Ante la queja, la Personería Municipal realizó una visita de revisión en la cárcel y encontró inconsistencias en la zona de alimentación.
El Movimiento Nacional Carcelario denunció que en la Penitenciaría de Alta y Mediana Seguridad de Valledupar, conocida como ‘La Tramacúa’, están suministrando alimentos en estado de descomposición a los privados de la libertad.
Precisaron que el reciente 24 de noviembre los internos de los pabellones 1 y 2 no recibieron la cena, por el mal estado en que se encontraba el pollo. Por este motivo, solicitaron la presencia de algunos guardias del Inpec, quienes manifestaron que no podían solucionar nada.
“Una vez más se evidencia la incapacidad del Inpec de velar y garantizar condiciones dignas a la población que durante décadas viene siendo objeto de todo tipo de vejámenes y tratos crueles, inhumanos y degradantes al interior de dicha prisión”, precisó el movimiento.
Agregaron que también continúan incumpliendo los horarios de entrega de los alimentos, situación que repercute seriamente en las condiciones de salud de los privados de la libertad.
“Elevamos un S.O.S ante los entes de control y las organizaciones defensoras de los derechos humanos, para que garanticen y protejan nuestros derechos fundamentales y dignidad humana. Solicitamos que ante la persistente vulneración de nuestros derechos fundamentales se tomen las medidas necesarias en materia disciplinaria y otras a que haya lugar, y que el INPEC responda por el daño sistemático causado a la población”, puntualizó el movimiento.
Finalmente, realizaron un llamado a los organismos de control como la Defensoría del Pueblo, la Procuraduría Regional, Personería Municipal, así como también a las organizaciones defensoras de los derechos humanos, las comisiones de paz y derechos humanos del Congreso de La República, para que evaluara los procedimientos del centro carcelario.
Las falencias vienen siendo expuestas por los internos desde el año pasado, en virtud de que se les garanticen los derechos humanos. En consecuencia, a mediados del pasado mes de marzo se convocó a una mesa de trabajo conformada por el director de la cárcel, representantes de la Defensoría del Pueblo, la Unidad de Servicios Penitenciarios y Carcelarios de Colombia, Uspec, así como el Ministerio de Justicia y del Derecho, para analizar las irregularidades.
En dicha mesa, el Ministerio Público se dirigió a la Uspec para alertar sobre las insolvencias y solicitó supervisar al contratista encargado de dicho servicio. De igual modo, dio a conocer sobre la necesidad de proceder con el mantenimiento de las calderas del sitio y la posibilidad de incrementar el número de reclusos que puedan ayudar en cocina, una vez la Uspec autorice.
No obstante, la Personería Municipal en una reciente visita de revisión a la cárcel encontró inconsistencias en la zona de alimentación, que fueron puestas en conocimiento a los organismos encargados de la vigilancia del régimen penitenciario.
Al parecer, el operador contratista no está cumpliendo con el protocolo de salubridad en el manejo de los alimentos. “Este consorcio no le ha hecho mantenimiento a las neveras para guardar las proteínas y las frutas. Además, están sirviendo la comida fuera de los horarios: el desayuno lo están despachando de 9:00 a 10:00 a.m., el almuerzo de 3:00 a 4:00p.m., y la cena de 8:00 a 9:00 p.m., lo que va en contra del régimen penitenciario”, acotó la Personería Municipal.
Esto generó que los reclusos de los pabellones 1, 2, 5 y 8 se rehusarán a formar la mañana del viernes, para el control rutinario en el que son contados por los guardias de seguridad.
Ante la queja, la Personería Municipal realizó una visita de revisión en la cárcel y encontró inconsistencias en la zona de alimentación.
El Movimiento Nacional Carcelario denunció que en la Penitenciaría de Alta y Mediana Seguridad de Valledupar, conocida como ‘La Tramacúa’, están suministrando alimentos en estado de descomposición a los privados de la libertad.
Precisaron que el reciente 24 de noviembre los internos de los pabellones 1 y 2 no recibieron la cena, por el mal estado en que se encontraba el pollo. Por este motivo, solicitaron la presencia de algunos guardias del Inpec, quienes manifestaron que no podían solucionar nada.
“Una vez más se evidencia la incapacidad del Inpec de velar y garantizar condiciones dignas a la población que durante décadas viene siendo objeto de todo tipo de vejámenes y tratos crueles, inhumanos y degradantes al interior de dicha prisión”, precisó el movimiento.
Agregaron que también continúan incumpliendo los horarios de entrega de los alimentos, situación que repercute seriamente en las condiciones de salud de los privados de la libertad.
“Elevamos un S.O.S ante los entes de control y las organizaciones defensoras de los derechos humanos, para que garanticen y protejan nuestros derechos fundamentales y dignidad humana. Solicitamos que ante la persistente vulneración de nuestros derechos fundamentales se tomen las medidas necesarias en materia disciplinaria y otras a que haya lugar, y que el INPEC responda por el daño sistemático causado a la población”, puntualizó el movimiento.
Finalmente, realizaron un llamado a los organismos de control como la Defensoría del Pueblo, la Procuraduría Regional, Personería Municipal, así como también a las organizaciones defensoras de los derechos humanos, las comisiones de paz y derechos humanos del Congreso de La República, para que evaluara los procedimientos del centro carcelario.
Las falencias vienen siendo expuestas por los internos desde el año pasado, en virtud de que se les garanticen los derechos humanos. En consecuencia, a mediados del pasado mes de marzo se convocó a una mesa de trabajo conformada por el director de la cárcel, representantes de la Defensoría del Pueblo, la Unidad de Servicios Penitenciarios y Carcelarios de Colombia, Uspec, así como el Ministerio de Justicia y del Derecho, para analizar las irregularidades.
En dicha mesa, el Ministerio Público se dirigió a la Uspec para alertar sobre las insolvencias y solicitó supervisar al contratista encargado de dicho servicio. De igual modo, dio a conocer sobre la necesidad de proceder con el mantenimiento de las calderas del sitio y la posibilidad de incrementar el número de reclusos que puedan ayudar en cocina, una vez la Uspec autorice.
No obstante, la Personería Municipal en una reciente visita de revisión a la cárcel encontró inconsistencias en la zona de alimentación, que fueron puestas en conocimiento a los organismos encargados de la vigilancia del régimen penitenciario.
Al parecer, el operador contratista no está cumpliendo con el protocolo de salubridad en el manejo de los alimentos. “Este consorcio no le ha hecho mantenimiento a las neveras para guardar las proteínas y las frutas. Además, están sirviendo la comida fuera de los horarios: el desayuno lo están despachando de 9:00 a 10:00 a.m., el almuerzo de 3:00 a 4:00p.m., y la cena de 8:00 a 9:00 p.m., lo que va en contra del régimen penitenciario”, acotó la Personería Municipal.
Esto generó que los reclusos de los pabellones 1, 2, 5 y 8 se rehusarán a formar la mañana del viernes, para el control rutinario en el que son contados por los guardias de seguridad.