Con palabras como zumbambico, novelero, sirirí, mijo y desguarambilado, que harán parte del "Diccionario de colombianismos", que estará concluido a finales de 2017, el Instituto Caro y Cuervo (ICC) busca revivir la memoria lingüística del país con expresiones que usaban los abuelos.
Con palabras como zumbambico, novelero, sirirí, mijo y desguarambilado, que harán parte del “Diccionario de colombianismos”, que estará concluido a finales de 2017, el Instituto Caro y Cuervo (ICC) busca revivir la memoria lingüística del país con expresiones que usaban los abuelos.
“Lo bonito de este diccionario es que cada persona puede encontrar algo que le ilumine la memoria, los recuerdos de antaño, las expresiones de los papás, las mamás y los abuelos para echar cantaletas o expresar su amor”, aseguró a Efe la directora del Caro y Cuervo, Carmen Millán.
Una de las entradas que recuerda el antiguo lenguaje colombiano es la palabra “mijo” que “es el vocativo afectuoso que suelen usar entre sí el marido y la mujer”, una palabra que como Millán afirma, “ya no se usa, pero era con la que los abuelos expresaban su amor”.
El “Diccionario de colombianismos” nació de la idea de expandir el glosario de americanismos, cuyo proyecto fue promovido por La Real Academia de la Lengua Española, con el objetivo de recopilar las palabras que se usan en más de cuatro países latinoamericanos.
Aquella investigación permitió la publicación de los diccionarios de argentinismos, uruguayismos y colombianismos en 1983.
El nuevo “Diccionario de colombianismos” tendrá cerca de 10.000 entradas y estará listo a finales de 2017 incluyendo eufemismos, onomatopeyas y expresiones autóctonas del país.
“Las palabras que entrarán en el diccionario son aquellas que no se empleen en España y que se usen en Colombia o en países colindantes como Venezuela, Perú y Ecuador”, dijo a Efe la investigadora lingüística del Caro y Cuervo, Nancy Rozo.
Uno de los conceptos que aparecerán en el diccionario es “bola”, que hace referencia a una persona boba.
Asimismo, “bola” tendrá subentradas que explicarán los distintos contextos en el que los colombianos usan esa palabra, por ejemplo: “no dar pie con bola”, “estar en bola”, “parar bolas” y “correr la bola”.
Para seleccionar las palabras que estarán en el diccionario, lexicógrafos, redactores, lingüistas y colaboradores viajaron a varias regiones del país y revisaron el lenguaje usado por las personas, en periódicos, novelas, programas de televisión y libros.
Producto de esos viajes son los sinónimos “agria”, “amarga”, “birra”, “fría”, “pochola”, “pola” y “chela”, que no es otra cosa en Colombia que una cerveza.
Como parte de una campaña para que los colombianos conozcan algunos de esos significados, el Caro y Cuervo trabajó en dos publicaciones que se podrán adquirir gratuitamente hasta el 10 de diciembre.
La primera tiene que ver con un paquete de postales que gracias a una alianza con la empresa de correos nacionales 4-72 se pueden adquirir y enviar gratuitamente a cualquier lugar del país como regalo navideño.
Las postales van en orden alfabético y cada una contiene un colombianismo con el significado y un ejemplo, como “sirirí”.
“Sirirí” es el nombre con el que los colombianos denotan una “cantaleta”, que a su vez se usa para decir “deje la regañadera” y que el diccionario ha definido como “lo que se repite con una insistencia que molesta y fastidia”.
Pero lo que muchos no saben es que el “sirirí” también es un “ave insectívora de hasta 20 centímetros de longitud, principalmente de color oliva, cabeza negra, garganta y pecho grisáceo y abdomen amarillo, que hace un gran escándalo cuando está anidando”.
El segundo es una cartilla con sopas de letras, adivinanzas y retahílas que se distribuirán en centros educativos para que los alumnos aprendan por ejemplo lo que es ser un “amigovio” y no caigan en la posición del amigovio enamorado que “en silencio lleva el deseo y anhelo de tener una relación formal”.
También están en este trabajo vocablos como zumbambico (niño malcriado), desguarambilado (desarreglado, mal vestido) o cipotudo (algo formidable).
Rozo, quien forma parte del equipo lexicográfico, define este proyecto como una “berraquera” y una “verraquera” porque, además de que “ambas variantes están bien escritas”, ha sido un trabajo lleno de “energía y valentía”.
Para la última etapa se proyecta registrar más palabras de las regiones, así como un listado de siglas, gentilicios, grupos étnicos y lenguas indígenas de Colombia.
