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Columnista - 2 julio, 2021

Dios guía suavemente

“Este es el camino, andad por él y no echéis a la mano derecha, ni tampoco os desviéis a la mano izquierda”. Isaías 30,21.  Son muchas las ocasiones en las que somos abordados para responder a las inquietudes de las personas acerca de cómo se puede conocer la voluntad de Dios. Preguntas como: ¿Con quién […]

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“Este es el camino, andad por él y no echéis a la mano derecha, ni tampoco os desviéis a la mano izquierda”. Isaías 30,21. 

Son muchas las ocasiones en las que somos abordados para responder a las inquietudes de las personas acerca de cómo se puede conocer la voluntad de Dios. Preguntas como: ¿Con quién me casaré? ¿Me conviene hacer ese negocio? ¿Vale la pena mudarme de ciudad? ¿Cómo saber si estoy en el lugar correcto?

Todas son buenas preguntas, importantes para quienes las formularon, pero todas caen en la categoría de conocer la voluntad de Dios y relacionadas con la respuesta a una pregunta mayor: ¿Nos comunica Dios su voluntad? Y de ser así, ¿cómo lo hace?

Cada una de las personas que acuden por consejería, buscando orientación o confirmación de la guía del Señor sobre sus vidas o sobre algún asunto particular de sus vidas, es posible que no se sintieran con la solvencia o el discernimiento espiritual suficiente para decidir correctamente y consideran necesario revisar o reforzar las decisiones o posiciones a tomar. Como consejeros cristianos hacemos nuestro mayor esfuerzo por aconsejar y orientar desde una perspectiva bíblica y Cristo-céntrica, pero solamente Dios puede impartir una total guía divina. 

Siguiendo el consejo de Pablo, a no ser insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor, es menester que nos apliquemos a conocer su voluntad, no sin antes comprender que la expresión más clara de la voluntad de Dios para un cristiano es ser consecuente con su expresa voluntad de continuar buscando y salvando lo perdido. 

Amados amigos: Dios siempre guía, no empuja, no arrea. Nuestro compromiso con la extensión del Reino de los cielos se debe convertir en la prioridad principal. Así, la voluntad de Dios se puede conocer, primeramente, mediante la guía Escritural. La Biblia, Palabra de Dios, nos provee una pauta clara para la mayor parte de los asuntos de la vida. También, si somos libres y deseamos hacer su voluntad, podemos pedir la mira directa del Espíritu Santo, quien mediante su paz confirma o rechaza el camino por el que debemos andar. 

Además, cabe mencionar el uso de una mente renovada, que nos permite guardar un sano equilibrio entre lo que deseamos y necesitamos. Las circunstancias, juegan asimismo un papel preponderante, especialmente si son adversas, providenciales o son el resultado de un esfuerzo de siembra. Y no puedo dejar de mencionar la sabiduría que se puede adquirir a través del consejo del pastor, presbítero o líder de la comunidad o de personas maduras que, habiendo transitado por esos caminos, nos pueden guiar acerca de lo que debemos hacer o evitar. 

He llegado a creer profundamente que Dios guía suavemente nuestros pasos en la medida en que estemos dispuestos a caminar con Él. Creo que Dios tiene especial interés en guiarnos y darnos a conocer su presencia que nos permita en su luz ver la luz.

Hago oración para que seamos sensibles a su guía y para que, bajo su dirección y cobertura, permanezcamos muy cerca de su corazón, experimentando el gozo de vivir bajo su expresa voluntad. 

Fuerte abrazo en Cristo

Columnista
2 julio, 2021

Dios guía suavemente

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Valerio Mejía Araújo

“Este es el camino, andad por él y no echéis a la mano derecha, ni tampoco os desviéis a la mano izquierda”. Isaías 30,21.  Son muchas las ocasiones en las que somos abordados para responder a las inquietudes de las personas acerca de cómo se puede conocer la voluntad de Dios. Preguntas como: ¿Con quién […]


“Este es el camino, andad por él y no echéis a la mano derecha, ni tampoco os desviéis a la mano izquierda”. Isaías 30,21. 

Son muchas las ocasiones en las que somos abordados para responder a las inquietudes de las personas acerca de cómo se puede conocer la voluntad de Dios. Preguntas como: ¿Con quién me casaré? ¿Me conviene hacer ese negocio? ¿Vale la pena mudarme de ciudad? ¿Cómo saber si estoy en el lugar correcto?

Todas son buenas preguntas, importantes para quienes las formularon, pero todas caen en la categoría de conocer la voluntad de Dios y relacionadas con la respuesta a una pregunta mayor: ¿Nos comunica Dios su voluntad? Y de ser así, ¿cómo lo hace?

Cada una de las personas que acuden por consejería, buscando orientación o confirmación de la guía del Señor sobre sus vidas o sobre algún asunto particular de sus vidas, es posible que no se sintieran con la solvencia o el discernimiento espiritual suficiente para decidir correctamente y consideran necesario revisar o reforzar las decisiones o posiciones a tomar. Como consejeros cristianos hacemos nuestro mayor esfuerzo por aconsejar y orientar desde una perspectiva bíblica y Cristo-céntrica, pero solamente Dios puede impartir una total guía divina. 

Siguiendo el consejo de Pablo, a no ser insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor, es menester que nos apliquemos a conocer su voluntad, no sin antes comprender que la expresión más clara de la voluntad de Dios para un cristiano es ser consecuente con su expresa voluntad de continuar buscando y salvando lo perdido. 

Amados amigos: Dios siempre guía, no empuja, no arrea. Nuestro compromiso con la extensión del Reino de los cielos se debe convertir en la prioridad principal. Así, la voluntad de Dios se puede conocer, primeramente, mediante la guía Escritural. La Biblia, Palabra de Dios, nos provee una pauta clara para la mayor parte de los asuntos de la vida. También, si somos libres y deseamos hacer su voluntad, podemos pedir la mira directa del Espíritu Santo, quien mediante su paz confirma o rechaza el camino por el que debemos andar. 

Además, cabe mencionar el uso de una mente renovada, que nos permite guardar un sano equilibrio entre lo que deseamos y necesitamos. Las circunstancias, juegan asimismo un papel preponderante, especialmente si son adversas, providenciales o son el resultado de un esfuerzo de siembra. Y no puedo dejar de mencionar la sabiduría que se puede adquirir a través del consejo del pastor, presbítero o líder de la comunidad o de personas maduras que, habiendo transitado por esos caminos, nos pueden guiar acerca de lo que debemos hacer o evitar. 

He llegado a creer profundamente que Dios guía suavemente nuestros pasos en la medida en que estemos dispuestos a caminar con Él. Creo que Dios tiene especial interés en guiarnos y darnos a conocer su presencia que nos permita en su luz ver la luz.

Hago oración para que seamos sensibles a su guía y para que, bajo su dirección y cobertura, permanezcamos muy cerca de su corazón, experimentando el gozo de vivir bajo su expresa voluntad. 

Fuerte abrazo en Cristo