La entrega de armas y el paso de la insurgencia de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) a partido político, el nuevo movimiento Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC), fue una de las noticias más relevantes durante el año que está a punto de terminar.
La entrega de armas y el paso de la insurgencia de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) a partido político, el nuevo movimiento Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC), fue una de las noticias más relevantes durante el año que está a punto de terminar.
Los exalzados en armas tendrán que luchar con el estigma que les dejó la guerra, pese a todo el empeño que han tenido por la paz. La polémica llegada del grupo guerrillero a la legalidad generó rechazos y apoyos por parte de los colombianos.
Durante este año las Zonas Veredales cumplieron con su función principal de garantizar el buen desarrollo del proceso de Cese al Fuego y de Hostilidades Bilateral y Definitivo y la dejación de armas. A partir del 15 de agosto de 2017 estos lugares se transformaron en Espacios Territoriales para la Capacitación y Reincorporación. Uno de ellos fue la vereda Los Encantos en el municipio de La Paz, en donde más de un centenar de guerrilleros se concentraron para su proceso de desmovilización.
Como avance de un camino efectivo hacia la paz, la Oficina del Alto Comisionado para la Paz contribuyó no solo a generar las garantías jurídicas para el cese al fuego y la dejación de armas, sino que también gestionó y coordinó múltiples actividades preparatorias para el proceso de reincorporación.
En estas zonas se lograron varios avances como la afiliación a EPS de 9.843 personas, se prestaron 13.500 servicios de salud autorizados; 8.600 atenciones médicas, se atendieron 373 menores de edad y se dio vía libre a 400 solicitudes de servicio para 160 mujeres gestantes afiliadas.
Así mismo, 308 personas fueron atendidas en cuatro brigadas de salud de las especialidades de ortopedia, ginecología, ginecoobstetricia, optometría, odontología, neurología, urología, cirugía interna, entre otras. Por otra parte, en estas mismas zonas se entregaron 1.179 kits deportivos y 37.000 equipos de aseo.
Dentro de los servicios que se le prestaron a la población que se encontraba en las ZVTN se destaca que 2.629 desmovilizados de las Farc recibieron formación de Sena, al igual que a 19.145 de la comunidad aledaña a estos territorios y 80 niños fueron escolarizados.
El camino
El 15 de agosto la totalidad de los integrantes de las Farc, incluyendo las milicias, terminaron el proceso de dejación de armas. Las Naciones Unidas recibieron el armamento, lo depositaron en los contenedores y realizaron la extracción de los mismos de cada una de las zonas. Así mismo certificaron la dejación de armas de cada uno de sus integrantes.
Durante este proceso los excombatientes suscribieron el Acta de Compromiso de no volver a levantarse en contra del Estado y recibieron la acreditación por parte de la oficina del Alto Comisionado para la Paz, lo que les permite hacer el tránsito a la legalidad.
La antigua guerrilla de las Farc ingresó en noviembre de 2017 a la arena política. El Consejo Nacional Electoral, CNE, le entregó la personería jurídica a su partido y de inmediato lanzó sus candidatos a la Presidencia y al Congreso de la República.
Quien fuera el jefe máximo del grupo subversivo, Rodrigo Londoño, ‘Timochenko’, será el candidato al cargo más importante del país, mientras que Imelda Daza, proveniente de la extinta Unión Patriótica, será su fórmula vicepresidencial.
Los primeros renglones de la lista al Senado serán para quienes hicieron parte de la mesa de La Habana: Iván Márquez, Pablo Catatumbo, Carlos Antonio Lozada y Victoria Sandino. Además estarán Sandra Ramírez, viuda de Manuel Marulanda, y Benkos Biojó, por las negritudes.
Para la Cámara, el nuevo partido le apuestan a la capital del país y a territorios donde llegaron a hacer presencia: en Bogotá, Byron Yepes; Antioquia, Olmedio Ruiz; Valle del Cauca, Marco León Calarcá; Atlántico, Jesús Santrich, y Santander, Jairo Quintero.
Por cuenta de los acuerdos de paz, ese partido tiene aseguradas cinco curules en la Cámara y cinco en el Senado, lo que implica que estos nombres serán quienes los representen en el juego democrático del 2018. Sin embargo, pese a que la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común ha dicho que quiere sacar una votación alta para hacer mayor presencia en el Congreso, eso no se ve viable en el corto futuro.
De hecho, en las elecciones de 2014 Caquetá solo obtuvo dos representantes, uno conservador y otro liberal; Amazonas, dos ‘rojos’ y uno de Opción ciudadana; Guaviare, un liberal y otro de la U; Putumayo, un conservador y otro liberal, y Vichada, un liberal y otro del Partido de la U.
A fecha 11 de diciembre de 2017, la oficina del Alto Comisionado para la Paz ha acreditado: 11.976 integrantes de las Farc (incluye guerrilleros, milicianos y PPL), discriminados así: 8.877 guerrilleros y milicianos, 6.128 internos, 2.749 externos o milicianos, 58 extranjeros y 3.041 PPL (personas privadas de la libertad).
