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Columnista - 21 junio, 2010

Derrotados por la apatía, celebramos el triunfo de Santos

Visión Universal Por: Luis Mendoza Sierra A 24 horas de la segunda vuelta presidencial, cuando escribo esta columna, sin ser pitonizo ni agorero  imagino lo que pasará, (pasó) ayer en Colombia. Tras una primera vuelta en la que Juan Manuel Santos derrotó de manera amplia y contundente a sus émulos, y en la que solo […]

Visión Universal

Por: Luis Mendoza Sierra

A 24 horas de la segunda vuelta presidencial, cuando escribo esta columna, sin ser pitonizo ni agorero  imagino lo que pasará, (pasó) ayer en Colombia. Tras una primera vuelta en la que Juan Manuel Santos derrotó de manera amplia y contundente a sus émulos, y en la que solo sobrevivió, para hacer más grande su pena, Antanas Mockus,  poco quedó en pie para motivar a los colombianos a acudir a las urnas.

Si ese resultado más las penosas salidas de Mockus en los debates, no fueron suficientes para aburrirnos y desganarnos, la segunda vuelta estuvo antecedida de muchas otros eventos y circunstancias que enfriaron el panorama por lo que, hoy, 24 horas antes de ese evento electoral, cuando escribo mi columna, insisto, puedo asegurar que la abstención podrá rondar, nada de extraño que sobrepase, el 60%, lo que si bien no deslegitima el triunfo de Juan Manuel Santos, lo coloca en una situación, cuando menos, incómoda.

Si las matemáticas en comportamiento electoral fueran perfectas, Juan Manuel debería haber obtenido ayer,  por lo menos, diez millones de votos. Pero lo dudo, por las razones que he expresado. (Al cierre de esta edición se conoció que la votación por Santos superó los 9 millones de votos).

La competencia por la presidencia de la República, perdió gran interés, espectacularidad y motivación para los electores. La ausencia de candidatos como Gustavo Petro y Germán Cargas Lleras, convirtieron la contienda en un escenario insípido, agravado, algo había dicho, por la casi nula y tímida participación del profesor Mockus, quien lució en los debates como un auténtico sparring, de Santos.

Rescatable, para todos los tiempos, vale decirlo y exaltarlo, la valiosa y admirable manera como Mockus promovió la defensa de la honestidad y legalidad, las que defendió con decisión y franqueza. Será formidable que él y sus aliados sigan al frente de una cruzada para que Colombia avance en la consolidación de una sociedad pulcra, honesta y, por tanto, lejos de la corrupción.

Volviendo a las circunstancias que rodearon el balotaje, el unanimismo representado en la tal Unidad Nacional, socavó el entusiasmo de los electores que ya se había resentido con la abultada diferencia entre los dos candidatos en contienda. Muchísimos electores consideraban, horas antes del debate, que Santos era inderrotable, o dicho de otra manera, que Mockus no tenía nada que hacer, por tanto dejaron que votaran los demás, lo cual es una falta de conciencia ciudadana, compromiso con la democracia y con el deber.

La menguada oposición, representada en colectividades como el Polo Democrático y la ruinosa caída de los verde, estimularon la enorme apatía de los colombianos. Un desgano prematuro que encontró en el Campeonato Mundial de Fútbol de Sudáfrica, con Brasil y Paraguay, entre las selecciones que se jugaban su futuro ayer, el complemento ideal para la abstención.

Para colmos en regiones como la nuestra, las organizaciones de las campañas tanto de Juan Manuel como de Antanas, lucieron  frías y aislada. Mientras los Verdes yacían exhaustos, aunque antes de la primera vuelta algunos muchos ungían como embajadores, ministros, directores de instituciones descentralizadas o presidentes de Congreso, en la de Santos la improvisación, los celos y la puja entre varios reyezuelos que se juegan su futuro personal y el de miembros de su familia hacían aguas los esfuerzos y el entusiasmo de líderes como Elías Ochoa Daza, Eucladys Durán de Pantoja, Miguel Villazón, Pepe Castro, el representante a la Cámara José Alfredo Gnecco, y Aníbal Martínez, entre otros.

Arrancamos, entonces, con Juan Manuel Santos, una  nueva era en Colombia,  marcada por una visión ecuménica llamada Tercera Vía, con un economista de gran trayectoria y periodista se reconocidos valores.

Que Dios deposite en Juan Manuel, sensatez, prudencia, inteligencia, dinamismo, trabajo, capacidad de diálogo y pantalones, porque sin ser dictactorial, como a veces ví a Uribe,  nuestro gran presidente, se necesitan para enfrentar para enfrentar a quienes insisten en hacer de este país una zona de guerra.

Que la Costa Caribe cuente en su gestión y que el Cesar, La Guajira y Valledupar, que han inspirada los compositores que hicieron canciones como Bonita, con la que enamoró a Tutina, tengan un importante espacio en su misión presidencial.

SABLAZO

La Peña, vuestro terruño, se prepara para el Festival de La Patilla, el próximo fin de semana. Invito, de manera especial y entusiasta a turistas, estudiantes en vacaciones, paisanos que vivimos fuera del pueblo y a la región, en general, a que compartamos allí este evento- y, de paso, disfrutemos de las patillas más dulces de Latinoamérica. Los esperamos!

