María Camila Urango Rodríguez, una joven de 24 años natural del corregimiento de Badillo, pero residente en Valledupar, era una joven que sus amigos la describen como extrovertida, sonriente, alegre y confiable, que ya hoy partió del mundo terrenal. Esta muerte ha sido dolorosa para su familia, personas cercanas, y la comunidad en general que ha rechazado la monstruosa forma de cómo acabaron con la vida de esta madre de una niña de tres años. 

La joven, quien estudiaba en el Sena y trabajaba en una casa de apuestas en Valledupar, el pasado sábado 13 de abril se encontraba en Badillo disfrutando con sus familiares y departiendo con sus amigos de infancia. La mañana del domingo 14 de abril decidió regresar a Valledupar llegando hasta la residencia donde vivía en compañía de su mamá y hermanita, situada en el barrio Mareigua, donde luego de hablar con su madre, la señora Rosangela Rodríguez, decidió descansar y al llegar la noche, quiso salir a distraerse llegando hasta un establecimiento del barrio San Martín, donde departió con varios amigos.

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De dicha rumba existen videos de cámaras de seguridad y redes sociales donde se ve a la joven contenta, con gafas, cantando, sonriendo y bailando. Así como hay otros vídeos en horarios de 1:07 a. m. donde al lugar donde ella se encontraba llegó un hombre identificado como Jairo Ipuana, conocido con el alias de El Indio, quien se unió a su mesa. Así mismo, se conoció otra cinta de las 6:06 a. m. donde a la joven se le ve salir del lugar manejando una moto en compañía de los sujetos con quien compartía y se fueron todos juntos. 

Según una amiga de Urango Rodríguez, estas personas llegaron hasta el barrio Mareigua y posteriormente ‘El Indio’ les ofreció continuar la reunión en su casa, decidiendo comprar por su cuenta una botella de alcohol y María Camila aceptó acompañarlo a comprarla. Desde entonces no se volvió a saber nada más de ella y el último registro donde fue captada se ve que llevaba abrazado a quien presuntamente sería su agresor. 

LA BÚSQUEDA 

Desde su desaparición, sus familiares y amigos comenzaron a buscarla en hospitales, CAI de la Policía y distintos puntos de la ciudad, ya que el teléfono de María salía apagado y los mensajes no le llegaban. 

Con el pasar de los días la angustia de su madre fue creciendo, quien con los videos conocidos de la persona con quien fue vista su hija por última vez, los iba mostrando a las personas para ver si lo conocían con la finalidad de obtener información y pidió apoyo en medios de comunicación, redes sociales y grupos web, al ser compartida una fotografía de ella con un número de celular a donde podrían indicar sobre su paradero. 

MACABRO HALLAZGO 

Este desespero de madre, aumentó el mediodía del jueves 18 de abril, donde la señora Rosangela de tanto preguntar por ‘El Indio’ dio con el paradero de su residencia ubicada en la carrera 6 con calle 16 A, al lado de la tienda de bolsos Totto del barrio Centro de la capital del Cesar. 

Al llegar a esa pensión, se entrevistó con el administrador asegurándose de que ese era el lugar donde dicho sujeto vivía y al querer ingresar a la habitación le fue restringido el paso. 

No obstante, pese al administrador de piezas haberle prohibido seguir justificando que no tenía una orden judicial que la amparara, esta decidió ingresar forzosamente en compañía de su pareja sentimental y al llegar a la habitación de Jairo salían “moscas y un mal olor”. En ese momento, lo primero que su madre dijo así misma fue: “¡Ay Dios mío! ahí está mi hija, me la mataron”.

Tras intentar abrir la puerta de la habitación con patadas y golpes, les fue imposible ya que tenía un candado muy grande y fuerte, por lo que decidieron buscar un cerrajero que con una guaya les ayudó a abrir el cuarto. Tras ingresar al sitio, fue hallada una macabra escena, en el piso fue encontrado un cuchillo y las pertenencias de María Camila (sandalias, blusa, short, canguro). Mientras, en el baño, fue hallado su cadáver en estado de descomposición envuelto en una sábana con una herida en el cuello, desde el lado izquierdo hasta la mitad. 