Previo a este trámite, el Alto Comisionado coordinó con la Registraduría la realización entre los meses de marzo y junio de 2017 de más de 80 jornadas de cedulación en cada una de las 26 zonas veredales, desplegando de manera simultánea hasta 14 equipos técnicos en estos lugares.
Como resultado de estas jornadas, se realizó identificación plena de más de 8 mil integrantes de Farc y se ha entregado hasta la fecha documentos de identificación a un total de 8.572 de sus integrantes.
Imelda Daza Cotes, fórmula presidencial de la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común aseguró: “El desarme y la llegada del exgrupo guerrillero al escenario político es un paso significativo y el fin de un largo conflicto armado y el paso de los excombatientes a la lucha cívica, legal y electoral. Eso debe sembrar una firme confianza en el pueblo colombiano para llegar a una paz definitiva. No hay que simpatizar con las Farc para entender que este hecho marca otro rumbo para Colombia y ofrece otras alternativas para continuar en la brega política.
Este es un gesto del antiguo grupo guerrillero para adquirir un compromiso definitivo con la paz y la democracia”.
Sobre el estigma de asesinos, narcoguerrilleros y violadores, atribuido por algunos colombianos, la dirigente dijo que estos señalamientos no fueron ganados espontáneamente por el pueblo colombiano, “fue sembrado por los medios de comunicación que con el Plan Colombia que negoció el entonces presidente Andrés Pastrana Arango en Estados Unidos, trajo esa consigna para sembrar odio y desprestigio a la insurgencia como manera de derrotarla, cuando vieron que 500 mil hombres del ejército no pudieron derrotar a 30 mil de las Farc y Eln entonces acudieron al desprestigio y comenzaron a sembrar el lenguaje inóculo del odio profundo y empezaron a llamarlos de esa forma, pero nadie llama así a los paramilitares”.
Desde la otra orilla de este proceso, el exsenador del Centro Democrático, Faruk Urrutía aseguró: “estos señores de las Farc irrumpen en la esfera política sin antes someter a sus cabecillas, responsables de delitos de lesa humanidad y sin pagar un día de cárcel, con elegibilidad política a pesar de todos sus crímenes, sin haber cuantificado el número de niños reclutados en sus filas, sin haber desmovilizado los frentes que todavía se dedican al narcotráfico y a la minería ilegal y sin entregar la totalidad de sus bienes. Todos esto es un estímulo a más violencia e incita a que se formen nuevos grupos armados y se acentúe la violencia que seguirá mientras no haya un Estado fuerte, que sea capaz de garantizarnos la seguridad a todos los colombianos”.
Por Nibaldo Bustamante/EL PILÓN
La entrega de armas y el paso de la insurgencia de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) a partido político, el nuevo movimiento Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC), fue una de las noticias más relevantes durante el año que está a punto de terminar.
La entrega de armas y el paso de la insurgencia de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) a partido político, el nuevo movimiento Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC), fue una de las noticias más relevantes durante el año que está a punto de terminar.
Los exalzados en armas tendrán que luchar con el estigma que les dejó la guerra, pese a todo el empeño que han tenido por la paz. La polémica llegada del grupo guerrillero a la legalidad generó rechazos y apoyos por parte de los colombianos.
Durante este año las Zonas Veredales cumplieron con su función principal de garantizar el buen desarrollo del proceso de Cese al Fuego y de Hostilidades Bilateral y Definitivo y la dejación de armas. A partir del 15 de agosto de 2017 estos lugares se transformaron en Espacios Territoriales para la Capacitación y Reincorporación. Uno de ellos fue la vereda Los Encantos en el municipio de La Paz, en donde más de un centenar de guerrilleros se concentraron para su proceso de desmovilización.
Como avance de un camino efectivo hacia la paz, la Oficina del Alto Comisionado para la Paz contribuyó no solo a generar las garantías jurídicas para el cese al fuego y la dejación de armas, sino que también gestionó y coordinó múltiples actividades preparatorias para el proceso de reincorporación.
En estas zonas se lograron varios avances como la afiliación a EPS de 9.843 personas, se prestaron 13.500 servicios de salud autorizados; 8.600 atenciones médicas, se atendieron 373 menores de edad y se dio vía libre a 400 solicitudes de servicio para 160 mujeres gestantes afiliadas.
Así mismo, 308 personas fueron atendidas en cuatro brigadas de salud de las especialidades de ortopedia, ginecología, ginecoobstetricia, optometría, odontología, neurología, urología, cirugía interna, entre otras. Por otra parte, en estas mismas zonas se entregaron 1.179 kits deportivos y 37.000 equipos de aseo.
Dentro de los servicios que se le prestaron a la población que se encontraba en las ZVTN se destaca que 2.629 desmovilizados de las Farc recibieron formación de Sena, al igual que a 19.145 de la comunidad aledaña a estos territorios y 80 niños fueron escolarizados.
El camino
El 15 de agosto la totalidad de los integrantes de las Farc, incluyendo las milicias, terminaron el proceso de dejación de armas. Las Naciones Unidas recibieron el armamento, lo depositaron en los contenedores y realizaron la extracción de los mismos de cada una de las zonas. Así mismo certificaron la dejación de armas de cada uno de sus integrantes.
