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Columnista - 28 febrero, 2019

Dilaciones al concurso de curadores

Al parecer importa poco la falla en el servicio de licenciamiento que podría ocasionar la demora del concurso, ya que la única exigencia al curador saliente es la entrega de sus archivos a la Oficina de Planeación, puesto que la documentación propia del curador, los equipos, la información, muebles, enceres y la nómina de sus […]

Al parecer importa poco la falla en el servicio de licenciamiento que podría ocasionar la demora del concurso, ya que la única exigencia al curador saliente es la entrega de sus archivos a la Oficina de Planeación, puesto que la documentación propia del curador, los equipos, la información, muebles, enceres y la nómina de sus empleados del grupo interdisciplinario de apoyo, es de su exclusiva responsabilidad y nadie puede obligarlos a entregar lo que no le pertenece al curador encargado, quien en este caso, quedaría sin infraestructura para funcionar durante 8 meses aproximadamente, vigilado, tributaria, financiera, laboral y disciplinariamente, mientras espera que el concurso elija al titular correspondiente.

Por desconocimiento de la figura, el Súper no tiene prisa alguna para elegir a los curadores titulares, que por lo menos 6 meses antes de la falta absoluta por vencimiento del periodo del curador saliente, deberían ser nombrados, para que el nuevo titular tenga tiempo de montar su infraestructura con el fin de iniciar labores en cumplimiento del nuevo periodo de 5 años.

Esta forma irresponsable de actuar, obliga a que en este momento 28 o más municipios se encuentren con curadores nuevos, encargados por los alcaldes, mientras que se ignora cuándo será su reemplazo por los titulares elegidos, porque el Supernotariado cree que con un solo concurso a nivel nacional solucionará el impase, cuando la solución del problema es que a cada municipio se le realice su propio concurso de méritos, pues para eso están aportando el 5% del valor de las expensas por concepto de licenciamiento para el funcionamiento de dicha Superintendencia.

Así las cosas, aquellos municipios que ya tienen el cupo mínimo de inscritos, no podrán iniciar sus concursos, ya que le toca esperar a que todos los municipios cumplan con un requisito que nadie conoce y mientras tanto quedan en libertad los alcaldes para encargar a su criterio, discrecionalidad que el Gobierno debería evitar a todas luces, pero no lo hace y nunca lo hará; prueba de ello, es el borrador de decreto publicado recientemente por el Viceministro de Vivienda, Ciudad y Territorio, donde les brinda a los alcaldes la alternativa de nombrar curadores nuevos, por vencimiento del período o al curador saliente, hasta que el concurso defina el titular en propiedad que lo reemplazará, situación ambigua, creada para continuar con la politiquería, puesto que en la mayoría de los casos las alcaldías y los curadores salientes no tienen las mejores relaciones, que digamos.

Igual preocupación tienen los aspirantes inscritos, por no conocer de antemano, la entidad que se responsabilizará por la prueba escrita a los curadores, debido a que por ser un único concurso, la Súper tendría que ordenar el análisis de cada uno de los POT de los 28 o más municipios concursantes, ya que los POT son diferente los unos con los otros, motivo por el cual cada POT debería estudiarse por personal experto en la interpretación de las normas de los planes de ordenamiento, para que el cuestionario resultante, sea coherente con lo exigido por la ley.

Columnista
28 febrero, 2019

Dilaciones al concurso de curadores

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El Pilón

Al parecer importa poco la falla en el servicio de licenciamiento que podría ocasionar la demora del concurso, ya que la única exigencia al curador saliente es la entrega de sus archivos a la Oficina de Planeación, puesto que la documentación propia del curador, los equipos, la información, muebles, enceres y la nómina de sus […]


Al parecer importa poco la falla en el servicio de licenciamiento que podría ocasionar la demora del concurso, ya que la única exigencia al curador saliente es la entrega de sus archivos a la Oficina de Planeación, puesto que la documentación propia del curador, los equipos, la información, muebles, enceres y la nómina de sus empleados del grupo interdisciplinario de apoyo, es de su exclusiva responsabilidad y nadie puede obligarlos a entregar lo que no le pertenece al curador encargado, quien en este caso, quedaría sin infraestructura para funcionar durante 8 meses aproximadamente, vigilado, tributaria, financiera, laboral y disciplinariamente, mientras espera que el concurso elija al titular correspondiente.

Por desconocimiento de la figura, el Súper no tiene prisa alguna para elegir a los curadores titulares, que por lo menos 6 meses antes de la falta absoluta por vencimiento del periodo del curador saliente, deberían ser nombrados, para que el nuevo titular tenga tiempo de montar su infraestructura con el fin de iniciar labores en cumplimiento del nuevo periodo de 5 años.

Esta forma irresponsable de actuar, obliga a que en este momento 28 o más municipios se encuentren con curadores nuevos, encargados por los alcaldes, mientras que se ignora cuándo será su reemplazo por los titulares elegidos, porque el Supernotariado cree que con un solo concurso a nivel nacional solucionará el impase, cuando la solución del problema es que a cada municipio se le realice su propio concurso de méritos, pues para eso están aportando el 5% del valor de las expensas por concepto de licenciamiento para el funcionamiento de dicha Superintendencia.

Así las cosas, aquellos municipios que ya tienen el cupo mínimo de inscritos, no podrán iniciar sus concursos, ya que le toca esperar a que todos los municipios cumplan con un requisito que nadie conoce y mientras tanto quedan en libertad los alcaldes para encargar a su criterio, discrecionalidad que el Gobierno debería evitar a todas luces, pero no lo hace y nunca lo hará; prueba de ello, es el borrador de decreto publicado recientemente por el Viceministro de Vivienda, Ciudad y Territorio, donde les brinda a los alcaldes la alternativa de nombrar curadores nuevos, por vencimiento del período o al curador saliente, hasta que el concurso defina el titular en propiedad que lo reemplazará, situación ambigua, creada para continuar con la politiquería, puesto que en la mayoría de los casos las alcaldías y los curadores salientes no tienen las mejores relaciones, que digamos.

Igual preocupación tienen los aspirantes inscritos, por no conocer de antemano, la entidad que se responsabilizará por la prueba escrita a los curadores, debido a que por ser un único concurso, la Súper tendría que ordenar el análisis de cada uno de los POT de los 28 o más municipios concursantes, ya que los POT son diferente los unos con los otros, motivo por el cual cada POT debería estudiarse por personal experto en la interpretación de las normas de los planes de ordenamiento, para que el cuestionario resultante, sea coherente con lo exigido por la ley.