David Fernández Conejo
EFE
Con palabras como zumbambico, novelero, sirirí, mijo y desguarambilado, que harán parte del "Diccionario de colombianismos", que estará concluido a finales de 2017, el Instituto Caro y Cuervo (ICC) busca revivir la memoria lingüística del país con expresiones que usaban los abuelos.
Con palabras como zumbambico, novelero, sirirí, mijo y desguarambilado, que harán parte del “Diccionario de colombianismos”, que estará concluido a finales de 2017, el Instituto Caro y Cuervo (ICC) busca revivir la memoria lingüística del país con expresiones que usaban los abuelos.
“Lo bonito de este diccionario es que cada persona puede encontrar algo que le ilumine la memoria, los recuerdos de antaño, las expresiones de los papás, las mamás y los abuelos para echar cantaletas o expresar su amor”, aseguró a Efe la directora del Caro y Cuervo, Carmen Millán.
Una de las entradas que recuerda el antiguo lenguaje colombiano es la palabra “mijo” que “es el vocativo afectuoso que suelen usar entre sí el marido y la mujer”, una palabra que como Millán afirma, “ya no se usa, pero era con la que los abuelos expresaban su amor”.
El “Diccionario de colombianismos” nació de la idea de expandir el glosario de americanismos, cuyo proyecto fue promovido por La Real Academia de la Lengua Española, con el objetivo de recopilar las palabras que se usan en más de cuatro países latinoamericanos.
Aquella investigación permitió la publicación de los diccionarios de argentinismos, uruguayismos y colombianismos en 1983.
El nuevo “Diccionario de colombianismos” tendrá cerca de 10.000 entradas y estará listo a finales de 2017 incluyendo eufemismos, onomatopeyas y expresiones autóctonas del país.
“Las palabras que entrarán en el diccionario son aquellas que no se empleen en España y que se usen en Colombia o en países colindantes como Venezuela, Perú y Ecuador”, dijo a Efe la investigadora lingüística del Caro y Cuervo, Nancy Rozo.
Uno de los conceptos que aparecerán en el diccionario es “bola”, que hace referencia a una persona boba.
Asimismo, “bola” tendrá subentradas que explicarán los distintos contextos en el que los colombianos usan esa palabra, por ejemplo: “no dar pie con bola”, “estar en bola”, “parar bolas” y “correr la bola”.
Para seleccionar las palabras que estarán en el diccionario, lexicógrafos, redactores, lingüistas y colaboradores viajaron a varias regiones del país y revisaron el lenguaje usado por las personas, en periódicos, novelas, programas de televisión y libros.
Producto de esos viajes son los sinónimos “agria”, “amarga”, “birra”, “fría”, “pochola”, “pola” y “chela”, que no es otra cosa en Colombia que una cerveza.
Como parte de una campaña para que los colombianos conozcan algunos de esos significados, el Caro y Cuervo trabajó en dos publicaciones que se podrán adquirir gratuitamente hasta el 10 de diciembre.
La primera tiene que ver con un paquete de postales que gracias a una alianza con la empresa de correos nacionales 4-72 se pueden adquirir y enviar gratuitamente a cualquier lugar del país como regalo navideño.
Las postales van en orden alfabético y cada una contiene un colombianismo con el significado y un ejemplo, como “sirirí”.
“Sirirí” es el nombre con el que los colombianos denotan una “cantaleta”, que a su vez se usa para decir “deje la regañadera” y que el diccionario ha definido como “lo que se repite con una insistencia que molesta y fastidia”.
Pero lo que muchos no saben es que el “sirirí” también es un “ave insectívora de hasta 20 centímetros de longitud, principalmente de color oliva, cabeza negra, garganta y pecho grisáceo y abdomen amarillo, que hace un gran escándalo cuando está anidando”.
El segundo es una cartilla con sopas de letras, adivinanzas y retahílas que se distribuirán en centros educativos para que los alumnos aprendan por ejemplo lo que es ser un “amigovio” y no caigan en la posición del amigovio enamorado que “en silencio lleva el deseo y anhelo de tener una relación formal”.
También están en este trabajo vocablos como zumbambico (niño malcriado), desguarambilado (desarreglado, mal vestido) o cipotudo (algo formidable).
Rozo, quien forma parte del equipo lexicográfico, define este proyecto como una “berraquera” y una “verraquera” porque, además de que “ambas variantes están bien escritas”, ha sido un trabajo lleno de “energía y valentía”.
Para la última etapa se proyecta registrar más palabras de las regiones, así como un listado de siglas, gentilicios, grupos étnicos y lenguas indígenas de Colombia.
David Fernández Conejo
EFE