Mientras la gobernación del Cesar construye una gigante infraestructura de remodelación de tres colegios de bachillerato de Valledupar, por valor de $137 mil millones, las escuelas públicas tienen un déficit de cupos de seis mil estudiantes de los estratos más bajo del municipio, porque no hay aulas para los niños y niñas de la región. 

La gobernación contrató tres obras para la Institución Educativa Casd Simón Bolívar, el Instituto Técnico Pedro Castro Monsalvo, Instpecam, y el Colegio Alfonso López Pumarejo, es decir, con un promedio de inversión de más de $45 mil millones de pesos cada uno. 

La secretaria de infraestructura Esther Mendoza en su momento declaró que “seguimos dando grandes pasos para la educación del Cesar…”

Pero, ¿de qué pasos habla la funcionaria?, si los primeros pasos se dan en preescolar y primaria. No funciona un colegio de educación media sin estudiantes que se gradúan en primaria. La crisis por los cupos en el Municipio es delicada, porque la educación es el principal bastión del mundo, un pueblo sin educación no progresa. 

No en vano la Unesco tiene como lema: “Unimos a las personas y las naciones a través de la educación, la cultura y la ciencia”.

La ONU y la Unesco sostienen que la educación es el fundamento básico para la construcción de cualquier sociedad. Es la inversión única que los países y pueblos del mundo pueden realizar para construir sociedades equitativas, saludables y prósperas. Además, la educación a lo largo de la vida se requiere para ‘aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir juntos y aprender a ser’. 

Se considera que hubiese sido menos oneroso hacer reparaciones en colegios y asignar recursos económicos para laboratorios, bibliotecas y más aulas en otros planteles, cualificar a los docentes, en vez de invertir miles de millones en solo tres colegios con cobertura tan local. 

Lo también asombroso es que mientras el departamento invierte esa millonada descomunal en Valledupar, en el departamento no implementan la educación inclusiva, desconociendo a esa población altamente vulnerable.  

Entre tanto, por estos días de retorno a clases, los directivos de las instituciones públicas no tienen cómo matricular a cientos de niños y niñas que llegan a sus escuelas, por falta de cupos. 

Consultado el secretario de educación de Valledupar, Iván Arturo Bolaño Baute, manifiesta que hay un déficit de seis mil cupos en la ciudad, porque no hay infraestructura (aulas). 

“Estamos tratando de resolver esta situación, estamos mirando las opciones, haciendo ajustes y esperando inversiones del Ministerio de Educación porque hace veinte años no invierten un solo peso en la zona”, dijo Bolaño Baute. 

El funcionario atribuye parte de la inesperada demanda a la población venezolana que ingresa al municipio en busca de oportunidades y estudios para sus hijos. La situación se ha empeorado este año, porque hay más de ocho mil estudiantes venezolanos, de una población flotante que da como resultado esa altísima demanda, agregó. 

Otro fenómeno que ha incrementado el déficit de aulas tiene que ver con que muchos padres han sacado a sus hijos de colegios privados y los matriculan en los colegios públicos, especialmente en los planteles más destacados. 

Ante la emergencia por los cupos, el funcionario aseguró que la directriz que han recibido del Ministerio de Educación es que las matrículas deben estar abiertas todo el año. 

Finalmente, Bolaño anunció que espera que en la primera semana de febrero se ponga en funcionamiento la contratación de vigilancia privada en colegios, PAE, transporte y demás asuntos pertinentes en la educación escolar del Municipio.

Hasta la próxima semana. [email protected]  @tiochiro.   

Por Aquilino Cotes Zuleta