Las concesiones sobre el río Simití serían los principales problemas de la reserva de agua ubicada en el corregimiento de Santa Isabel, en el centro del departamento del Cesar.
Las concesiones sobre los ríos tienen en jaque a toda una comunidad ambiental en Santa Isabel, corregimiento ubicado a 17 kilómetros del casco urbano del municipio de Curumaní, Cesar.
Este complejo cenagoso no es ajeno a los inconvenientes causados por la falta de agua en el departamento, centrada especialmente en las más de 1.600 concesiones entregadas para que particulares y entidades públicas que se beneficien de ríos como el Guatapurí, Ariguaní, Cesar, Buturama, entre otros. Permisos entregados por la Corporación Autónoma Regional del Cesar, Corpocesar, hace más de 20 años cuando implementó la Resolución Reglamentaria 139 del 4 de agosto de 1987.
En Santa Isabel, una población que en enero de 1993 fue víctima de las Convivir y seis años después de la guerrilla, denuncian que la ciénaga afronta diversos problemas como la pérdida de agua debido a que el cauce del río Simití, que la surtía, está siendo desviado para alimentar cultivos de arroz. Al igual, la sedimentación acabó con la pesca, que era las formas de subsistencia de sus pobladores.
La ciénaga está a punto de depender básicamente de las lluvias, relata Álex Oliveros Galindo, ingeniero Civil y exsecretario de Planeación de Curumaní.
“Antes era una ciénaga continua porque el río Simití la mantenía con agua. La problemática tiene entre 15 y 20 años. El exgobernador Cristian Moreno tenía pensando convertirla en un complejo turístico y no pasó nada, después el alcalde Henry Chacón alcanzó a realizar unos diseños y tampoco pasó nada; montar un complejo turístico alrededor de la ciénaga, cuando ya no hay nada, es algo perdido”, denunció Oliveros Galindo.
Asegura que en el espejo de agua dulce, que tiene más de dos kilómetros cuadrados, ubicada en el pie de monte serrano de la Serranía de Perijá, está lleno de tarulla y maleza.
“Corpocesar vino el fin de semana, pero no se reunieron con las comunidades expertas, hablaron con los habitantes del corregimiento. La ciénaga era muy grande y se ha ido acabado porque el río lo están desviando para nutrir los cultivos de arroz. Soñamos con la ciénaga hermosa”, argumentó Álex Oliveros Galindo.
En 2008, el exalcalde de Curumaní Alaín Cárcamo, de la mano de la Gobernación del Cesar, intentó realizar un proyecto ecoturístico con la ciénaga basando la idea recuperarla y convertirla en un mirador turístico, que incluyera club de pesca y canotaje, pero nada de eso se cumplió.
El secretario de Ambiente Departamental, Andrés Arturo Fernández, destacó haber realizado varias mesas de seguimiento a la problemática ambiental con el acompañamiento de la comunidad, MAPP-OEA, Corpocesar y la Alcaldía de Curumaní.
“En la última mesa hecha el 18 de abril llevamos a cabo una inspección ocular en función de conocer la problemática real, con el objetivo de promover medidas de prevención y mitigar los impactos ambientales que se están presentando. Con el grupo técnico de la Secretaría de Ambiente y Corpocesar se tomó formalmente la denuncia de la captación ilegal de los coperos de agua, al igual el tema de linderos con la Agencia Nacional de Tierras, a la cual se le extendió la invitación para dirimir el conflicto de las sabanas comunales”, declaró el funcionario.
Explicó además que la Alcaldía de Curumaní se comprometió a desarrollar un censo de los invasores de las sabanas comunales, dado que no se tiene determinado la cantidad de personas invasoras denunciadas por el presidente de la Junta de Acción Comunal.
Por su parte, el director de Corpocesar, Kaleb Villalobos Brochel, sostuvo que están trabajando para recuperar la ciénaga y el fin de semana anterior visitaron el lugar donde “socialismos acciones que la gente no sabía que se estaban haciendo.
