Para este vigente tema como golpe ambiental, digamos que no basta tener una legislación muy avanzada en materia ambiental, como lo promovió el extinto expresidente Misael Pastrana Borrero, si el tema no es prioritario para el gobierno actual. Anotamos lo anterior porque nos parece una paradoja que los colombianos, aun cuando contamos con una de […]
Para este vigente tema como golpe ambiental, digamos que no basta tener una legislación muy avanzada en materia ambiental, como lo promovió el extinto expresidente Misael Pastrana Borrero, si el tema no es prioritario para el gobierno actual.
Anotamos lo anterior porque nos parece una paradoja que los colombianos, aun cuando contamos con una de las legislaciones más completas del mundo en esta materia y una Constitución modelo verde a nivel internacional, la política actual sea objeto de vaivenes politiqueros y claro punto de crítica y llamados de alarma.
Pero esta, como cualquier otra administración nacional, consideramos nosotros, debe juzgarse por sus logros y, obvio, por sus fracasos, y no por los gustos personales o por la complacencia de quien la preside. Pero administramos con el arrebato de los politiqueros, en trance de conseguir votos y de cumplir cuotas politiqueras.
Pero vamos al grano. Se cumplió días atrás la llamada jugadita de pedir renuncia y aceptarla como efectivamente sucedió con la directora de Parques Nacionales Naturales de Colombia, en cabeza de la abogada Julia Miranda Londoño, quien presidía esta institución con conocimiento y lujo de detalle desde el año 2004, como quiera que tenía 16 años de estar al frente de este cargo, asistida con el firme propósito de defender los recursos naturales de Colombia. Pero fíjense ustedes que se valieron del interés de cambio de gabinete para aceptarle la renuncia sin considerar las condiciones de conocimiento de lo ambiental que tiene esta servidora pública, que contaba con la primera y definitiva característica del servidor público, que es su vocación. Su trabajo, más que un generador de desarrollo profesional o de su respectivo salario, ella estaba allí sin color político, aprovechando la oportunidad de servirle a la comunidad aplicando al máximo las mejores de sus habilidades técnicas.
Tenemos entendido que ella trabajaba por un sueño que debe ser colectivo como el ambiental, como una especie de sacerdote, con una ilusión que la llevaba a imponerse sobre aquellas minorías corruptas que se encuentran enquistadas en diferentes espacios de la administración pública.
Ella es una persona capacitada e informada, y lo digo con conocimiento, ya que tuve la oportunidad de escucharla en varias exposiciones al respecto del tema ambiental. Ella sabía lo que tenía que hacer, muy reflexiva. Con estas palabras de ninguna manera quiero posar como defensor de oficio de esta excelsa profesional con una gran sensibilidad y compromiso con los asuntos ambientales, pero, por eso, merecía y merecerá la confianza de la gran mayoría de los colombianos para permanecer en el cargo.
Es preciso manifestar que en nuestro país no es que no existan políticas ambientales, sí existen, pero el discurso abstracto de muchos gobernantes y empresarios no corresponde con sus prácticas concretas.
Nosotros hablamos del calentamiento global, padecemos los desórdenes catastróficos de la naturaleza, pero pretendemos enfrentar nuevos y graves problemas de supervivencia de la especie humana con los viejos métodos de partidos y gobiernos.
Vale la pena puntualizar, como lo hemos expresado en muchas oportunidades, que si no tomamos la iniciativa de impedir aquello que destruye nuestra calidad de vida, la politiquería y los gobiernos con sus perversos allegados y aliados depredadores, seguirán produciéndose modelos de injusticias sociales, corrupción de lo público y destrucción del medio ambiente.
NOTA: Nos preguntamos: ¿será que el recién escogido director de Parques Nacionales Naturales tendrá la experticia en lo ambiental para abordar acciones en esta posición tan exigente? Bonito y apreciable aguinaldo del gobierno a la madre naturaleza, que en la actualidad cuenta, en nuestro país, con 58 áreas protegidas, 12 santuarios de fauna y flora y aún más.
