Por ABDUL SATTAR QUETTA, Pakistán. AP. Dos atacantes suicidas hicieron estallar el miércoles bombas y granadas en la casa de un funcionario militar de alto rango en la ciudad sudoccidental paquistaní de Quetta: un atentado que fracasó en asesinar al oficial pero que mató a su esposa y a otras 22 personas. Entre los fallecidos […]
Por ABDUL SATTAR
QUETTA, Pakistán. AP. Dos atacantes suicidas hicieron estallar el miércoles bombas y granadas en la casa de un funcionario militar de alto rango en la ciudad sudoccidental paquistaní de Quetta: un atentado que fracasó en asesinar al oficial pero que mató a su esposa y a otras 22 personas.
Entre los fallecidos hubo varios guardias, un oficial superior y dos niños, dijeron las autoridades.
La Policía dijo que investiga si el ataque fue en venganza por la reciente detención en Quetta de tres importantes operadores de al-Qaida, en una operación en la que contó con la ayuda de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos.
Horas después, el Talibán se atribuyó la responsabilidad del ataque. Un portavoz del grupo dijo que el atentado fue dirigido contra el brigadier Khurram Shahzad, subjefe del Cuerpo de Fronteras de la región, en represalia por un incidente hace varios meses en un retén de la ciudad, que dejó cinco muertos.
En los atacantes del miércoles, el primer agresor hizo detonar su vehículo cargado de explosivos cerca de donde estaba un grupo de soldados del Cuerpo de Fronteras, en la proximidad de la casa de Shahzad.
El otro miliciano lanzó granadas y entró a la casa y se suicidó al hacer estallar explosivos que llevaba consigo, afirmó el policía Nasir Ahmed Kurd.
Otro policía, Hamid Shakil, agregó que por lo menos 23 personas murieron y 60 resultaron heridas.
Dos de los muertos eran niños que viajan en un carrito. Un coronel del cuerpo también fue asesinado, añadió.
Shakil dijo que uno de los atacantes suicidas llevaba una tarjeta de identidad que decía que era un refugiado afgano de 21 años de edad.
El atentado se produjo después de la divulgación el lunes de la detención de tres sospechosos de al-Qaida en la ciudad.
En un comunicado, el ejército de Pakistán enfatizó la participación de la CIA: una posible señal de un cambio en las tensas relaciones entre ambos países. Los dos gobiernos son unos aliados incómodos contra el terrorismo después del rencor que trajo la operación unilateral estadounidense para matar a Osama bin Laden en suelo paquistaní.
Las autoridades estadounidenses elogiaron la operación y agregaron que la detención del funcionario de más alto nivel de al-Qaida en la región —Yunis al-Mauritani— era un logro importante. El Cuerpo de Fronteras participó en la operación.
“Este ataque fue probablemente en reacción a las detenciones recientes, pero seguimos investigando”, dijo Shakil sobre los atentados del miércoles.
Los extremistas islámicos buscan derrocar al gobierno por sus alianzas con Occidente y apoderarse del control del país.
Los extremistas en suelo paquistaní, aliados con los rebeldes que combaten a las fuerzas estadounidenses al otro lado de la frontera, en Afganistán, han atacado centenares de objetivos del gobierno, la Policía, el Ejército y civiles desde 2007, cuando la violencia comenzó fuertemente.
Miles de personas han muerto y las autoridades paquistaníes han batallado para frenar esa amenaza.
Por ABDUL SATTAR QUETTA, Pakistán. AP. Dos atacantes suicidas hicieron estallar el miércoles bombas y granadas en la casa de un funcionario militar de alto rango en la ciudad sudoccidental paquistaní de Quetta: un atentado que fracasó en asesinar al oficial pero que mató a su esposa y a otras 22 personas. Entre los fallecidos […]
Por ABDUL SATTAR
QUETTA, Pakistán. AP. Dos atacantes suicidas hicieron estallar el miércoles bombas y granadas en la casa de un funcionario militar de alto rango en la ciudad sudoccidental paquistaní de Quetta: un atentado que fracasó en asesinar al oficial pero que mató a su esposa y a otras 22 personas.
Entre los fallecidos hubo varios guardias, un oficial superior y dos niños, dijeron las autoridades.
La Policía dijo que investiga si el ataque fue en venganza por la reciente detención en Quetta de tres importantes operadores de al-Qaida, en una operación en la que contó con la ayuda de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos.
Horas después, el Talibán se atribuyó la responsabilidad del ataque. Un portavoz del grupo dijo que el atentado fue dirigido contra el brigadier Khurram Shahzad, subjefe del Cuerpo de Fronteras de la región, en represalia por un incidente hace varios meses en un retén de la ciudad, que dejó cinco muertos.
En los atacantes del miércoles, el primer agresor hizo detonar su vehículo cargado de explosivos cerca de donde estaba un grupo de soldados del Cuerpo de Fronteras, en la proximidad de la casa de Shahzad.
El otro miliciano lanzó granadas y entró a la casa y se suicidó al hacer estallar explosivos que llevaba consigo, afirmó el policía Nasir Ahmed Kurd.
Otro policía, Hamid Shakil, agregó que por lo menos 23 personas murieron y 60 resultaron heridas.
Dos de los muertos eran niños que viajan en un carrito. Un coronel del cuerpo también fue asesinado, añadió.
Shakil dijo que uno de los atacantes suicidas llevaba una tarjeta de identidad que decía que era un refugiado afgano de 21 años de edad.
El atentado se produjo después de la divulgación el lunes de la detención de tres sospechosos de al-Qaida en la ciudad.
En un comunicado, el ejército de Pakistán enfatizó la participación de la CIA: una posible señal de un cambio en las tensas relaciones entre ambos países. Los dos gobiernos son unos aliados incómodos contra el terrorismo después del rencor que trajo la operación unilateral estadounidense para matar a Osama bin Laden en suelo paquistaní.
Las autoridades estadounidenses elogiaron la operación y agregaron que la detención del funcionario de más alto nivel de al-Qaida en la región —Yunis al-Mauritani— era un logro importante. El Cuerpo de Fronteras participó en la operación.
“Este ataque fue probablemente en reacción a las detenciones recientes, pero seguimos investigando”, dijo Shakil sobre los atentados del miércoles.
Los extremistas islámicos buscan derrocar al gobierno por sus alianzas con Occidente y apoderarse del control del país.
Los extremistas en suelo paquistaní, aliados con los rebeldes que combaten a las fuerzas estadounidenses al otro lado de la frontera, en Afganistán, han atacado centenares de objetivos del gobierno, la Policía, el Ejército y civiles desde 2007, cuando la violencia comenzó fuertemente.
Miles de personas han muerto y las autoridades paquistaníes han batallado para frenar esa amenaza.