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Columnista - 31 octubre, 2013

Diez razones para tumbar a Petro

Por Raúl Bermúdez Márquez 1. Gustavo Petro es un mal ejemplo para la cultura más extendida del país: la de la corrupción. Ejecuta un presupuesto anual de casi 14 billones de pesos y ha sido incapaz…de robarse un peso. En Colombia es grave robar y no hacer, permitido robar y hacer, pero hacer y no […]

Por Raúl Bermúdez Márquez

1. Gustavo Petro es un mal ejemplo para la cultura más extendida del país: la de la corrupción. Ejecuta un presupuesto anual de casi 14 billones de pesos y ha sido incapaz…de robarse un peso. En Colombia es grave robar y no hacer, permitido robar y hacer, pero hacer y no robar en el reino de la corrupción es lo más parecido a la estupidez. 

2. Tiene lengua larga y cortante. Se atrevió a denunciar parapolíticos, mafias y carteles.El informe que presentó sobre el cartel de la contratación en Bogotá le costó la salida de su anterior partido. Entre los carteles que confrontó y mantiene a raya en la administracióndistrital se encuentra uno muy poderoso: el de la recolección de basuras–con delfines a bordo-. Pero el colmo es su decisión de incluir a los recicladores en el negocio. 

3. Sería un hueso duro de roer en las elecciones presidenciales del 2018. Así que para prevenir y no lamentar es mejor sacarlo del juego desde ahora imponiéndole unos 20 añitos de inhabilidad para ejercer cargos públicos. Es que eso de tener presidente ex – guerrillero se deja para Uruguay.

4. Es un blanco magnífico para escarmentar. Hay que acabar ya con el show de La Habana, como propone el nuevo candidato uribista Oscar Iván Zuluaga. Y algo que contribuye notoriamente a desalentar a las FARC a continuar en el proceso es mostrarle lo que le pasaría a sus candidatos si por alguna circunstancia excepcional llegan a ocupar un cargo público de elección popular de importancia. 

5. No discrimina a las minorías LGTB. Por el contrario, cree que gays, lesbianas y travestis son personas comunes y corrientes que tienen una opción sexual diferente a los heterosexuales. Se empecina el alcalde en desconocer que son unos enfermos mentales que por lo general practican un sexo excremental, como lo sustentó Roberto Gerlein en el Senado.

6. Quiere llevarse a los estratos 1 y 2 a vivir al centro de Bogotá. ¿Habrase visto? Que se conformen con casuchas a las orillas de los ríos Tunjuelito o Bogotá a ver si se  ahogan en un fuerte invierno y bajan así los índices de pobreza del país.  

7. Es un despilfarrador del agua potable. Estableció el mínimo vital de 6 metros cúbicos para la población más vulnerable. Olvida que la tercera guerra mundial será precisamente por el agua y es un pecado regalársela a los pobres.

8. Atenta contra la libre competencia. Rebajó las tarifas de Transmilenio y tiene al borde de la quiebra a los pobres empresarios del transporte.

9. Le ha invertido mucha plata a la Universidad Distrital, en cambio no se acuerda del Colegio Mayor del Rosario, ni de la Universidad Javeriana.

10. Y lo peor: es un caribeño corroncho, asiduo lector de los herejes de Bolívar y García Márquez pero poco interesado en el clerical Santander. ¡Un come burra que fue a colarse en lo más granado del curubito del poder en Colombia. ¡Y no hay derecho, ala!   

[email protected]

Columnista
31 octubre, 2013

Diez razones para tumbar a Petro

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Raúl Bermúdez Márquez

Por Raúl Bermúdez Márquez 1. Gustavo Petro es un mal ejemplo para la cultura más extendida del país: la de la corrupción. Ejecuta un presupuesto anual de casi 14 billones de pesos y ha sido incapaz…de robarse un peso. En Colombia es grave robar y no hacer, permitido robar y hacer, pero hacer y no […]


Por Raúl Bermúdez Márquez

1. Gustavo Petro es un mal ejemplo para la cultura más extendida del país: la de la corrupción. Ejecuta un presupuesto anual de casi 14 billones de pesos y ha sido incapaz…de robarse un peso. En Colombia es grave robar y no hacer, permitido robar y hacer, pero hacer y no robar en el reino de la corrupción es lo más parecido a la estupidez. 

2. Tiene lengua larga y cortante. Se atrevió a denunciar parapolíticos, mafias y carteles.El informe que presentó sobre el cartel de la contratación en Bogotá le costó la salida de su anterior partido. Entre los carteles que confrontó y mantiene a raya en la administracióndistrital se encuentra uno muy poderoso: el de la recolección de basuras–con delfines a bordo-. Pero el colmo es su decisión de incluir a los recicladores en el negocio. 

3. Sería un hueso duro de roer en las elecciones presidenciales del 2018. Así que para prevenir y no lamentar es mejor sacarlo del juego desde ahora imponiéndole unos 20 añitos de inhabilidad para ejercer cargos públicos. Es que eso de tener presidente ex – guerrillero se deja para Uruguay.

4. Es un blanco magnífico para escarmentar. Hay que acabar ya con el show de La Habana, como propone el nuevo candidato uribista Oscar Iván Zuluaga. Y algo que contribuye notoriamente a desalentar a las FARC a continuar en el proceso es mostrarle lo que le pasaría a sus candidatos si por alguna circunstancia excepcional llegan a ocupar un cargo público de elección popular de importancia. 

5. No discrimina a las minorías LGTB. Por el contrario, cree que gays, lesbianas y travestis son personas comunes y corrientes que tienen una opción sexual diferente a los heterosexuales. Se empecina el alcalde en desconocer que son unos enfermos mentales que por lo general practican un sexo excremental, como lo sustentó Roberto Gerlein en el Senado.

6. Quiere llevarse a los estratos 1 y 2 a vivir al centro de Bogotá. ¿Habrase visto? Que se conformen con casuchas a las orillas de los ríos Tunjuelito o Bogotá a ver si se  ahogan en un fuerte invierno y bajan así los índices de pobreza del país.  

7. Es un despilfarrador del agua potable. Estableció el mínimo vital de 6 metros cúbicos para la población más vulnerable. Olvida que la tercera guerra mundial será precisamente por el agua y es un pecado regalársela a los pobres.

8. Atenta contra la libre competencia. Rebajó las tarifas de Transmilenio y tiene al borde de la quiebra a los pobres empresarios del transporte.

9. Le ha invertido mucha plata a la Universidad Distrital, en cambio no se acuerda del Colegio Mayor del Rosario, ni de la Universidad Javeriana.

10. Y lo peor: es un caribeño corroncho, asiduo lector de los herejes de Bolívar y García Márquez pero poco interesado en el clerical Santander. ¡Un come burra que fue a colarse en lo más granado del curubito del poder en Colombia. ¡Y no hay derecho, ala!   

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