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Columnista - 13 octubre, 2010

Delincuencia común y el crimen en nuestra región

Por: Basilio Padilla En columnas anteriores he analizado el problema del desempleo, como una de las causas más importantes de la delincuencia común y el crimen en nuestra región y como debemos enfocarnos en este proyecto como la solución final de este grave problema que cada día es más intenso. Nuestros ciudadanos, ya no se […]

Por: Basilio Padilla

En columnas anteriores he analizado el problema del desempleo, como una de las causas más importantes de la delincuencia común y el crimen en nuestra región y como debemos enfocarnos en este proyecto como la solución final de este grave problema que cada día es más intenso.
Nuestros ciudadanos, ya no se atreven a aventurarse solos en las calles y lugares de nuestros pueblos y ciudades por el temor de ser asaltados con armas blancas o de fuego. Los delincuentes asumen distintas personalidades, incluyendo uniformes de seguridad privada, así como también falsas identificaciones. Este problema parece ser peor en nuestras dos ciudades más importantes como son Valledupar y Aguachica. Siendo que el problema del desempleo y desplazamientos no se les ve una solución en el inmediato futuro, es necesario que nuestros ciudadanos desarrollen sistemas para protegerse, así como también a sus familias. Esto naturalmente se debe hacer con las autoridades competentes; pero, sin embargo, algunas personas lo han hecho en forma individual. Los estudios y la experiencia indican que mientras las raíces de esta enfermedad persista, no importa si el número de policías se incrementan en las ciudades. Naturalmente la desesperación de aquellos que delinquen es tal que no les importa arriesgarse, especialmente si las penas que reciben son menores y luego salen de nuevo a cometer sus fechorías. Existen, entonces, una serie de recomendaciones que  nuestros ciudadanos y comunidades deben seguir, organizar o discutir, que se realizan en otros países y regiones. “Paradores de crimen” o “crime stoppers”, este sistema es cuando los barrios o comunidades se organizan para la protección de ellos mismos. “Vigilantes de comunidades”, los cuales tienen el objetivo de reportar cualquier movimiento sospechoso por individuos o personas, que claramente no vivan es estas comunidades. Además de esto, otras recomendaciones serian las siguientes: no andar solo en barrios  donde se presentan niveles altos de crimen; no abrir las ventanas de los autos cuando alguien se acerca  a vender o preguntar algo. Esto a veces se presta para el secuestro del carro, con todo lo que vaya en el, incluyendo niños; no abrir la puerta de casa hasta que no haya garantía de identidad. Hoy en día la muestra de identidad implica que también puede ser falsa. La intersección de teléfonos a veces hace que los criminales se presenten antes que las personas legitimas; conocer el origen de los empleados o empleadas de la casa; tener algún acompañamiento en los cajeros de bancos, especialmente los que a veces se encuentran en áreas más desoladas;  de igual forma cuando se hacen transacciones bancarias, ya que muchas  de estas instituciones son vigiladas cuidadosamente por extraños y delincuentes.
Mucho se ha discutido el hecho de que bandas expertas de otras partes se vienen a nuestros pueblos y ciudades con distintas modalidades de crimen. Estas ciudades son cuidadosamente escogidas por su carácter de provincia. Recordemos claramente que en muchos casos ellos utilizan a mujeres muy bien parecidas en la seducción de hombres, utilizando sustancias químicas y alucinógenos. Evitar los lugares congestionados donde los ladrones de carteras trabajan con mayor facilidad, especialmente en grandes eventos sociales, políticos u otros. Últimamente existen otras precauciones pero que al final nada garantiza que mañana nosotros seamos la victima desafortunada y la presa de aquellos que carecen de toda legitimidad humana y profesan gran desdeño por la vida de otros. Nuestra sociedad necesita más cultura y parte de ella es aprendida en la casa; así mismo los padres deben tener gran responsabilidad hacia el comportamiento de sus hijos. El alcohol y las drogas también son la fuente constante de malos comportamientos, delincuencia y el crimen que a diario se ve en nuestros pueblos y ciudades.

