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Columnista - 16 abril, 2024

Diego Torres quiso grabarun CD con ‘Colacho’

El lunes anterior fue el natalicio de Nicolás Elías ‘Colacho’ Mendoza Daza. El Rey de Reyes nació el 15 de abril de 1936 y falleció el 27 de septiembre de 2003; fue el acordeonero que vivió todas las generaciones de la música vallenata. Se codeó con Luis Enrique Martínez, Emiliano Zuleta Baquero, Lorenzo Morales, Alejo […]

El lunes anterior fue el natalicio de Nicolás Elías ‘Colacho’ Mendoza Daza. El Rey de Reyes nació el 15 de abril de 1936 y falleció el 27 de septiembre de 2003; fue el acordeonero que vivió todas las generaciones de la música vallenata.

Se codeó con Luis Enrique Martínez, Emiliano Zuleta Baquero, Lorenzo Morales, Alejo Durán, Israel Romero, Beto Villa, “Cocha” Molina, “Chiche” Martínez, Iván Zuleta, Saúl Lalleman, entre otros.

Cultivó con su música de acordeón a presidentes de la República, a jornaleros, ricos y pobres, hombres y mujeres. Metió la música vallenata a los clubes sociales, los más connotados cantantes del folclor lo buscaron para hacer conjunto con él y fue querido y el consentido de Rafael Escalona.

“Colacho” dejó grabada su imagen de gente de bien y hombre de palabra, es una de las celebridades del folclor. Su humildad y grandeza la reconocen todos. De él se tienen muchas anécdotas.

Yo muy joven, tuve la fortuna de conocer la grandeza y humildad de “Colacho”. Su esposa Fanny Zuleta era mi tía. De él guardo recuerdos inolvidables: me enseñó a “querer” a Escalona, Leandro Díaz y a Luis Enrique Martínez, los tres músicos más completos que ha tenido el folclor vallenato. Hoy narro dos anécdotas como homenaje a su memoria.

Una vez en Baranoa (Atlántico), un grupo de militares detuvo el automóvil en que viajábamos varias personas, para una requisa.

El chofer era un joven de 20 años, hijo de un empresario de Barranquilla. Un soldado vestido de camuflado, de ojos hondos y fluidos, con un fusil guindando de su mano izquierda y con una gorra militar envejecida que le tapaba medio rostro alzó la mano derecha para detener el vehículo.

Yo iba – apiñado- en la parte de atrás con “Tito” Castilla, Adán Montero y Wilson Peña, yo cursaba segundo semestre de Comunicación Social en la Universidad Autónoma del Caribe. El militar de unos 18 años de edad se asomó y casi sin mirarnos le ordenó al conductor detenerse para una requisa. Repentinamente el mismo militar se asomó –nuevamente- y preguntó si entre nosotros estaba “Colacho”.

“Sí, soy yo”, contestó Nicolás Elías con su manifiesta humildad. El soldado lo miró y se le notó en sus ojos la alegría que le produjo esa respuesta. El militar parecía ido, como si de pronto una luz encantada lo hubiera trastornado. Tartamudeando añadió: “Yo soy Juan García y tenía muchas ganas de conocerlo señor “Colacho”. Que nadie se baje, no hay requisa para ustedes. Siga señor “Colacho” y no se olvide mi nombre, soy de Cartagena”. “Colacho” solo murmuró: “Bueno, bueno”.

Seguimos la marcha y Wilson Peña soltó una pícara carcajada. “Colacho” le contestó como siempre lo hacía: “Deja la vaina, quédate tranquilo, carajo”.

Otro día yo estaba visitando a mi tía Fanny Zuleta (q.e.p.d.), esposa de Nicolás Elías. Estaba sentado en la cama conversando con “Colacho”. Fanny nos interrumpió para decirle: “‘Colacho’ por el teléfono fijo te está llamando Diego Torres, el famoso cantante argentino”.

Colacho hizo un gesto de desdén: “Dile que no he llegado, que llame más tarde”. Pero Fanny le insistió: “Me dijo que quiere grabar varias canciones contigo, necesita que le des una cita aquí en la casa, él viene dentro de diez días para Colombia. Te ha llamado como veinte veces”.

