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Columnista - 8 febrero, 2017

Dedos entumecidos en el Sena

Imagino que es una práctica nacional, tal vez una política institucional. Sobre ese particular no he encontrado la respuesta; lo cierto es que el Sena tendrá que realizar un examen de ingreso a sus instructores para evitar riesgos laborales, en especial los que tienen que ver con fatiga visual, entumecimiento en articulaciones, dedos, cuello, brazos […]

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Imagino que es una práctica nacional, tal vez una política institucional. Sobre ese particular no he encontrado la respuesta; lo cierto es que el Sena tendrá que realizar un examen de ingreso a sus instructores para evitar riesgos laborales, en especial los que tienen que ver con fatiga visual, entumecimiento en articulaciones, dedos, cuello, brazos y espalda; los cuales nos aquejan por adoptar malas posiciones al trabajar frente al computador, especialmente cuando hay altos niveles de estrés. Adicional a esto podemos sumar las consecuencias por aguantar necesidades fisiológicas para no dar ventaja.

Lo descrito anteriormente para mi concepto es humillante, por no darle otro nombre. Todo porque no es justo que una persona pase todo el día pegado al computador, presionando la tecla [F5] cada minuto (por no mencionar un menor tiempo), con el fin de estar actualizando la página de empleo del Sena para ver si se ha publicado la oferta del cargo o función que se desea desempeñar para postularse; pero al final del día no lograrlo, porque simplemente no se publicó; teniendo que repetir esa misma faena por tres días más. Si a esto le sumamos que no es el primer año en que los contratistas se ven en esa titánica labor, la cosa es más deprimente todavía; aún más cuando la mayoría llevan años laborando en la entidad más querida por los colombianos.

Muchos se preguntaran: ¿Por qué el inconveniente con las postulaciones? Si con ello, el instructor puede confirmar que desea seguir cumpliendo esa labor. Anteriormente se publicaban las ofertas, con duración de más de un día, con un límite alto de postulaciones. Las reglas han cambiado y se hablan de ofertas hasta con un máximo de 10 o 20 candidatos, por lo cual muchas veces una postulación puede estar abierta hasta menos de cuatro minutos y en ese particular “camarón que se duerme…”. Por eso lo de la competencia titánica que termina siendo una tortura para la mayoría, donde el que espabila pierde.

No le encuentro razón a que se tenga que desestimar el trabajo de gente valiosa, la cual le ha venido sirviendo al País durante años. Actividades como estás hacen que esos días sean tortuosos para la mayoría de instructores, por no nombrar a todos los contratistas que tienen que pasar por este procedimiento para poder ser contratados nuevamente.

Me pregunto ¿Para qué tener que poner a las personas en esa tortura de las postulaciones? Si vienen trabajando de años anteriores, si vienen realizando bien su trabajo, si han sido bien valorados por sus aprendices, jefes y supervisores de turno. Eso funciona cuando se quiere cambiar o ampliar el personal. Algunos dirán que por transparencia, pero cual transparencia, cuando he sido testigo de casos cercanos, en donde instructores con más de nueve años de trabajo continuo, han tenido que buscar el guiño de representantes y senadores de turno, quienes actúan como dueños, dando visto bueno para ingresos y veto para impedir contrataciones.

Sería bueno que en una próxima oportunidad el Sena diera ejemplo, garantizando la renovación directa a sus buenos instructores; quienes tienen la responsabilidad de formar a gran parte de nuestra mano trabajadora y para ello lo mejor es contar con un buen ambiente de trabajo, con las condiciones propicias para realizar esa hermosa labor de formar y lo mejor para ellos es comenzar con la seguridad de ser contratados sin hacer malabares ni peripecias.

Columnista
8 febrero, 2017

Dedos entumecidos en el Sena

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Armando Javier López Sierra

Imagino que es una práctica nacional, tal vez una política institucional. Sobre ese particular no he encontrado la respuesta; lo cierto es que el Sena tendrá que realizar un examen de ingreso a sus instructores para evitar riesgos laborales, en especial los que tienen que ver con fatiga visual, entumecimiento en articulaciones, dedos, cuello, brazos […]


Imagino que es una práctica nacional, tal vez una política institucional. Sobre ese particular no he encontrado la respuesta; lo cierto es que el Sena tendrá que realizar un examen de ingreso a sus instructores para evitar riesgos laborales, en especial los que tienen que ver con fatiga visual, entumecimiento en articulaciones, dedos, cuello, brazos y espalda; los cuales nos aquejan por adoptar malas posiciones al trabajar frente al computador, especialmente cuando hay altos niveles de estrés. Adicional a esto podemos sumar las consecuencias por aguantar necesidades fisiológicas para no dar ventaja.

Lo descrito anteriormente para mi concepto es humillante, por no darle otro nombre. Todo porque no es justo que una persona pase todo el día pegado al computador, presionando la tecla [F5] cada minuto (por no mencionar un menor tiempo), con el fin de estar actualizando la página de empleo del Sena para ver si se ha publicado la oferta del cargo o función que se desea desempeñar para postularse; pero al final del día no lograrlo, porque simplemente no se publicó; teniendo que repetir esa misma faena por tres días más. Si a esto le sumamos que no es el primer año en que los contratistas se ven en esa titánica labor, la cosa es más deprimente todavía; aún más cuando la mayoría llevan años laborando en la entidad más querida por los colombianos.

Muchos se preguntaran: ¿Por qué el inconveniente con las postulaciones? Si con ello, el instructor puede confirmar que desea seguir cumpliendo esa labor. Anteriormente se publicaban las ofertas, con duración de más de un día, con un límite alto de postulaciones. Las reglas han cambiado y se hablan de ofertas hasta con un máximo de 10 o 20 candidatos, por lo cual muchas veces una postulación puede estar abierta hasta menos de cuatro minutos y en ese particular “camarón que se duerme…”. Por eso lo de la competencia titánica que termina siendo una tortura para la mayoría, donde el que espabila pierde.

No le encuentro razón a que se tenga que desestimar el trabajo de gente valiosa, la cual le ha venido sirviendo al País durante años. Actividades como estás hacen que esos días sean tortuosos para la mayoría de instructores, por no nombrar a todos los contratistas que tienen que pasar por este procedimiento para poder ser contratados nuevamente.

Me pregunto ¿Para qué tener que poner a las personas en esa tortura de las postulaciones? Si vienen trabajando de años anteriores, si vienen realizando bien su trabajo, si han sido bien valorados por sus aprendices, jefes y supervisores de turno. Eso funciona cuando se quiere cambiar o ampliar el personal. Algunos dirán que por transparencia, pero cual transparencia, cuando he sido testigo de casos cercanos, en donde instructores con más de nueve años de trabajo continuo, han tenido que buscar el guiño de representantes y senadores de turno, quienes actúan como dueños, dando visto bueno para ingresos y veto para impedir contrataciones.

Sería bueno que en una próxima oportunidad el Sena diera ejemplo, garantizando la renovación directa a sus buenos instructores; quienes tienen la responsabilidad de formar a gran parte de nuestra mano trabajadora y para ello lo mejor es contar con un buen ambiente de trabajo, con las condiciones propicias para realizar esa hermosa labor de formar y lo mejor para ellos es comenzar con la seguridad de ser contratados sin hacer malabares ni peripecias.