El mes de enero nos hace despertar del letargo propio de las fiestas de fin de año. No obstante, en medio de esta pesadilla, surge una muy buena noticia para nuestro maltratado bolsillo...
Si algún temor despierta los inicios de año son las alzas desmesuradas en los productos de la canasta básica en los arriendos, Soat, el impuesto predial, peajes entre otros. Es por ello, que el mes de enero nos hace despertar del letargo propio de las fiestas de fin de año. No obstante, en medio de esta pesadilla, surge una muy buena noticia para nuestro maltratado bolsillo, y es que el impuesto a las transacciones bancarias, Gravamen a Movimientos Financieros (GMF), creado mediante Decreto 2331/1998, siendo presidente Pastrana hijo, como forma de aliviar al sector financiero estableciéndose en un 2 x 1.000, con la promesa de que era un impuesto “transitorio”, que se subió al 4 x 1.000 y cuya duración lleva de más de 25 años, se modifica gracias a que ‘Gobierno del Cambio’, logró que el Congreso aprobara la Ley 2227/2022 en virtud de la cual se determina que solo pagarán dicho impuesto las transacciones bancarias de un monto superior a los $16.472.750.
La noticia, como era de suponerse, no ha tenido mayor difusión en los medios tradicionales, pero al margen de eso, es sin lugar a dudas una buena noticia, para comenzar este 2025.
La segunda buena noticia con la que cierra el año, es el decreto mediante el cual se establece un incremento del 9.54 % del salario mínimo legal mensual, quedando en la suma de $1.423.500. Se defiende así, el poder adquisitivo de la moneda y a la clase trabajadora, al tiempo que se dinamiza la economía. Por décadas se reguló el salario de los colombianos de forma mezquina con el propósito de reducir el desempleo, y controlar la inflación, pero no se logró ni lo uno ni lo otro. El Gobierno, viene demostrando con cifras elocuentes, que la justicia salarial en nada afecta el crecimiento de la economía, y la OCDE ubica a Colombia, entre 37 naciones, como el país con la sexta mejor economía del mundo.
En síntesis, muy a pesar de la desinformación reinante, y de los pronósticos apocalípticos, Colombia va bien, y se espera que le vaya mejor, en este 2025 que apenas comienza. ¡Que así sea!
La frase de cierre: “No somos los periodistas ni los ciudadanos los que dejamos que el periodismo cayera en manos de la economía, es este modelo, donde el dinero termina controlándolo todo. Si el dinero logra corromper a los políticos, logra ganar las elecciones, logra impunidad judicial para los ricos, ¿por qué no iba a dominar el periodismo?”. Pascual Serrano, escritor y periodista español.
Por: Dario Arregocés Baute. / [email protected]
El mes de enero nos hace despertar del letargo propio de las fiestas de fin de año. No obstante, en medio de esta pesadilla, surge una muy buena noticia para nuestro maltratado bolsillo...
Si algún temor despierta los inicios de año son las alzas desmesuradas en los productos de la canasta básica en los arriendos, Soat, el impuesto predial, peajes entre otros. Es por ello, que el mes de enero nos hace despertar del letargo propio de las fiestas de fin de año. No obstante, en medio de esta pesadilla, surge una muy buena noticia para nuestro maltratado bolsillo, y es que el impuesto a las transacciones bancarias, Gravamen a Movimientos Financieros (GMF), creado mediante Decreto 2331/1998, siendo presidente Pastrana hijo, como forma de aliviar al sector financiero estableciéndose en un 2 x 1.000, con la promesa de que era un impuesto “transitorio”, que se subió al 4 x 1.000 y cuya duración lleva de más de 25 años, se modifica gracias a que ‘Gobierno del Cambio’, logró que el Congreso aprobara la Ley 2227/2022 en virtud de la cual se determina que solo pagarán dicho impuesto las transacciones bancarias de un monto superior a los $16.472.750.
La noticia, como era de suponerse, no ha tenido mayor difusión en los medios tradicionales, pero al margen de eso, es sin lugar a dudas una buena noticia, para comenzar este 2025.
La segunda buena noticia con la que cierra el año, es el decreto mediante el cual se establece un incremento del 9.54 % del salario mínimo legal mensual, quedando en la suma de $1.423.500. Se defiende así, el poder adquisitivo de la moneda y a la clase trabajadora, al tiempo que se dinamiza la economía. Por décadas se reguló el salario de los colombianos de forma mezquina con el propósito de reducir el desempleo, y controlar la inflación, pero no se logró ni lo uno ni lo otro. El Gobierno, viene demostrando con cifras elocuentes, que la justicia salarial en nada afecta el crecimiento de la economía, y la OCDE ubica a Colombia, entre 37 naciones, como el país con la sexta mejor economía del mundo.
En síntesis, muy a pesar de la desinformación reinante, y de los pronósticos apocalípticos, Colombia va bien, y se espera que le vaya mejor, en este 2025 que apenas comienza. ¡Que así sea!
La frase de cierre: “No somos los periodistas ni los ciudadanos los que dejamos que el periodismo cayera en manos de la economía, es este modelo, donde el dinero termina controlándolo todo. Si el dinero logra corromper a los políticos, logra ganar las elecciones, logra impunidad judicial para los ricos, ¿por qué no iba a dominar el periodismo?”. Pascual Serrano, escritor y periodista español.
Por: Dario Arregocés Baute. / [email protected]