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Columnista - 20 septiembre, 2015

Diálogo con un votante

¿Llegaron nuevamente? Si, por acá estuvieron; vienen todos los días, solo en esta época pasan más veces de las que puedo verlos en todo el año, el lujo de sus vehículos contrasta con estas casas que parecen ruinas, les importa más un afiche adornando una puerta que las necesidades que pueden encontrar al pasar por […]

¿Llegaron nuevamente? Si, por acá estuvieron; vienen todos los días, solo en esta época pasan más veces de las que puedo verlos en todo el año, el lujo de sus vehículos contrasta con estas casas que parecen ruinas, les importa más un afiche adornando una puerta que las necesidades que pueden encontrar al pasar por ella, cuando nos visitan todos corren como si realmente solucionaran nuestros problemas; pero nada solo hablan y hablan en cada elección. Los acompañan algunos que se hacen llamar líderes pero solo son parte de una cadena de negociantes que ofrecen votos como si se tratara de cualquier mercancía y los cuentan con cifras exactas ¡tengo cincuenta votos! ó ¡tengo cien votos!, me da risa, dicen que son líderes y no lideran nada, solo preservan el estado de sumisión de muchos ante una minoría que los excluye y sólo buscan en tiempo de electoral.

¿Y los demás qué dicen? Nada, todos aprovechan el momento; reciben el trago que les regalan, se emborrachan, bailan y aplauden cualquier cosa; he preferido no salir, no verlos, ni escucharlos, muchos vienen rodeados de un ejército que a pesar de darnos un abrazo la desconfianza es evidente en sus miradas, los niños son los primeros en salir y se quedan sin aliento al ver esa caravana de carros y no descansan hasta saber quién es el candidato protegido por esos vidrios oscuros. Estoy cansado de aplaudir discursos, quiero aplaudir hechos, quiero aplaudir ejemplos, quiero aplaudir actos, es lo que realmente puede contribuir a mejorar la vida de estos pueblos.

¿Quién crees que pueda ganar? No lo sé, pero no me interesa pronosticar triunfadores, quiero pensar cuidadosamente las razones por las que votaré, aunque no avancé mucho en el colegio, se leer y escribir, miro el periódico y veo que algunos que escriben como tú se desesperan por anunciar su voto, como si a nosotros los que vivimos en estos pueblos nos importara por quién votan esos que hacen columnas con esmerada lambonería.

¿Qué opinas de las encuestas? viajé a visitar a un amigo que trabaja para el gobierno departamental y me preguntó por una encuesta, le dije que no la conocía; sin embargo, en un esfuerzo por brindarse tranquilidad el mismo, expresó ¡al final esto lo gana la plata!, supuse que no le iba bien a su candidato; quedé desconcertado al escuchar eso de una persona que admiro tanto y lo vi promover tantas veces el voto transparente; pero eso me dejó una gran inquietud, confían más en el dinero que le invierten a una campaña que en las cualidades, preparación ó ejecutorias de una persona.

Lo que si te puedo decir es que votaré por quien yo quiera, votaré libremente, no votaré por el que ofrezca dinero, no venderé mi voto, no votaré por amistad o familiaridad, no votaré por el candidato que exhiba más riqueza.

Mi voto será limpio, porque no es la plata es el corazón y al finalizar el 25 de octubre, gane o pierda el candidato por el que deposite mi voto, llegaré a mi casa y miraré a los ojos de mis hijos y les diré, no voté por nadie, no voté por un empleo; voté por ustedes, voté por su futuro, voté porque quiero que sepan que cuando tengan que decidir, no sólo vayan a las urnas, sino que previamente piensen y voten sin intereses calculados, sin influencias de nadie, ni mucho menos de aquellos cuya preparación es considerablemente menor a la de ustedes y hoy tienen su cara en un afiche como candidatos.

Columnista
20 septiembre, 2015

Diálogo con un votante

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Carlos Andrés Añez Maestre

¿Llegaron nuevamente? Si, por acá estuvieron; vienen todos los días, solo en esta época pasan más veces de las que puedo verlos en todo el año, el lujo de sus vehículos contrasta con estas casas que parecen ruinas, les importa más un afiche adornando una puerta que las necesidades que pueden encontrar al pasar por […]


¿Llegaron nuevamente? Si, por acá estuvieron; vienen todos los días, solo en esta época pasan más veces de las que puedo verlos en todo el año, el lujo de sus vehículos contrasta con estas casas que parecen ruinas, les importa más un afiche adornando una puerta que las necesidades que pueden encontrar al pasar por ella, cuando nos visitan todos corren como si realmente solucionaran nuestros problemas; pero nada solo hablan y hablan en cada elección. Los acompañan algunos que se hacen llamar líderes pero solo son parte de una cadena de negociantes que ofrecen votos como si se tratara de cualquier mercancía y los cuentan con cifras exactas ¡tengo cincuenta votos! ó ¡tengo cien votos!, me da risa, dicen que son líderes y no lideran nada, solo preservan el estado de sumisión de muchos ante una minoría que los excluye y sólo buscan en tiempo de electoral.

¿Y los demás qué dicen? Nada, todos aprovechan el momento; reciben el trago que les regalan, se emborrachan, bailan y aplauden cualquier cosa; he preferido no salir, no verlos, ni escucharlos, muchos vienen rodeados de un ejército que a pesar de darnos un abrazo la desconfianza es evidente en sus miradas, los niños son los primeros en salir y se quedan sin aliento al ver esa caravana de carros y no descansan hasta saber quién es el candidato protegido por esos vidrios oscuros. Estoy cansado de aplaudir discursos, quiero aplaudir hechos, quiero aplaudir ejemplos, quiero aplaudir actos, es lo que realmente puede contribuir a mejorar la vida de estos pueblos.

¿Quién crees que pueda ganar? No lo sé, pero no me interesa pronosticar triunfadores, quiero pensar cuidadosamente las razones por las que votaré, aunque no avancé mucho en el colegio, se leer y escribir, miro el periódico y veo que algunos que escriben como tú se desesperan por anunciar su voto, como si a nosotros los que vivimos en estos pueblos nos importara por quién votan esos que hacen columnas con esmerada lambonería.

¿Qué opinas de las encuestas? viajé a visitar a un amigo que trabaja para el gobierno departamental y me preguntó por una encuesta, le dije que no la conocía; sin embargo, en un esfuerzo por brindarse tranquilidad el mismo, expresó ¡al final esto lo gana la plata!, supuse que no le iba bien a su candidato; quedé desconcertado al escuchar eso de una persona que admiro tanto y lo vi promover tantas veces el voto transparente; pero eso me dejó una gran inquietud, confían más en el dinero que le invierten a una campaña que en las cualidades, preparación ó ejecutorias de una persona.

Lo que si te puedo decir es que votaré por quien yo quiera, votaré libremente, no votaré por el que ofrezca dinero, no venderé mi voto, no votaré por amistad o familiaridad, no votaré por el candidato que exhiba más riqueza.

Mi voto será limpio, porque no es la plata es el corazón y al finalizar el 25 de octubre, gane o pierda el candidato por el que deposite mi voto, llegaré a mi casa y miraré a los ojos de mis hijos y les diré, no voté por nadie, no voté por un empleo; voté por ustedes, voté por su futuro, voté porque quiero que sepan que cuando tengan que decidir, no sólo vayan a las urnas, sino que previamente piensen y voten sin intereses calculados, sin influencias de nadie, ni mucho menos de aquellos cuya preparación es considerablemente menor a la de ustedes y hoy tienen su cara en un afiche como candidatos.