Para este vigente tema como golpe ambiental, digamos que no basta tener una legislación muy avanzada en materia ambiental, como lo promovió el extinto expresidente Misael Pastrana Borrero, si el tema no es prioritario para el gobierno actual. Anotamos lo anterior porque nos parece una paradoja que los colombianos, aun cuando contamos con una de […]
Para este vigente tema como golpe ambiental, digamos que no basta tener una legislación muy avanzada en materia ambiental, como lo promovió el extinto expresidente Misael Pastrana Borrero, si el tema no es prioritario para el gobierno actual.
Anotamos lo anterior porque nos parece una paradoja que los colombianos, aun cuando contamos con una de las legislaciones más completas del mundo en esta materia y una Constitución modelo verde a nivel internacional, la política actual sea objeto de vaivenes politiqueros y claro punto de crítica y llamados de alarma.
Pero esta, como cualquier otra administración nacional, consideramos nosotros, debe juzgarse por sus logros y, obvio, por sus fracasos, y no por los gustos personales o por la complacencia de quien la preside. Pero administramos con el arrebato de los politiqueros, en trance de conseguir votos y de cumplir cuotas politiqueras.
Pero vamos al grano. Se cumplió días atrás la llamada jugadita de pedir renuncia y aceptarla como efectivamente sucedió con la directora de Parques Nacionales Naturales de Colombia, en cabeza de la abogada Julia Miranda Londoño, quien presidía esta institución con conocimiento y lujo de detalle desde el año 2004, como quiera que tenía 16 años de estar al frente de este cargo, asistida con el firme propósito de defender los recursos naturales de Colombia. Pero fíjense ustedes que se valieron del interés de cambio de gabinete para aceptarle la renuncia sin considerar las condiciones de conocimiento de lo ambiental que tiene esta servidora pública, que contaba con la primera y definitiva característica del servidor público, que es su vocación. Su trabajo, más que un generador de desarrollo profesional o de su respectivo salario, ella estaba allí sin color político, aprovechando la oportunidad de servirle a la comunidad aplicando al máximo las mejores de sus habilidades técnicas.
Tenemos entendido que ella trabajaba por un sueño que debe ser colectivo como el ambiental, como una especie de sacerdote, con una ilusión que la llevaba a imponerse sobre aquellas minorías corruptas que se encuentran enquistadas en diferentes espacios de la administración pública.
Ella es una persona capacitada e informada, y lo digo con conocimiento, ya que tuve la oportunidad de escucharla en varias exposiciones al respecto del tema ambiental. Ella sabía lo que tenía que hacer, muy reflexiva. Con estas palabras de ninguna manera quiero posar como defensor de oficio de esta excelsa profesional con una gran sensibilidad y compromiso con los asuntos ambientales, pero, por eso, merecía y merecerá la confianza de la gran mayoría de los colombianos para permanecer en el cargo.
Es preciso manifestar que en nuestro país no es que no existan políticas ambientales, sí existen, pero el discurso abstracto de muchos gobernantes y empresarios no corresponde con sus prácticas concretas.
Nosotros hablamos del calentamiento global, padecemos los desórdenes catastróficos de la naturaleza, pero pretendemos enfrentar nuevos y graves problemas de supervivencia de la especie humana con los viejos métodos de partidos y gobiernos.
Vale la pena puntualizar, como lo hemos expresado en muchas oportunidades, que si no tomamos la iniciativa de impedir aquello que destruye nuestra calidad de vida, la politiquería y los gobiernos con sus perversos allegados y aliados depredadores, seguirán produciéndose modelos de injusticias sociales, corrupción de lo público y destrucción del medio ambiente.
NOTA: Nos preguntamos: ¿será que el recién escogido director de Parques Nacionales Naturales tendrá la experticia en lo ambiental para abordar acciones en esta posición tan exigente? Bonito y apreciable aguinaldo del gobierno a la madre naturaleza, que en la actualidad cuenta, en nuestro país, con 58 áreas protegidas, 12 santuarios de fauna y flora y aún más.