La víctima se encontraba desnuda y su cuerpo estaba cubierto con una colchoneta. “La muchacha estaba como Dios la trajo al mundo”, dijo un vecino de la pensión. 

FAMILIARES RESPONSABILIZAN A ‘EL INDIO’

A raíz de lo sucedido los familiares de la víctima exigen a las autoridades respuesta frente a esta muerte y celeridad al esclarecer los hechos, ya que el paradero de Jairo Ipuana es desconocido. De esta persona solo se conoce que es de origen venezolano, labora como vigilante informal en el Centro del municipio, tiene dos hijos y vivía en la pieza donde fue cometido el crimen hace un mes. 

Además, este sujeto presenta una anotación judicial por el delito de hurto de una motocicleta. De momento no se encuentra vigente una orden de captura en su contra, pese a la familia de la víctima haber interpuesto una denuncia. 

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QUÉ DICEN LAS AUTORIDADES

El comandante de la Policía Metropolitana de Valledupar, el coronel Alex Durán, se pronunció frente al caso dando a conocer que la investigación está en proceso. Las autoridades están recolectando material probatorio con ayuda de equipos tecnológicos, cámaras de vigilancia e inteligencia técnica al conocer los últimos movimientos de la víctima.  

“En estos momentos la Sijín adelanta investigaciones haciendo una reconstrucción de los hechos para verificar la autoría. Hay una persona señalada de cometer el homicidio, pero de momento no ha sido ubicada y estamos tras su pista para determinar si es o no es responsable del homicidio”, manifestó el coronel, quien aclaró que las pruebas recolectadas ya fueron presentadas a la Fiscalía para ver si es emitida una orden de captura. 

Además de ello, explicó el coronel que los detalles sobre esta muerte de momento son desconocidos, por lo que se está a la espera de los resultados de medicina legal para aclarar lo sucedido. 

De acuerdo con la amiga de infancia de la víctima al momento de ser hallada sin vida la joven se acercó a los familiares de la occisa la exmujer de ‘El Indio’, quien al llegar a la escena del crimen les contó que este sujeto había hecho lo mismo en Venezuela con otra mujer. Sin embargo, de este caso el coronel no tiene conocimiento. 

QUÉ DICE LA COMUNIDAD 

Al ser abordados los moradores del sector manifestaron no haber sentido mal olor, tampoco escuchar ruidos extraños o darse cuenta de algo. Según una habitante de una pieza vecina de donde fue encontrado el cuerpo, las personas que allí viven salen desde temprano a trabajar y regresan solo hasta la noche. 

“De él no sabemos nada, solo conocemos que era vigilante. Él solamente entraba y salía, y las malas lenguas dicen que venía ‘volado’ de Venezuela”, dijo una residente de la vecindad, quien manifestó jamás haber visto con anterioridad a la víctima en la zona.

Además, los vecinos de donde sucedieron los hechos, expresaron que muchas personas se han acercado a ellos a consultarles sobre el caso y al estos no tener indicio de lo sucedido “no les creen”. 

SEPELIO

Para las 10 a. m. de este viernes 19 de abril estaba programado el sepelio de la joven María Camila Urango en su tierra natal Badillo. Sus familiares invitaron a una misa en la iglesia San Antonio de Padua, sin embargo, el cuerpo no pudo ser sepultado.

“El cuerpo está muy hinchado, se le borraron parte de las huellas de las manos y están esperando que se deshinche un poco para poder terminar de tomar las pruebas y entregar el cadáver a su familia”, dijo una conocida de la occisa al explicar porqué no pudo ser sepultada la joven quien es recordada como un “un alma noble y solidaria que tocó los corazones de muchas personas”.