Sigue el complique y el desespero para los profesores del Cesar por la implantación del nuevo sistema de entrega de medicamentos y prestación de servicios médicos para docentes del Departamento. No solo da tristeza, sino que da rabia e impotencia ver cómo los funcionarios de los tres dispensarios en donde entregan los medicamentos a los […]
Sigue el complique y el desespero para los profesores del Cesar por la implantación del nuevo sistema de entrega de medicamentos y prestación de servicios médicos para docentes del Departamento.
No solo da tristeza, sino que da rabia e impotencia ver cómo los funcionarios de los tres dispensarios en donde entregan los medicamentos a los maestros juegan con la vida de ellos y poco a poco se parece a lo caótico que ha sido, en el pasado, la prestación del servicio médico asistencial en esta parte del país.
Vamos por parte: las nuevas empresas o dispensarios que deben entregar los medicamentos a los maestros están funcionando a medias, de mal en peor, son tres establecimientos.
Un dispensario está ubicado en la plazoleta Valle Centro, otro en la calle 13C con carrera 17, barrio Alfonso López; y el tercero frente al monumentos Los Poporos. Sin embargo, estas nuevas empresas no prestan el servicio continuo y han fragmentado tanto el servicio que solo atienden al público unas horas en las mañanas y otras en las tardes. “Han desmejorado el servicio, tienen menos personal para atender a los usuarios”, sostuvo un profesor.
Alegan los pacientes que lo diferente al sistema anterior es que ahora ponen una mesita con tinto en la sala de espera y hay un buen aire acondicionado, “pero la atención es pésima, indigna y lamentable, muy denigrante”, agregó la profesora Ana.
Los maestros dicen que la entrega de los medicamentos dura más de 3 horas en algunos casos, porque hay pocos operarios atendiendo al público. Restringen el ingreso al servicio en algunas horas, pero no lo compensan.
Pero todo no para allí. Después de dos o tres horas esperando turno para que te entreguen los medicamentos, la funcionaria te dice que la medicina “está agotada”, que vuelva otro día. Sí, así de sencillo, te dicen que vuelvas otro día, pero no te dan ninguna constancia de los medicamentos que no te han entregado, es decir que tú no tienes cómo demostrarles a los dueños de las dispensadoras que no te han entregado los medicamentos completos.
Un ejemplo de los miles que se presentan a diario, esta vez en el dispensario de Valle Centro, pero no voy a citar nombres para evitar que las empresas tomen represalias contra ellas.
Una profesora hizo una cola de dos horas no le entregaron sus medicamentos aduciendo que “estaba agotado”, que dentro de 48 horas la llamaban para hacerle la entrega y le dieron este número telefónico: 3204839708, pero nadie responde. “El viacrucis es total, humillante, desesperante y criminal”, alega otro usuario de los docentes.
En ninguno de los tres dispensarios –repito- dan constancias que no han entregado los medicamentos por agotados y como nunca llaman al usuario, al final esos medicamentos se pierden para el usuario porque los compra y la empresa –seguramente- se queda con ellos.
A una paciente *María (nombre cambiado) le recetaron cinco medicamentos y después de dos horas de espera le entregaron solo dos, uno de los faltantes es una droga vital que debe tomarla diaria, Irbesartan 300 mg. Así como el anterior hay cientos de ejemplos de la manera cruel y despiadada como juegan con la vida de los docentes en el Cesar.
Y lo peor, si reclamas en el interior del dispensario nadie te oye porque todo se debe denunciar por internet. Pregunto: ¿qué hace el gremio que defiende a los docentes?, ¿dónde está Fecode y en dónde está el presidente de la Asociación de Profesores del Cesar, Jorge Luis Rivero? Son más de 1.500 docentes en apuros por la vida, por favor. Hasta la próxima semana. [email protected] @tiochiro.
Por Aquilino Cote Zuleta.
Sigue el complique y el desespero para los profesores del Cesar por la implantación del nuevo sistema de entrega de medicamentos y prestación de servicios médicos para docentes del Departamento. No solo da tristeza, sino que da rabia e impotencia ver cómo los funcionarios de los tres dispensarios en donde entregan los medicamentos a los […]
Sigue el complique y el desespero para los profesores del Cesar por la implantación del nuevo sistema de entrega de medicamentos y prestación de servicios médicos para docentes del Departamento.
No solo da tristeza, sino que da rabia e impotencia ver cómo los funcionarios de los tres dispensarios en donde entregan los medicamentos a los maestros juegan con la vida de ellos y poco a poco se parece a lo caótico que ha sido, en el pasado, la prestación del servicio médico asistencial en esta parte del país.
Vamos por parte: las nuevas empresas o dispensarios que deben entregar los medicamentos a los maestros están funcionando a medias, de mal en peor, son tres establecimientos.
Un dispensario está ubicado en la plazoleta Valle Centro, otro en la calle 13C con carrera 17, barrio Alfonso López; y el tercero frente al monumentos Los Poporos. Sin embargo, estas nuevas empresas no prestan el servicio continuo y han fragmentado tanto el servicio que solo atienden al público unas horas en las mañanas y otras en las tardes. “Han desmejorado el servicio, tienen menos personal para atender a los usuarios”, sostuvo un profesor.
Alegan los pacientes que lo diferente al sistema anterior es que ahora ponen una mesita con tinto en la sala de espera y hay un buen aire acondicionado, “pero la atención es pésima, indigna y lamentable, muy denigrante”, agregó la profesora Ana.
Los maestros dicen que la entrega de los medicamentos dura más de 3 horas en algunos casos, porque hay pocos operarios atendiendo al público. Restringen el ingreso al servicio en algunas horas, pero no lo compensan.
Pero todo no para allí. Después de dos o tres horas esperando turno para que te entreguen los medicamentos, la funcionaria te dice que la medicina “está agotada”, que vuelva otro día. Sí, así de sencillo, te dicen que vuelvas otro día, pero no te dan ninguna constancia de los medicamentos que no te han entregado, es decir que tú no tienes cómo demostrarles a los dueños de las dispensadoras que no te han entregado los medicamentos completos.
Un ejemplo de los miles que se presentan a diario, esta vez en el dispensario de Valle Centro, pero no voy a citar nombres para evitar que las empresas tomen represalias contra ellas.
Una profesora hizo una cola de dos horas no le entregaron sus medicamentos aduciendo que “estaba agotado”, que dentro de 48 horas la llamaban para hacerle la entrega y le dieron este número telefónico: 3204839708, pero nadie responde. “El viacrucis es total, humillante, desesperante y criminal”, alega otro usuario de los docentes.
En ninguno de los tres dispensarios –repito- dan constancias que no han entregado los medicamentos por agotados y como nunca llaman al usuario, al final esos medicamentos se pierden para el usuario porque los compra y la empresa –seguramente- se queda con ellos.
A una paciente *María (nombre cambiado) le recetaron cinco medicamentos y después de dos horas de espera le entregaron solo dos, uno de los faltantes es una droga vital que debe tomarla diaria, Irbesartan 300 mg. Así como el anterior hay cientos de ejemplos de la manera cruel y despiadada como juegan con la vida de los docentes en el Cesar.
Y lo peor, si reclamas en el interior del dispensario nadie te oye porque todo se debe denunciar por internet. Pregunto: ¿qué hace el gremio que defiende a los docentes?, ¿dónde está Fecode y en dónde está el presidente de la Asociación de Profesores del Cesar, Jorge Luis Rivero? Son más de 1.500 docentes en apuros por la vida, por favor. Hasta la próxima semana. [email protected] @tiochiro.
Por Aquilino Cote Zuleta.