Publicidad
Categorías
Categorías
Columnista - 3 junio, 2011

Del paraíso al infierno

Por: Andrés Eduardo Quintero Olmos Últimamente varios episodios nos han demostrado que del paraíso al infierno -como dicen- hay tan sólo un paso. A nivel nacional, contemplamos como un partido lleno de esperanzas, de envidiable armonía y de mutuo acuerdo entre sus dirigentes, como el Partido Verde, era pero ya no es. Así fue el […]

Por: Andrés Eduardo Quintero Olmos

Últimamente varios episodios nos han demostrado que del paraíso al infierno -como dicen- hay tan sólo un paso.

A nivel nacional, contemplamos como un partido lleno de esperanzas, de envidiable armonía y de mutuo acuerdo entre sus dirigentes, como el Partido Verde, era pero ya no es. Así fue el tropiezo: como llenos de aspiración a poder ser moralmente mejor que los uribistas y formando sus actuaciones en contraposición a ellos, los dirigentes del Partido Verde lograron furtivamente y eclécticamente demostrar que si se podía actuar de manera diferente en política.
Pero, tras un año largo de política interna, y ante la desaparición de la fuente del enemigo, es decir, de sus actuaciones moralmente cuestionables debido al timonazo de Santos, el Partido Verde entró en depresión y contuvo una crisis existencial típica de adolescentes. Asimismo, de estar próximo a ganar unas elecciones y de poder influir de manera grandilocuente en la vida política colombiana -el paraíso de todo partido político- pasaron, en poco tiempo, al infierno de éstos: esto es, la guerra entre los egos e ideologías internas. Patético. Un espejismo más en nuestro retrovisor político si ocurriese la fragmentación total de sus dirigentes.

A nivel internacional, el mentor político de muchos socialdemócratas en el mundo, Dominique Strauss-Khan, entrabó su futuro público tras la aparición de un nefasto escándalo mediático tan agresivo e intenso como las acusaciones penales contra él. De la cúspide de la élite política mundial pasó, en pocos segundos mediáticos, a ser un encarcelado más en Estados Unidos. Triste para los socialistas franceses que mayoritariamente veían en él un adversario válido y capaz de pelear contra el imperialismo napoleónico-sarkozysta.

Y es así que del paraíso al infierno sólo hay un paso. En cambio, como una amalgama, del infierno al paraíso existe una larga trocha. Ejemplo de esto es la aprobación de la ley de víctimas, que tras años de querer proyectarse, sólo logro intervenir en el 2011 tras aproximadamente 50 años de conflicto armado. Laberinto kafkiano necesario para obtener un pedacito de tierra paradisíaca.

Pero la vida es así, y es mejor que sea más difícil encontrarnos con el paraíso que con el infierno ya que como lo expresaba insólitamente el filósofo Estanislao Zuleta “Adán y sobre todo Eva, tienen el mérito original de habernos liberado del paraíso, nuestro pecado es que anhelamos regresar a él”.

Columnista
3 junio, 2011

Del paraíso al infierno

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Andrés E. Quintero Olmos

Por: Andrés Eduardo Quintero Olmos Últimamente varios episodios nos han demostrado que del paraíso al infierno -como dicen- hay tan sólo un paso. A nivel nacional, contemplamos como un partido lleno de esperanzas, de envidiable armonía y de mutuo acuerdo entre sus dirigentes, como el Partido Verde, era pero ya no es. Así fue el […]


Por: Andrés Eduardo Quintero Olmos

Últimamente varios episodios nos han demostrado que del paraíso al infierno -como dicen- hay tan sólo un paso.

A nivel nacional, contemplamos como un partido lleno de esperanzas, de envidiable armonía y de mutuo acuerdo entre sus dirigentes, como el Partido Verde, era pero ya no es. Así fue el tropiezo: como llenos de aspiración a poder ser moralmente mejor que los uribistas y formando sus actuaciones en contraposición a ellos, los dirigentes del Partido Verde lograron furtivamente y eclécticamente demostrar que si se podía actuar de manera diferente en política.
Pero, tras un año largo de política interna, y ante la desaparición de la fuente del enemigo, es decir, de sus actuaciones moralmente cuestionables debido al timonazo de Santos, el Partido Verde entró en depresión y contuvo una crisis existencial típica de adolescentes. Asimismo, de estar próximo a ganar unas elecciones y de poder influir de manera grandilocuente en la vida política colombiana -el paraíso de todo partido político- pasaron, en poco tiempo, al infierno de éstos: esto es, la guerra entre los egos e ideologías internas. Patético. Un espejismo más en nuestro retrovisor político si ocurriese la fragmentación total de sus dirigentes.

A nivel internacional, el mentor político de muchos socialdemócratas en el mundo, Dominique Strauss-Khan, entrabó su futuro público tras la aparición de un nefasto escándalo mediático tan agresivo e intenso como las acusaciones penales contra él. De la cúspide de la élite política mundial pasó, en pocos segundos mediáticos, a ser un encarcelado más en Estados Unidos. Triste para los socialistas franceses que mayoritariamente veían en él un adversario válido y capaz de pelear contra el imperialismo napoleónico-sarkozysta.

Y es así que del paraíso al infierno sólo hay un paso. En cambio, como una amalgama, del infierno al paraíso existe una larga trocha. Ejemplo de esto es la aprobación de la ley de víctimas, que tras años de querer proyectarse, sólo logro intervenir en el 2011 tras aproximadamente 50 años de conflicto armado. Laberinto kafkiano necesario para obtener un pedacito de tierra paradisíaca.

Pero la vida es así, y es mejor que sea más difícil encontrarnos con el paraíso que con el infierno ya que como lo expresaba insólitamente el filósofo Estanislao Zuleta “Adán y sobre todo Eva, tienen el mérito original de habernos liberado del paraíso, nuestro pecado es que anhelamos regresar a él”.