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Columnista - 5 noviembre, 2023

Dos temas y la ñapa

Queda en esta reforma a la Carta Política el sabor amargo de un absurdo centralismo, pues si lo que se busca es que haya un ganador claro debió pensarse en que la segunda vuelta que existe para la elección a la Alcaldía de Bogotá se aplique también en todo el país, y la razón es obvia, en municipios como Pueblo Bello (Cesar), y en más de 60 municipios de Colombia, se eligieron alcaldes con un margen sumamente estrecho; esto genera suspicacias en los electores, al punto que ha habido confrontaciones con la fuerza pública.

En las pasadas elecciones regionales se registraron dos acontecimientos que nos sirven de insumo para el editorial de hoy. Son estos: la segunda vuelta en las elecciones para la Alcaldía en el Distrito Capital, la que no fue necesaria, pues Carlos Fernando Galán logró aventajar a Juan Daniel Oviedo, por más del 10 % de los votos válidos, y por haber obtenido una votación del 40 % de los votos sufragados, condiciones expresamente señaladas en el Acto Legislativo 03/2019. La segunda vuelta se habría tenido que realizar el 19 de noviembre con los citados candidatos.


No obstante, queda en esta reforma a la Carta Política el sabor amargo de un absurdo centralismo, pues si lo que se busca es que haya un ganador claro debió pensarse en que la segunda vuelta que existe para la elección a la Alcaldía de Bogotá se aplique también en todo el país, y la razón es obvia, en municipios como Pueblo Bello (Cesar), y en más de 60 municipios de Colombia, se eligieron alcaldes con un margen sumamente estrecho; esto genera suspicacias en los electores, al punto que ha habido confrontaciones con la fuerza pública.


En síntesis, no hay derecho para que se piense solo en la capital del país, como si la democracia se pudiese sectorizar a una franja exclusiva y privilegiada de la población colombiana, con exclusión de las demás regiones.


Otro hecho que llama la atención desde el punto de vista jurídico, y es el segundo tema, fue la elección del alcalde de Tunja, Mikjail Krasnov, quien obtuvo el 31.56 % de los votos válidos. Este señor nació hace 45 años en la Unión Soviética, es economista, cuenta con un doctorado en Sociología Económica y Demográfica, y tiene cuatro maestrías en Pedagogía, Economía, Sociología y Relaciones Internacionales, es decir, está más preparado que un yogurt. Ha vivido en Tunja desde los últimos 15 años laborando como profesor de la UPTC (Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia) y la ESAP (Escuela Superior de Administración Pública). Se preguntará usted: ¿cómo una persona siendo extranjera puede ser elegida como alcalde de Tunja? La respuesta es muy simple. El señor Krasnov obtuvo la nacionalidad colombiana y ha vivido en Tunja por más de 3 años consecutivos, luego se cumplen con los requisitos señalados en la Ley 1617/2013. La exigencia de ser colombiano de nacimiento solo aplica para quien quiera hacerse elegir como presidente o vicepresidente de Colombia, de conformidad con lo expresamente regulado en el artículo 82 de la Carta Política.


Ahora vamos con la ñapa. Al Pacto Histórico no le fue bien en las pasadas elecciones a la Gobernación del Cesar, pues su candidata solo obtuvo 28.000 votos, pero qué decir del Centro Democrático, que logró tan solo ganar en tres de los 25 municipios. Es necesaria la autocrítica, aprender de los errores e insistir, pues en Colombia, no hay muertes políticas y el que no espera vencer, ya está vencido.


