Por: Basilio Padilla Vásquez Viene a colación este tema, ya que en las ultimas semanas, se han presentado algunas discusiones que crean conflictos entre lo que define la ley y lo que la gente quiere y piensa de como debe ser la ciudad y sus aspectos urbanísticos. Es importante notar que las reglas y leyes […]
Por: Basilio Padilla Vásquez
Viene a colación este tema, ya que en las ultimas semanas, se han presentado algunas discusiones que crean conflictos entre lo que define la ley y lo que la gente quiere y piensa de como debe ser la ciudad y sus aspectos urbanísticos.
Es importante notar que las reglas y leyes que nuestros representantes crean, a veces no conllevan a los mejores intereses generales de la población y la comunidad. Un buen ejemplo fue la fallida reforma a la justicia, donde los intereses de pocos trataron de imponerse sobre la voluntad de la mayoría. Es así que el proyecto de la construcción de casas campestres en la margen del rio Guatapurí, ha despertado el interés de muchos. Solo basta leer los comentarios de los diarios escritos y hablados para uno darse cuenta de la posición bien definida de muchos en total desacuerdo con la definición de curadurías, planeación y Corpocesar. Se discute, también, el proyecto que se está desarrollando a la salida y entrada a la ciudad (vía Bosconia), de un cementerio, que por supuesto seria lo primero que nuestros visitantes verían cuando vengan a disfrutar del Festival Vallenato.
Paradójicamente les recordaremos a los turistas, que en vida también tienen que pensar en la muerte. Otro tema conocido para muchos fue el hecho que después de iniciar la remodelación de un local para una clínica materna, cerca al hospital Rosario Pumarejo, súbitamente comenzaron a instalar una funeraria, sin preguntarle a nadie y especialmente cuando ninguno de los vecinos quieren este negocio en esa cuadra, alegando que tienen permiso de la Cámara de Comercio, lo cual también es nuevo para mi, porque no sabia que la Cámara también daba permisos, siendo esto la función de curadurías, en acuerdo con Planeación.
El punto de discusión que debemos iniciar no es el hecho de que la ley permita todo esto. Muchas leyes son imperfectas y necesitan corregirse para el beneficio justo de la sociedad. No se trata de querer aprovechar el desarrollo de la ciudad para beneficio propio y conseguir dinero al mismo tiempo. Lo que hay que hacer es desarrollar consensos como lo hacen en otras ciudades del mundo. Antes de dar un permiso hay que consultar a los vecinos que residen en el área inmediata. Pienso que el lugar para nuestros cementerios y funerarias, deben hacerse en áreas especiales y no en el centro de la ciudad.
Nadie está en contra de ellas porque todos las vamos a necesitar tarde o temprano, pero con la congestión que se genera y el hecho de que hoy en día este es uno de los mejores negocios que hay, ellas deben estar en áreas mas especificas de la ciudad, donde exista más calma y tranquilidad. Lo mismo debe suceder en el caso de la urbanización cerca al rio Guatapurí y el cementerio a toda vista, especialmente cuando estamos tratando de incrementar el turismo a la ciudad.
Debemos por supuesto ir más allá de las reglas que tenemos, especialmente con todo el enredo a que ha sido sometido el POT municipal y en común acuerdo ver que es lo mejor para el desarrollo urbanístico de Valledupar y sus alrededores.
Muchos podrán decir “la ley es la ley”, pero que tal que el POT no diga nada acerca del establecimiento de un matadero en zona residencial. Esto no quiere decir que tengamos que dar ese permiso. Existen pautas de convivencia, las cuales deben ser establecidas, no con el interés de pocos, ni influencias de ninguna clase, sino lo que le convenga más a la ciudad, la comunidad y – por supuesto- lo que los vecinos opinen y quieran al respecto. Al final ellos son los que se verán afectados o beneficiados con estas decisiones.
Por: Basilio Padilla Vásquez Viene a colación este tema, ya que en las ultimas semanas, se han presentado algunas discusiones que crean conflictos entre lo que define la ley y lo que la gente quiere y piensa de como debe ser la ciudad y sus aspectos urbanísticos. Es importante notar que las reglas y leyes […]
Por: Basilio Padilla Vásquez
Viene a colación este tema, ya que en las ultimas semanas, se han presentado algunas discusiones que crean conflictos entre lo que define la ley y lo que la gente quiere y piensa de como debe ser la ciudad y sus aspectos urbanísticos.
Es importante notar que las reglas y leyes que nuestros representantes crean, a veces no conllevan a los mejores intereses generales de la población y la comunidad. Un buen ejemplo fue la fallida reforma a la justicia, donde los intereses de pocos trataron de imponerse sobre la voluntad de la mayoría. Es así que el proyecto de la construcción de casas campestres en la margen del rio Guatapurí, ha despertado el interés de muchos. Solo basta leer los comentarios de los diarios escritos y hablados para uno darse cuenta de la posición bien definida de muchos en total desacuerdo con la definición de curadurías, planeación y Corpocesar. Se discute, también, el proyecto que se está desarrollando a la salida y entrada a la ciudad (vía Bosconia), de un cementerio, que por supuesto seria lo primero que nuestros visitantes verían cuando vengan a disfrutar del Festival Vallenato.
Paradójicamente les recordaremos a los turistas, que en vida también tienen que pensar en la muerte. Otro tema conocido para muchos fue el hecho que después de iniciar la remodelación de un local para una clínica materna, cerca al hospital Rosario Pumarejo, súbitamente comenzaron a instalar una funeraria, sin preguntarle a nadie y especialmente cuando ninguno de los vecinos quieren este negocio en esa cuadra, alegando que tienen permiso de la Cámara de Comercio, lo cual también es nuevo para mi, porque no sabia que la Cámara también daba permisos, siendo esto la función de curadurías, en acuerdo con Planeación.
El punto de discusión que debemos iniciar no es el hecho de que la ley permita todo esto. Muchas leyes son imperfectas y necesitan corregirse para el beneficio justo de la sociedad. No se trata de querer aprovechar el desarrollo de la ciudad para beneficio propio y conseguir dinero al mismo tiempo. Lo que hay que hacer es desarrollar consensos como lo hacen en otras ciudades del mundo. Antes de dar un permiso hay que consultar a los vecinos que residen en el área inmediata. Pienso que el lugar para nuestros cementerios y funerarias, deben hacerse en áreas especiales y no en el centro de la ciudad.
Nadie está en contra de ellas porque todos las vamos a necesitar tarde o temprano, pero con la congestión que se genera y el hecho de que hoy en día este es uno de los mejores negocios que hay, ellas deben estar en áreas mas especificas de la ciudad, donde exista más calma y tranquilidad. Lo mismo debe suceder en el caso de la urbanización cerca al rio Guatapurí y el cementerio a toda vista, especialmente cuando estamos tratando de incrementar el turismo a la ciudad.
Debemos por supuesto ir más allá de las reglas que tenemos, especialmente con todo el enredo a que ha sido sometido el POT municipal y en común acuerdo ver que es lo mejor para el desarrollo urbanístico de Valledupar y sus alrededores.
Muchos podrán decir “la ley es la ley”, pero que tal que el POT no diga nada acerca del establecimiento de un matadero en zona residencial. Esto no quiere decir que tengamos que dar ese permiso. Existen pautas de convivencia, las cuales deben ser establecidas, no con el interés de pocos, ni influencias de ninguna clase, sino lo que le convenga más a la ciudad, la comunidad y – por supuesto- lo que los vecinos opinen y quieran al respecto. Al final ellos son los que se verán afectados o beneficiados con estas decisiones.