“Colacho” hizo otro gesto de reproche y contestó: “Que se deje de vainas ese tipo, yo no voy a grabar con gente que no conozco” y le pidió a Fanny que lo dejara tranquilo viendo su programa favorito ‘El Chavo del Ocho’. Después me comentó: “Yo no sé quién diablo es ese tal Diego”, concluyó y se acomodó para seguir viendo su programa. Hasta la próxima semana. [email protected] @tiochiro

Por:?Aquilino Cotes Zuleta

Columnista
16 abril, 2024

Diego Torres quiso grabarun CD con ‘Colacho’

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Aquilino Cotes Zuleta

El lunes anterior fue el natalicio de Nicolás Elías ‘Colacho’ Mendoza Daza. El Rey de Reyes nació el 15 de abril de 1936 y falleció el 27 de septiembre de 2003; fue el acordeonero que vivió todas las generaciones de la música vallenata. Se codeó con Luis Enrique Martínez, Emiliano Zuleta Baquero, Lorenzo Morales, Alejo […]


El lunes anterior fue el natalicio de Nicolás Elías ‘Colacho’ Mendoza Daza. El Rey de Reyes nació el 15 de abril de 1936 y falleció el 27 de septiembre de 2003; fue el acordeonero que vivió todas las generaciones de la música vallenata.

Se codeó con Luis Enrique Martínez, Emiliano Zuleta Baquero, Lorenzo Morales, Alejo Durán, Israel Romero, Beto Villa, “Cocha” Molina, “Chiche” Martínez, Iván Zuleta, Saúl Lalleman, entre otros.

Cultivó con su música de acordeón a presidentes de la República, a jornaleros, ricos y pobres, hombres y mujeres. Metió la música vallenata a los clubes sociales, los más connotados cantantes del folclor lo buscaron para hacer conjunto con él y fue querido y el consentido de Rafael Escalona.

“Colacho” dejó grabada su imagen de gente de bien y hombre de palabra, es una de las celebridades del folclor. Su humildad y grandeza la reconocen todos. De él se tienen muchas anécdotas.

Yo muy joven, tuve la fortuna de conocer la grandeza y humildad de “Colacho”. Su esposa Fanny Zuleta era mi tía. De él guardo recuerdos inolvidables: me enseñó a “querer” a Escalona, Leandro Díaz y a Luis Enrique Martínez, los tres músicos más completos que ha tenido el folclor vallenato. Hoy narro dos anécdotas como homenaje a su memoria.

Una vez en Baranoa (Atlántico), un grupo de militares detuvo el automóvil en que viajábamos varias personas, para una requisa.

El chofer era un joven de 20 años, hijo de un empresario de Barranquilla. Un soldado vestido de camuflado, de ojos hondos y fluidos, con un fusil guindando de su mano izquierda y con una gorra militar envejecida que le tapaba medio rostro alzó la mano derecha para detener el vehículo.

Yo iba – apiñado- en la parte de atrás con “Tito” Castilla, Adán Montero y Wilson Peña, yo cursaba segundo semestre de Comunicación Social en la Universidad Autónoma del Caribe. El militar de unos 18 años de edad se asomó y casi sin mirarnos le ordenó al conductor detenerse para una requisa. Repentinamente el mismo militar se asomó –nuevamente- y preguntó si entre nosotros estaba “Colacho”.

“Sí, soy yo”, contestó Nicolás Elías con su manifiesta humildad. El soldado lo miró y se le notó en sus ojos la alegría que le produjo esa respuesta. El militar parecía ido, como si de pronto una luz encantada lo hubiera trastornado. Tartamudeando añadió: “Yo soy Juan García y tenía muchas ganas de conocerlo señor “Colacho”. Que nadie se baje, no hay requisa para ustedes. Siga señor “Colacho” y no se olvide mi nombre, soy de Cartagena”. “Colacho” solo murmuró: “Bueno, bueno”.

Seguimos la marcha y Wilson Peña soltó una pícara carcajada. “Colacho” le contestó como siempre lo hacía: “Deja la vaina, quédate tranquilo, carajo”.

Otro día yo estaba visitando a mi tía Fanny Zuleta (q.e.p.d.), esposa de Nicolás Elías. Estaba sentado en la cama conversando con “Colacho”. Fanny nos interrumpió para decirle: “‘Colacho’ por el teléfono fijo te está llamando Diego Torres, el famoso cantante argentino”.

Colacho hizo un gesto de desdén: “Dile que no he llegado, que llame más tarde”. Pero Fanny le insistió: “Me dijo que quiere grabar varias canciones contigo, necesita que le des una cita aquí en la casa, él viene dentro de diez días para Colombia. Te ha llamado como veinte veces”.

“Colacho” hizo otro gesto de reproche y contestó: “Que se deje de vainas ese tipo, yo no voy a grabar con gente que no conozco” y le pidió a Fanny que lo dejara tranquilo viendo su programa favorito ‘El Chavo del Ocho’. Después me comentó: “Yo no sé quién diablo es ese tal Diego”, concluyó y se acomodó para seguir viendo su programa. Hasta la próxima semana. [email protected] @tiochiro

Por:?Aquilino Cotes Zuleta