[email protected]

Columnista
21 junio, 2010

Derrotados por la apatía, celebramos el triunfo de Santos

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Luis Mendoza S.

Visión Universal Por: Luis Mendoza Sierra A 24 horas de la segunda vuelta presidencial, cuando escribo esta columna, sin ser pitonizo ni agorero  imagino lo que pasará, (pasó) ayer en Colombia. Tras una primera vuelta en la que Juan Manuel Santos derrotó de manera amplia y contundente a sus émulos, y en la que solo […]


Visión Universal

Por: Luis Mendoza Sierra

A 24 horas de la segunda vuelta presidencial, cuando escribo esta columna, sin ser pitonizo ni agorero  imagino lo que pasará, (pasó) ayer en Colombia. Tras una primera vuelta en la que Juan Manuel Santos derrotó de manera amplia y contundente a sus émulos, y en la que solo sobrevivió, para hacer más grande su pena, Antanas Mockus,  poco quedó en pie para motivar a los colombianos a acudir a las urnas.

Si ese resultado más las penosas salidas de Mockus en los debates, no fueron suficientes para aburrirnos y desganarnos, la segunda vuelta estuvo antecedida de muchas otros eventos y circunstancias que enfriaron el panorama por lo que, hoy, 24 horas antes de ese evento electoral, cuando escribo mi columna, insisto, puedo asegurar que la abstención podrá rondar, nada de extraño que sobrepase, el 60%, lo que si bien no deslegitima el triunfo de Juan Manuel Santos, lo coloca en una situación, cuando menos, incómoda.

Si las matemáticas en comportamiento electoral fueran perfectas, Juan Manuel debería haber obtenido ayer,  por lo menos, diez millones de votos. Pero lo dudo, por las razones que he expresado. (Al cierre de esta edición se conoció que la votación por Santos superó los 9 millones de votos).

La competencia por la presidencia de la República, perdió gran interés, espectacularidad y motivación para los electores. La ausencia de candidatos como Gustavo Petro y Germán Cargas Lleras, convirtieron la contienda en un escenario insípido, agravado, algo había dicho, por la casi nula y tímida participación del profesor Mockus, quien lució en los debates como un auténtico sparring, de Santos.

Rescatable, para todos los tiempos, vale decirlo y exaltarlo, la valiosa y admirable manera como Mockus promovió la defensa de la honestidad y legalidad, las que defendió con decisión y franqueza. Será formidable que él y sus aliados sigan al frente de una cruzada para que Colombia avance en la consolidación de una sociedad pulcra, honesta y, por tanto, lejos de la corrupción.

Volviendo a las circunstancias que rodearon el balotaje, el unanimismo representado en la tal Unidad Nacional, socavó el entusiasmo de los electores que ya se había resentido con la abultada diferencia entre los dos candidatos en contienda. Muchísimos electores consideraban, horas antes del debate, que Santos era inderrotable, o dicho de otra manera, que Mockus no tenía nada que hacer, por tanto dejaron que votaran los demás, lo cual es una falta de conciencia ciudadana, compromiso con la democracia y con el deber.

La menguada oposición, representada en colectividades como el Polo Democrático y la ruinosa caída de los verde, estimularon la enorme apatía de los colombianos. Un desgano prematuro que encontró en el Campeonato Mundial de Fútbol de Sudáfrica, con Brasil y Paraguay, entre las selecciones que se jugaban su futuro ayer, el complemento ideal para la abstención.

Para colmos en regiones como la nuestra, las organizaciones de las campañas tanto de Juan Manuel como de Antanas, lucieron  frías y aislada. Mientras los Verdes yacían exhaustos, aunque antes de la primera vuelta algunos muchos ungían como embajadores, ministros, directores de instituciones descentralizadas o presidentes de Congreso, en la de Santos la improvisación, los celos y la puja entre varios reyezuelos que se juegan su futuro personal y el de miembros de su familia hacían aguas los esfuerzos y el entusiasmo de líderes como Elías Ochoa Daza, Eucladys Durán de Pantoja, Miguel Villazón, Pepe Castro, el representante a la Cámara José Alfredo Gnecco, y Aníbal Martínez, entre otros.

Arrancamos, entonces, con Juan Manuel Santos, una  nueva era en Colombia,  marcada por una visión ecuménica llamada Tercera Vía, con un economista de gran trayectoria y periodista se reconocidos valores.

Que Dios deposite en Juan Manuel, sensatez, prudencia, inteligencia, dinamismo, trabajo, capacidad de diálogo y pantalones, porque sin ser dictactorial, como a veces ví a Uribe,  nuestro gran presidente, se necesitan para enfrentar para enfrentar a quienes insisten en hacer de este país una zona de guerra.

Que la Costa Caribe cuente en su gestión y que el Cesar, La Guajira y Valledupar, que han inspirada los compositores que hicieron canciones como Bonita, con la que enamoró a Tutina, tengan un importante espacio en su misión presidencial.

SABLAZO

La Peña, vuestro terruño, se prepara para el Festival de La Patilla, el próximo fin de semana. Invito, de manera especial y entusiasta a turistas, estudiantes en vacaciones, paisanos que vivimos fuera del pueblo y a la región, en general, a que compartamos allí este evento- y, de paso, disfrutemos de las patillas más dulces de Latinoamérica. Los esperamos!

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