Por Silvia Betancourt Alliegro

REFRANERO COLOMBIANO (Continuación)
Persevero con mi obsequio de fin de año, para todo el que quiera usar la sabiduría de nuestros antepasados.
El peor de los males es tratar con animales.
El perfume fino viene en envase pequeño.
El pez por la boca muere.
El pez que busca anzuelo, busca su duelo.
El puerco más flaco se come la mejor mazorca.
El que a buen árbol se arrima…buena sombra le cobija.
El que a todos saluda, pronto rompe su cabeza.
El que al cielo escupe, en la cara le cae.
El que bebe agua en tapadera, o se casa en tierra ajena, no sabe si el agua es clara ni si la mujer es buena.
El que busca, encuentra.
El que calla…. otorga.
El que canta por la mañana, llora por la tarde.
El que canta, sus males espanta.
El que con la miel anda…  algo se le pega.
El que con niños se acuesta, amanece mojado.
El que da primero, da dos veces.
El que da y quita, con el diablo se desquita.
El que de mañana se levanta, en su trabajo adelanta.
El que es un buen gallo en cualquier corral canta.
El que espera desespera.
El que hambre tiene, en tortillas piensa.
El que la busca… la encuentra.
El que la debe…. la teme.
El que la hace… la paga.
El que mal anda, mal acaba.
El que más hace, menos alcanza.
El que menos corre… vuela.
El que mucho abarca… poco aprieta.
El que mucho corre, pronto para.
El que mucho escoge con lo peor se queda.
El que mucho fía, se queda con la bolsa vacía.
El que mucho habla mucho yerra.
El que mucho piensa… poco hace.
El que nace pa’ tamal, del cielo le caen las hojas.
El que nada debe, nada teme.
El que no cae, resbala.
El que no espera vencer ya está vencido.
El que no llora no mama.
El que no oye consejo, no llega a viejo.
El que no perdona no olvida.
El que no sabe es como el que no ve.
El que no se arriesga no cruza el río.
El que no tiene más con su mujer se acuesta.
El que parte y recomparte siempre coge la mejor parte.
El que pega primero… pega dos veces.
El que poco habla…mucho dice.
El que poco pide, poco merece.
El que por su gusto corre, nunca se cansa.
El que quiera marrones que aguante tirones.
El que quiere baile, que pague músico.
El que quita la ocasión, evita el ladrón.
El que ríe de último, ríe mejor.
El que ronca es el que puede.
El que sale a bailar, pierde su lugar.
El que se acuesta con niños amanece mojado.
El que se fue a la villa perdió su silla.
El que se mete de redentor sale crucificado.
El que siembra… recoge.
El que tiene tienda, que la atienda.
El sol sale para todos.
El sueño es alimento de los pobres.
El último en llegar, con la más fea le toca bailar.
El valiente de palabras es muy ligero de pies.
En boca cerrada no entra mosca.
En boca del mentiroso, lo cierto se hace dudoso.
En casa de herrero, azadón de palo.
En casa de jabonero el que no cae resbala.
En el camino se arreglan las cargas.
En esta vida maluca si no hay pan se come yuca.
En la guerra y en el amor, todo es permitido.
En la puerta del horno, se quema el pan.
En la tierra del ciego, el tuerto es rey.
En martes ni te cases ni te embarques.
En pelea de burros, el pagano es el arriero.
En pleitos de hermanos, no metas las manos.
En río revuelto… ganancia de pescadores.
En tiempo de guerra cualquier hoyo es trinchera.
En todas partes se cuecen habas.
En tus apuros y afanes, acude a los refranes.
Enero y febrero, desviejadero.
Entre bueyes no hay cornadas.
Entre marido y mujer, nadie se debe meter.
Entre más amistad, más claridad.
Errar es humano, perdonar es divino.
Es más constante que un coto.
Es más entrador que una pulga.
Es más placentero dar que recibir
Es más por la costumbre que por la devoción.
Es mejor deber dinero y no favores.
Es mejor la seguridad que la policía.
Ese huevo quiere sal.
Está como agua pa’ chocolate.
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