“… Para que comprobéis cuál es la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”. Rom. 12,3. Cuando estemos dispuestos a hacer la voluntad de Dios… ¡La conoceremos! Porque Dios es el que produce en nosotros tanto el querer como el hacer, por su buena voluntad. Dicho conocimiento de su voluntad no viene de la nada, […]
“… Para que comprobéis cuál es la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”. Rom. 12,3.
Cuando estemos dispuestos a hacer la voluntad de Dios… ¡La conoceremos! Porque Dios es el que produce en nosotros tanto el querer como el hacer, por su buena voluntad. Dicho conocimiento de su voluntad no viene de la nada, sino que Dios obra dentro de nosotros, y revela su voluntad de forma continua y de varias maneras.
Una de las formas más obvias por medio de las cuales Dios obra en nuestras vidas es a través de su palabra. Hay temas que están muy claros, otros no tanto; pero las Escrituras siempre serán la autoridad suprema y final de todas aquellas cosas que contiene, aunque no contenga todas las cosas. Así se convierte en el manual de vida que todos necesitamos.
Otra forma como Dios nos guía es haciéndonos sentir necesidades. Cuando sintamos una necesidad especial, estemos alerta, pues Dios puede estar queriéndonos decir algo que dirigirá nuestras vidas por determinado rumbo dentro de sus planes.
También Dios obra en nuestro interior, a través del uso de la mente. Una mente renovada y equilibrada puede ser dirigida por Dios de manera natural hacia el éxito y la victoria constante. No debemos tener temor a pensar, reflexionar y decidir. Busquemos el consejo sabio de aquellos que tienen el conocimiento y la experiencia en esas áreas que precisamos. No tratemos de sostenernos haciendo decisiones basadas solamente en nuestros criterios, sino démosle a Dios la oportunidad de ejercer su influencia en las decisiones finales.
Tampoco debemos olvidar que Dios puede dirigirnos a través de nuestros deseos. En ocasiones tratamos de desatascar nuestras mentes de pensamientos que consideramos ridículos, faltos de sentido o poco prácticos; pero nuestros deseos pueden ser una señal de que Dios está obrando para dirigirnos hacia lo mejor y ayudarnos a realizar aquello que nos hará sentir más gozo y nos arrimará a nuestras metas.
Queridos amigos lectores, dentro de nosotros preexiste el potencial de conocer la voluntad de Dios, necesitamos hacernos sensibles a su Santo Espíritu y aventurarnos a responder positivamente a lo que Dios quiere hacer en y a través de nosotros. No tengamos miedo de aventurarnos a conseguir por la fe, aquello que deseamos o requerimos; y cuando tomemos decisiones erradas con consecuencias desagradables, creamos que Dios estará a nuestro lado para restaurar el ánimo y ayudarnos a mover en una nueva y desafiante dirección.
Podrán ocurrir cosas inesperadas que traigan desequilibrio y nos hagan sentir imposibilitados para controlar ciertas situaciones de forma adecuada; pero debemos mantener nuestra expectación y fe, sabiendo que Dios permanece en control de todo.
Recordemos: Dios está cuidando de nosotros y procura mantenernos en el centro de su voluntad, nos ha dado la oportunidad de vivir exitosamente en su perfecta voluntad, necesitamos convertir esa oportunidad en una realidad auténtica, sabiendo que Dios está obrando de continuo en nuestras vidas.
¡Aventurémonos sin temor hacia lo que Dios nos tiene reservados! Abrazos y bendiciones en Cristo.
“… Para que comprobéis cuál es la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”. Rom. 12,3. Cuando estemos dispuestos a hacer la voluntad de Dios… ¡La conoceremos! Porque Dios es el que produce en nosotros tanto el querer como el hacer, por su buena voluntad. Dicho conocimiento de su voluntad no viene de la nada, […]
“… Para que comprobéis cuál es la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”. Rom. 12,3.
Cuando estemos dispuestos a hacer la voluntad de Dios… ¡La conoceremos! Porque Dios es el que produce en nosotros tanto el querer como el hacer, por su buena voluntad. Dicho conocimiento de su voluntad no viene de la nada, sino que Dios obra dentro de nosotros, y revela su voluntad de forma continua y de varias maneras.
Una de las formas más obvias por medio de las cuales Dios obra en nuestras vidas es a través de su palabra. Hay temas que están muy claros, otros no tanto; pero las Escrituras siempre serán la autoridad suprema y final de todas aquellas cosas que contiene, aunque no contenga todas las cosas. Así se convierte en el manual de vida que todos necesitamos.
Otra forma como Dios nos guía es haciéndonos sentir necesidades. Cuando sintamos una necesidad especial, estemos alerta, pues Dios puede estar queriéndonos decir algo que dirigirá nuestras vidas por determinado rumbo dentro de sus planes.
También Dios obra en nuestro interior, a través del uso de la mente. Una mente renovada y equilibrada puede ser dirigida por Dios de manera natural hacia el éxito y la victoria constante. No debemos tener temor a pensar, reflexionar y decidir. Busquemos el consejo sabio de aquellos que tienen el conocimiento y la experiencia en esas áreas que precisamos. No tratemos de sostenernos haciendo decisiones basadas solamente en nuestros criterios, sino démosle a Dios la oportunidad de ejercer su influencia en las decisiones finales.
Tampoco debemos olvidar que Dios puede dirigirnos a través de nuestros deseos. En ocasiones tratamos de desatascar nuestras mentes de pensamientos que consideramos ridículos, faltos de sentido o poco prácticos; pero nuestros deseos pueden ser una señal de que Dios está obrando para dirigirnos hacia lo mejor y ayudarnos a realizar aquello que nos hará sentir más gozo y nos arrimará a nuestras metas.
Queridos amigos lectores, dentro de nosotros preexiste el potencial de conocer la voluntad de Dios, necesitamos hacernos sensibles a su Santo Espíritu y aventurarnos a responder positivamente a lo que Dios quiere hacer en y a través de nosotros. No tengamos miedo de aventurarnos a conseguir por la fe, aquello que deseamos o requerimos; y cuando tomemos decisiones erradas con consecuencias desagradables, creamos que Dios estará a nuestro lado para restaurar el ánimo y ayudarnos a mover en una nueva y desafiante dirección.
Podrán ocurrir cosas inesperadas que traigan desequilibrio y nos hagan sentir imposibilitados para controlar ciertas situaciones de forma adecuada; pero debemos mantener nuestra expectación y fe, sabiendo que Dios permanece en control de todo.
Recordemos: Dios está cuidando de nosotros y procura mantenernos en el centro de su voluntad, nos ha dado la oportunidad de vivir exitosamente en su perfecta voluntad, necesitamos convertir esa oportunidad en una realidad auténtica, sabiendo que Dios está obrando de continuo en nuestras vidas.
¡Aventurémonos sin temor hacia lo que Dios nos tiene reservados! Abrazos y bendiciones en Cristo.