La cédula es el ADN jurídico e intransferible de identificación personal de ciudadanía. El número es único e irrepetible para cada ciudadano o ciudadana. Por lo tanto, no existe explicación legal para que dos personas tengan el mismo número de cédula; no obstante, les presento este caso. El 30 de marzo, en la noche, vimos […]
La cédula es el ADN jurídico e intransferible de identificación personal de ciudadanía. El número es único e irrepetible para cada ciudadano o ciudadana. Por lo tanto, no existe explicación legal para que dos personas tengan el mismo número de cédula; no obstante, les presento este caso.
El 30 de marzo, en la noche, vimos en Noticias Caracol que, en un asilo Barrancabermeja, le celebraban a Sara Corzo los 118 años. En mi caso particular, sentí una inmensa alegría, porque llegar a esa edad es un triunfo de la vida y una bendición de Dios; pero fue grande mi sorpresa, porque ese es el nombre de mi abuela, fallecida el 30 de julio de 1996 en Valledupar; y fue superior el asombro, cuando muestran en televisión la imagen de la cédula de la cumplimentada: nacida en Valledupar el 30 de marzo de 1901, y expedida en Bogotá el 8 de julio de 1958. Y aparece el registrador de Barrancabermeja, con computador en mano, diciendo que el documento fue actualizado, en esa ciudad, el 14 de noviembre de 2002.
Grabé con mi celular la cédula presentada. Le pedí a mi señora que buscara la original de mi abuela, y comprobé, además, que la fecha y lugar de nacimiento coinciden, lo mismo que la fecha y lugar de expedición, y el número: 20.041.172. Enseguida pensé: aquí hay gato encerrado. Mi abuela estuvo una temporada de 1958 en Bogotá con su hijo Alberto Sierra Corzo, y allí sacó la cédula. Siempre vivió en Valledupar, con su negocio de arriendo de habitaciones, venta de comidas y una colmena de dulces y gaseosas.
Me comuniqué con algunos familiares y les comenté la situación. Al día siguiente uno de ellos se puso en contacto con el registrador de Valledupar, quien se comunica con su homólogo de Barrancabermeja y este ordena tomar las huellas dactilares a la longeva señora del asilo, que fueron remitidas a la Registraduría Nacional en Bogotá. En diez o quince días se determinará la verdadera identidad de dicha señora.
Esperamos que todo se aclare. Como algunos lectores, se van a hacer esta pregunta: “¿Si Sara Corzo nació en 1901, por qué apenas sacó la cédula en 1958?” Se debe recordar que es a partir de 1956 cuando las mujeres adquieren los derechos de ciudadanía y de participación en elecciones en el país. La primera cédula expedida a una mujer en Colombia fue el 25 de mayo de 1956, a Carola Correa de Rojas, esposa del entonces presidente Gustavo Rojas Pinilla.
La cédula es el ADN jurídico e intransferible de identificación personal de ciudadanía. El número es único e irrepetible para cada ciudadano o ciudadana. Por lo tanto, no existe explicación legal para que dos personas tengan el mismo número de cédula; no obstante, les presento este caso. El 30 de marzo, en la noche, vimos […]
La cédula es el ADN jurídico e intransferible de identificación personal de ciudadanía. El número es único e irrepetible para cada ciudadano o ciudadana. Por lo tanto, no existe explicación legal para que dos personas tengan el mismo número de cédula; no obstante, les presento este caso.
El 30 de marzo, en la noche, vimos en Noticias Caracol que, en un asilo Barrancabermeja, le celebraban a Sara Corzo los 118 años. En mi caso particular, sentí una inmensa alegría, porque llegar a esa edad es un triunfo de la vida y una bendición de Dios; pero fue grande mi sorpresa, porque ese es el nombre de mi abuela, fallecida el 30 de julio de 1996 en Valledupar; y fue superior el asombro, cuando muestran en televisión la imagen de la cédula de la cumplimentada: nacida en Valledupar el 30 de marzo de 1901, y expedida en Bogotá el 8 de julio de 1958. Y aparece el registrador de Barrancabermeja, con computador en mano, diciendo que el documento fue actualizado, en esa ciudad, el 14 de noviembre de 2002.
Grabé con mi celular la cédula presentada. Le pedí a mi señora que buscara la original de mi abuela, y comprobé, además, que la fecha y lugar de nacimiento coinciden, lo mismo que la fecha y lugar de expedición, y el número: 20.041.172. Enseguida pensé: aquí hay gato encerrado. Mi abuela estuvo una temporada de 1958 en Bogotá con su hijo Alberto Sierra Corzo, y allí sacó la cédula. Siempre vivió en Valledupar, con su negocio de arriendo de habitaciones, venta de comidas y una colmena de dulces y gaseosas.
Me comuniqué con algunos familiares y les comenté la situación. Al día siguiente uno de ellos se puso en contacto con el registrador de Valledupar, quien se comunica con su homólogo de Barrancabermeja y este ordena tomar las huellas dactilares a la longeva señora del asilo, que fueron remitidas a la Registraduría Nacional en Bogotá. En diez o quince días se determinará la verdadera identidad de dicha señora.
Esperamos que todo se aclare. Como algunos lectores, se van a hacer esta pregunta: “¿Si Sara Corzo nació en 1901, por qué apenas sacó la cédula en 1958?” Se debe recordar que es a partir de 1956 cuando las mujeres adquieren los derechos de ciudadanía y de participación en elecciones en el país. La primera cédula expedida a una mujer en Colombia fue el 25 de mayo de 1956, a Carola Correa de Rojas, esposa del entonces presidente Gustavo Rojas Pinilla.