Comenzó a circular la propuesta hecha por la administración municipal de Valledupar que busca establecer un día sin carro en esta ciudad, medida que, como era de esperarse, ha despertado toda clase de reacciones.

Desde ya se escuchan voces a favor y en contra de la medida, lo cierto es que razones y justificaciones van y vienen en torno al tema y eso es apenas normal por lo crucial que resulta el asunto para la ciudadanía en general y para las mismas autoridades que serán las encargadas de diseñar el sistema que se implementará ese día para que esa iniciativa funcione de la mejor forma.

Este tipo de iniciativas deben ser miradas con mucho criterio de ciudadano cívico, eso implica un autoexamen del comportamiento de cada individuo en las vías públicas, el cual aplicaría tanto para los peatones como para los conductores de toda clase de vehículos, hay deberes, obligaciones y derechos para ambos casos.

La aplicación de esta propuesta ha de convertirse en una prueba de fuego para medir la capacidad que tienen las autoridades competentes para controlar la movilidad en Valledupar, lo mismo que la eficiencia del nuevo sistema de buses de la ciudad y también para tomarle el pulso al grado de cultura ciudadana de nuestros habitantes.

Pero más importante que eso es analizar los alcances de la medida en términos de beneficios e impacto positivo para nuestro medio ambiente y la salud de la ciudadanía, sobre ello ya hay muchas experiencias en otras ciudades de Colombia y el mundo. Precisamente en Valledupar ya se han realizado estos experimentos que están basados en toda una gama de buenas intenciones a favor de la naturaleza.

Como se recuerda, el 23 de febrero del año 2000 fue la primera vez que se aplicó la medida en Colombia, la cual se puso en práctica en la capital de la República, bajo el mandato del alcalde Enrique Peñalosa, jornada que fue denominada “Sin mi carro en Bogotá”.

Al igual que ahora, en esa ocasión muchos no estuvieron de acuerdo con esa jornada y consideraban que no era viable logísticamente, por lo que de manera anticipada se apresuraron a decir que sería un total fracaso. Pero no, ese primer experimento resultó muy positivo y se lograron muchos de los objetivos propuestos, en especial el de descontaminar la ciudad del uso excesivo de vehículo.

En Valledupar también han funcionado estas iniciativas y por ello se espera que, en esta nueva oportunidad, corrigiendo algunos detalles o errores del pasado, se pueda sacar adelante con el mejor de los éxitos para beneficios de todos.

La jornada en Valledupar por el momento es solo un anuncio, falta definir la fecha de su realización y el diseño de la misma. No obstante, se considera necesario que todos los estamentos sociales se involucren o los involucre la administración municipal, la posición y el interés de sectores como el comercial, empresarial, entre otros, será fundamental para que las cosas funcionen muy bien.

La alcaldía de Valledupar debe iniciar cuanto antes un proceso de socialización de la medida y en consenso definir el esquema y los controles, además de las sanciones para quienes la incumplan. En síntesis, la mejor recomendación es que el proceso no se desarrolle en el marco de la improvisación e imposición, sino que este obedezca a una labor concienzuda y apoyada por la gran mayoría de las distintas instancias sociales de la ciudad.