Durante este proceso los excombatientes suscribieron el Acta de Compromiso de no volver a levantarse en contra del Estado y recibieron la acreditación por parte de la oficina del Alto Comisionado para la Paz, lo que les permite hacer el tránsito a la legalidad.
La antigua guerrilla de las Farc ingresó en noviembre de 2017 a la arena política. El Consejo Nacional Electoral, CNE, le entregó la personería jurídica a su partido y de inmediato lanzó sus candidatos a la Presidencia y al Congreso de la República.
Quien fuera el jefe máximo del grupo subversivo, Rodrigo Londoño, ‘Timochenko’, será el candidato al cargo más importante del país, mientras que Imelda Daza, proveniente de la extinta Unión Patriótica, será su fórmula vicepresidencial.
Los primeros renglones de la lista al Senado serán para quienes hicieron parte de la mesa de La Habana: Iván Márquez, Pablo Catatumbo, Carlos Antonio Lozada y Victoria Sandino. Además estarán Sandra Ramírez, viuda de Manuel Marulanda, y Benkos Biojó, por las negritudes.
Para la Cámara, el nuevo partido le apuestan a la capital del país y a territorios donde llegaron a hacer presencia: en Bogotá, Byron Yepes; Antioquia, Olmedio Ruiz; Valle del Cauca, Marco León Calarcá; Atlántico, Jesús Santrich, y Santander, Jairo Quintero.
Por cuenta de los acuerdos de paz, ese partido tiene aseguradas cinco curules en la Cámara y cinco en el Senado, lo que implica que estos nombres serán quienes los representen en el juego democrático del 2018. Sin embargo, pese a que la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común ha dicho que quiere sacar una votación alta para hacer mayor presencia en el Congreso, eso no se ve viable en el corto futuro.
De hecho, en las elecciones de 2014 Caquetá solo obtuvo dos representantes, uno conservador y otro liberal; Amazonas, dos ‘rojos’ y uno de Opción ciudadana; Guaviare, un liberal y otro de la U; Putumayo, un conservador y otro liberal, y Vichada, un liberal y otro del Partido de la U.
A fecha 11 de diciembre de 2017, la oficina del Alto Comisionado para la Paz ha acreditado: 11.976 integrantes de las Farc (incluye guerrilleros, milicianos y PPL), discriminados así: 8.877 guerrilleros y milicianos, 6.128 internos, 2.749 externos o milicianos, 58 extranjeros y 3.041 PPL (personas privadas de la libertad).
Previo a este trámite, el Alto Comisionado coordinó con la Registraduría la realización entre los meses de marzo y junio de 2017 de más de 80 jornadas de cedulación en cada una de las 26 zonas veredales, desplegando de manera simultánea hasta 14 equipos técnicos en estos lugares.
Como resultado de estas jornadas, se realizó identificación plena de más de 8 mil integrantes de Farc y se ha entregado hasta la fecha documentos de identificación a un total de 8.572 de sus integrantes.
Imelda Daza Cotes, fórmula presidencial de la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común aseguró: “El desarme y la llegada del exgrupo guerrillero al escenario político es un paso significativo y el fin de un largo conflicto armado y el paso de los excombatientes a la lucha cívica, legal y electoral. Eso debe sembrar una firme confianza en el pueblo colombiano para llegar a una paz definitiva. No hay que simpatizar con las Farc para entender que este hecho marca otro rumbo para Colombia y ofrece otras alternativas para continuar en la brega política.
Este es un gesto del antiguo grupo guerrillero para adquirir un compromiso definitivo con la paz y la democracia”.
Sobre el estigma de asesinos, narcoguerrilleros y violadores, atribuido por algunos colombianos, la dirigente dijo que estos señalamientos no fueron ganados espontáneamente por el pueblo colombiano, “fue sembrado por los medios de comunicación que con el Plan Colombia que negoció el entonces presidente Andrés Pastrana Arango en Estados Unidos, trajo esa consigna para sembrar odio y desprestigio a la insurgencia como manera de derrotarla, cuando vieron que 500 mil hombres del ejército no pudieron derrotar a 30 mil de las Farc y Eln entonces acudieron al desprestigio y comenzaron a sembrar el lenguaje inóculo del odio profundo y empezaron a llamarlos de esa forma, pero nadie llama así a los paramilitares”.
Desde la otra orilla de este proceso, el exsenador del Centro Democrático, Faruk Urrutía aseguró: “estos señores de las Farc irrumpen en la esfera política sin antes someter a sus cabecillas, responsables de delitos de lesa humanidad y sin pagar un día de cárcel, con elegibilidad política a pesar de todos sus crímenes, sin haber cuantificado el número de niños reclutados en sus filas, sin haber desmovilizado los frentes que todavía se dedican al narcotráfico y a la minería ilegal y sin entregar la totalidad de sus bienes. Todos esto es un estímulo a más violencia e incita a que se formen nuevos grupos armados y se acentúe la violencia que seguirá mientras no haya un Estado fuerte, que sea capaz de garantizarnos la seguridad a todos los colombianos”.
Por Nibaldo Bustamante/EL PILÓN