Nota de cierre: los lamentables hechos ocurridos en Gamarra (Cesar) que cobraron la vida de la señora Duperly Arévalo Carrascal, sin lugar a dudas, empañaron las elecciones regionales. Nuestro vehemente repudio a situaciones de esta naturaleza. A sus familiares, amigos y relacionados, nuestras más sinceras condolencias.
Por: Darío Arregocés Baute/ [email protected]

Columnista
5 noviembre, 2023

Dos temas y la ñapa

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Dario Arregoces

Queda en esta reforma a la Carta Política el sabor amargo de un absurdo centralismo, pues si lo que se busca es que haya un ganador claro debió pensarse en que la segunda vuelta que existe para la elección a la Alcaldía de Bogotá se aplique también en todo el país, y la razón es obvia, en municipios como Pueblo Bello (Cesar), y en más de 60 municipios de Colombia, se eligieron alcaldes con un margen sumamente estrecho; esto genera suspicacias en los electores, al punto que ha habido confrontaciones con la fuerza pública.


En las pasadas elecciones regionales se registraron dos acontecimientos que nos sirven de insumo para el editorial de hoy. Son estos: la segunda vuelta en las elecciones para la Alcaldía en el Distrito Capital, la que no fue necesaria, pues Carlos Fernando Galán logró aventajar a Juan Daniel Oviedo, por más del 10 % de los votos válidos, y por haber obtenido una votación del 40 % de los votos sufragados, condiciones expresamente señaladas en el Acto Legislativo 03/2019. La segunda vuelta se habría tenido que realizar el 19 de noviembre con los citados candidatos.


No obstante, queda en esta reforma a la Carta Política el sabor amargo de un absurdo centralismo, pues si lo que se busca es que haya un ganador claro debió pensarse en que la segunda vuelta que existe para la elección a la Alcaldía de Bogotá se aplique también en todo el país, y la razón es obvia, en municipios como Pueblo Bello (Cesar), y en más de 60 municipios de Colombia, se eligieron alcaldes con un margen sumamente estrecho; esto genera suspicacias en los electores, al punto que ha habido confrontaciones con la fuerza pública.


En síntesis, no hay derecho para que se piense solo en la capital del país, como si la democracia se pudiese sectorizar a una franja exclusiva y privilegiada de la población colombiana, con exclusión de las demás regiones.


Otro hecho que llama la atención desde el punto de vista jurídico, y es el segundo tema, fue la elección del alcalde de Tunja, Mikjail Krasnov, quien obtuvo el 31.56 % de los votos válidos. Este señor nació hace 45 años en la Unión Soviética, es economista, cuenta con un doctorado en Sociología Económica y Demográfica, y tiene cuatro maestrías en Pedagogía, Economía, Sociología y Relaciones Internacionales, es decir, está más preparado que un yogurt. Ha vivido en Tunja desde los últimos 15 años laborando como profesor de la UPTC (Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia) y la ESAP (Escuela Superior de Administración Pública). Se preguntará usted: ¿cómo una persona siendo extranjera puede ser elegida como alcalde de Tunja? La respuesta es muy simple. El señor Krasnov obtuvo la nacionalidad colombiana y ha vivido en Tunja por más de 3 años consecutivos, luego se cumplen con los requisitos señalados en la Ley 1617/2013. La exigencia de ser colombiano de nacimiento solo aplica para quien quiera hacerse elegir como presidente o vicepresidente de Colombia, de conformidad con lo expresamente regulado en el artículo 82 de la Carta Política.


Ahora vamos con la ñapa. Al Pacto Histórico no le fue bien en las pasadas elecciones a la Gobernación del Cesar, pues su candidata solo obtuvo 28.000 votos, pero qué decir del Centro Democrático, que logró tan solo ganar en tres de los 25 municipios. Es necesaria la autocrítica, aprender de los errores e insistir, pues en Colombia, no hay muertes políticas y el que no espera vencer, ya está vencido.


Nota de cierre: los lamentables hechos ocurridos en Gamarra (Cesar) que cobraron la vida de la señora Duperly Arévalo Carrascal, sin lugar a dudas, empañaron las elecciones regionales. Nuestro vehemente repudio a situaciones de esta naturaleza. A sus familiares, amigos y relacionados, nuestras más sinceras condolencias.
Por: Darío Arregocés Baute/ [email protected]