Por Carlos Mario Jiménez
[email protected]
Las concesiones sobre el río Simití serían los principales problemas de la reserva de agua ubicada en el corregimiento de Santa Isabel, en el centro del departamento del Cesar.
Las concesiones sobre los ríos tienen en jaque a toda una comunidad ambiental en Santa Isabel, corregimiento ubicado a 17 kilómetros del casco urbano del municipio de Curumaní, Cesar.
Este complejo cenagoso no es ajeno a los inconvenientes causados por la falta de agua en el departamento, centrada especialmente en las más de 1.600 concesiones entregadas para que particulares y entidades públicas que se beneficien de ríos como el Guatapurí, Ariguaní, Cesar, Buturama, entre otros. Permisos entregados por la Corporación Autónoma Regional del Cesar, Corpocesar, hace más de 20 años cuando implementó la Resolución Reglamentaria 139 del 4 de agosto de 1987.
En Santa Isabel, una población que en enero de 1993 fue víctima de las Convivir y seis años después de la guerrilla, denuncian que la ciénaga afronta diversos problemas como la pérdida de agua debido a que el cauce del río Simití, que la surtía, está siendo desviado para alimentar cultivos de arroz. Al igual, la sedimentación acabó con la pesca, que era las formas de subsistencia de sus pobladores.
La ciénaga está a punto de depender básicamente de las lluvias, relata Álex Oliveros Galindo, ingeniero Civil y exsecretario de Planeación de Curumaní.
“Antes era una ciénaga continua porque el río Simití la mantenía con agua. La problemática tiene entre 15 y 20 años. El exgobernador Cristian Moreno tenía pensando convertirla en un complejo turístico y no pasó nada, después el alcalde Henry Chacón alcanzó a realizar unos diseños y tampoco pasó nada; montar un complejo turístico alrededor de la ciénaga, cuando ya no hay nada, es algo perdido”, denunció Oliveros Galindo.
Asegura que en el espejo de agua dulce, que tiene más de dos kilómetros cuadrados, ubicada en el pie de monte serrano de la Serranía de Perijá, está lleno de tarulla y maleza.
“Corpocesar vino el fin de semana, pero no se reunieron con las comunidades expertas, hablaron con los habitantes del corregimiento. La ciénaga era muy grande y se ha ido acabado porque el río lo están desviando para nutrir los cultivos de arroz. Soñamos con la ciénaga hermosa”, argumentó Álex Oliveros Galindo.
En 2008, el exalcalde de Curumaní Alaín Cárcamo, de la mano de la Gobernación del Cesar, intentó realizar un proyecto ecoturístico con la ciénaga basando la idea recuperarla y convertirla en un mirador turístico, que incluyera club de pesca y canotaje, pero nada de eso se cumplió.
El secretario de Ambiente Departamental, Andrés Arturo Fernández, destacó haber realizado varias mesas de seguimiento a la problemática ambiental con el acompañamiento de la comunidad, MAPP-OEA, Corpocesar y la Alcaldía de Curumaní.
“En la última mesa hecha el 18 de abril llevamos a cabo una inspección ocular en función de conocer la problemática real, con el objetivo de promover medidas de prevención y mitigar los impactos ambientales que se están presentando. Con el grupo técnico de la Secretaría de Ambiente y Corpocesar se tomó formalmente la denuncia de la captación ilegal de los coperos de agua, al igual el tema de linderos con la Agencia Nacional de Tierras, a la cual se le extendió la invitación para dirimir el conflicto de las sabanas comunales”, declaró el funcionario.
Explicó además que la Alcaldía de Curumaní se comprometió a desarrollar un censo de los invasores de las sabanas comunales, dado que no se tiene determinado la cantidad de personas invasoras denunciadas por el presidente de la Junta de Acción Comunal.
Por su parte, el director de Corpocesar, Kaleb Villalobos Brochel, sostuvo que están trabajando para recuperar la ciénaga y el fin de semana anterior visitaron el lugar donde “socialismos acciones que la gente no sabía que se estaban haciendo.
Por Carlos Mario Jiménez
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