Columnista
13 octubre, 2010

Delincuencia común y el crimen en nuestra región

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Basilio Padilla

Por: Basilio Padilla En columnas anteriores he analizado el problema del desempleo, como una de las causas más importantes de la delincuencia común y el crimen en nuestra región y como debemos enfocarnos en este proyecto como la solución final de este grave problema que cada día es más intenso. Nuestros ciudadanos, ya no se […]


Por: Basilio Padilla

En columnas anteriores he analizado el problema del desempleo, como una de las causas más importantes de la delincuencia común y el crimen en nuestra región y como debemos enfocarnos en este proyecto como la solución final de este grave problema que cada día es más intenso.
Nuestros ciudadanos, ya no se atreven a aventurarse solos en las calles y lugares de nuestros pueblos y ciudades por el temor de ser asaltados con armas blancas o de fuego. Los delincuentes asumen distintas personalidades, incluyendo uniformes de seguridad privada, así como también falsas identificaciones. Este problema parece ser peor en nuestras dos ciudades más importantes como son Valledupar y Aguachica. Siendo que el problema del desempleo y desplazamientos no se les ve una solución en el inmediato futuro, es necesario que nuestros ciudadanos desarrollen sistemas para protegerse, así como también a sus familias. Esto naturalmente se debe hacer con las autoridades competentes; pero, sin embargo, algunas personas lo han hecho en forma individual. Los estudios y la experiencia indican que mientras las raíces de esta enfermedad persista, no importa si el número de policías se incrementan en las ciudades. Naturalmente la desesperación de aquellos que delinquen es tal que no les importa arriesgarse, especialmente si las penas que reciben son menores y luego salen de nuevo a cometer sus fechorías. Existen, entonces, una serie de recomendaciones que  nuestros ciudadanos y comunidades deben seguir, organizar o discutir, que se realizan en otros países y regiones. “Paradores de crimen” o “crime stoppers”, este sistema es cuando los barrios o comunidades se organizan para la protección de ellos mismos. “Vigilantes de comunidades”, los cuales tienen el objetivo de reportar cualquier movimiento sospechoso por individuos o personas, que claramente no vivan es estas comunidades. Además de esto, otras recomendaciones serian las siguientes: no andar solo en barrios  donde se presentan niveles altos de crimen; no abrir las ventanas de los autos cuando alguien se acerca  a vender o preguntar algo. Esto a veces se presta para el secuestro del carro, con todo lo que vaya en el, incluyendo niños; no abrir la puerta de casa hasta que no haya garantía de identidad. Hoy en día la muestra de identidad implica que también puede ser falsa. La intersección de teléfonos a veces hace que los criminales se presenten antes que las personas legitimas; conocer el origen de los empleados o empleadas de la casa; tener algún acompañamiento en los cajeros de bancos, especialmente los que a veces se encuentran en áreas más desoladas;  de igual forma cuando se hacen transacciones bancarias, ya que muchas  de estas instituciones son vigiladas cuidadosamente por extraños y delincuentes.
Mucho se ha discutido el hecho de que bandas expertas de otras partes se vienen a nuestros pueblos y ciudades con distintas modalidades de crimen. Estas ciudades son cuidadosamente escogidas por su carácter de provincia. Recordemos claramente que en muchos casos ellos utilizan a mujeres muy bien parecidas en la seducción de hombres, utilizando sustancias químicas y alucinógenos. Evitar los lugares congestionados donde los ladrones de carteras trabajan con mayor facilidad, especialmente en grandes eventos sociales, políticos u otros. Últimamente existen otras precauciones pero que al final nada garantiza que mañana nosotros seamos la victima desafortunada y la presa de aquellos que carecen de toda legitimidad humana y profesan gran desdeño por la vida de otros. Nuestra sociedad necesita más cultura y parte de ella es aprendida en la casa; así mismo los padres deben tener gran responsabilidad hacia el comportamiento de sus hijos. El alcohol y las drogas también son la fuente constante de malos comportamientos, delincuencia y el crimen que a diario se ve en nuestros pueblos y ciudades.