Todas las ciudades sacaron sus banderas y pusieron a sonar su espíritu. Y vimos algunos de los espectáculos y allí es en donde creo que el tiempo me está alterando mi entendimiento pues aun conociendo y habiendo […]


DOS PUNTOS

Por: Germán Piedrahíta R.

Celebramos los doscientos años y todo el país se cubrió de música. Todas las ciudades sacaron sus banderas y pusieron a sonar su espíritu. Y vimos algunos de los espectáculos y allí es en donde creo que el tiempo me está alterando mi entendimiento pues aun conociendo y habiendo participado de las nuevas expresiones del arte, me hago la pregunta que muchas veces sale de los labios del común.
Desde hace ya varios años el teatro, siguiendo los pasos de la pintura se lanzó a la muestra de lo conceptual, de lo indescifrable, de lo enredado, quizá pensando, los directores, como algunos pintores y músicos, que TODO el mundo puede “leer” lo que ellos escriben.
En Bogotá nos quisieron mostrar el grito de independencia y con el perdón del maestro Santiago García creo que la mayoría del público no pudo leer su novela por que su “simbolismo” sólo estaba en la cabeza del director y el entendimiento de sus actores. Al golpe sincopado de unos tambores la epilepsia, el “mal de San Vito” fue la representación de ese altercado en el que se terminó rompiendo un florero.
Los gritos destemplados, alaridos de selva virgen y los desplazamientos que sólo ellos entendían terminaron en una desapacible voz repitiendo la famosa frase del “tribuno del pueblo” mientras se iluminaba la casa del florero. ¿Danza? ¿Teatro? ¿Modernismo?
y después se preguntan, los actores, porqué el pueblo no va las salas de teatro y prefiere una telenovela o cualquier película en donde lo blanco es blanco y lo negro no está lleno de grises.
Al final todos aplauden y más cuando lo que vieron, fue gratis. ¿Cuándo volveremos al teatro con diálogos, vestuario, escenografía e historias que todos los presentes puedan entender?. Doscientos años y puro malabarismo.
Hoy Colombia estará acusando a un hermano de su propia ineptitud. ¿Quién acusa? El país que tiene la guerrilla más antigua del mundo y no es culpa de los vecinos. Un país en el que se murió de viejo el guerrillero al que todos los meses tenían rodeado. Un país que puede señalar la ubicación de sus guerrilleros en otro país pero no es capaz de ubicar a los que están en el propio.
Un país que se irrita porque sus subversivos pasan sus fronteras y culpa a los vecinos por no cuidarlas. Un país que es el mayor productor de coca, pero acusa a otros porque no impiden su paso por otras tierras. Un país en el que su principal mandatario creo las AUC y señala de violentos a lugares en donde no asesinan periodistas, sindicalistas ni defensores de derechos humanos. Un país con el más alto grado de desempleo y miseria en el continente. Un país con la mitad de su Congreso preso o judicializado acusados de ser narcos o paracos. Un país en donde su vice es acusado por el “monito” de proyectar la creación del bloque Capital paraco.
Un país en donde el ministro de gobierno tiene preso a su hermano por narcopara. Un país en donde su cuerpo de seguridad, bajo el mando presidencial,  “chuza” a la rama judicial para chantajearla. Un país en donde los militares ascienden por asesinar a sus conciudadanos. Un país con el más alto número de secuestrados, pero sólo importan los que son militares, extranjeros, ricos o famosos. Un país en donde se reelige con trampas y los tramposos están presos pero el favorecido es transparente como el carbón.  Un país en donde se “decapitan” generales sin nunca saberse si eran culpables para ser dados de baja. Un país en donde se paga por la delación o por entregar manos cortadas. Un país en donde sus egregios liberados demandan al país sin importarles la sangre y costos de su liberación y son reelegidos. Un país en donde los hijos del presidente realizan negocios inmorales y terminan siendo aplaudidos. Un país en donde el “amigo” de “mala leche” destapa “refritos” y después da palmadas en la espalda a sabiendas del daño ya hecho.
El país en donde los “pobrecitos” millonarios reciben subsidios y la sanguijuela se pelea la presidencia. Un país en donde quieren que se cuiden unos “huevitos” por que no se tienen los huevos para aceptar la derrota. Y nos atrevemos a acusar cuando ni siquiera podemos cuidar y solucionar nuestros entuertos.
Dos exposiciones a visitar en el Guatapurí Plaza, una sobre el bicentenario con poesías desde 1800 hasta nuestros poetas y la muy espectacular de los dinosaurios de la Patagonia, que después de su periplo por Europa y Colombia, llega a Valledupar.

[email protected]

P:D: Las  diferencias sobre doña Concepción Loperena se zanjan  exhibiendo los documentos originales que reposan en manos de sus descendientes.