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Columnista - 25 octubre, 2010

De Moreno a negro

Visión Universal Por Luis Mendoza Sierra El paradigma definido en función de la improvisación, la reacción, y las conveniencias individuales, característico del actuar de la dirigencia cesarense, oscurece el porvenir de de una región abundantemente rica en recursos naturales, geoestratégicamente situada, exuberante en manifestaciones culturales y de talento humano de formidable calidad. La preferencia por […]

Visión Universal

Por Luis Mendoza Sierra

El paradigma definido en función de la improvisación, la reacción, y las conveniencias individuales, característico del actuar de la dirigencia cesarense, oscurece el porvenir de de una región abundantemente rica en recursos naturales, geoestratégicamente situada, exuberante en manifestaciones culturales y de talento humano de formidable calidad.
La preferencia por eventos generados en la marcha o estrategias imaginadas con base en el protagonismo que ofrecen a su autor, marcan con frecuencia los comportamientos y procedimientos desarrollados por nuestros actores.
Aunque los ejemplos cunden, el Plan Regional de Competitividad ilustra con exactitud lo que  ocurre en esta región en la que, para desgracia de todos, el egoísmo y la envidia destrozan cualquier intención de construir unidos y en armonía. Luego de un formidable esfuerzo que implicó una inversión valiosa y de interesantes aportes hechos por decenas de personas que sacrificaron su tiempo trabajando en pro de un documento que delineara la hoja de ruta de la región, el Gobierno Departamental parece ignorarlo, el sector privado lo desprecia y, para colmo, no cuenta para la academia.
Poco sentido tiene que el señor Gobernador haya asignado recursos para el desarrollo de una estrategia de socialización y ajuste del Plan, pero el propio gobierno lo desaparece de los escenarios de controversia que promueve y, mucho menos, cuenta en la ejecución.
Es claro que haya decisiones y acciones gubernamentales que le pegan al componente de competitividad, pero no se trata de un proceso de formulación y ejecución de proyectos generados a partir del Plan Regional de Competitividad, sino simples coincidencias. Es más, podrá ratificar o negar el señor Ramón Muñoz, designado como coordinador de la Comisión Regional de Competitividad, esta célula no cuenta para nada en la acción gubernamental.
Entre tanto, si el sector productivo y la academia no cambian de actitud y se comprometen seriamente con el proceso, seguirán dando argumentos al sector público. La inactividad de esos dos actores y su bajo interés por el tema de competitividad hieren mortalmente un proceso que no tiene otro propósito que impulsar la prosperidad.
Cada actor, desde su rol, tiene un compromiso serio con la estrategia orientada a la conquista de un territorio competitivo. La academia, por ejemplo, desarrollando conocimiento traducido en recurso humano e investigación, aporta una muy buena parte de su compromiso. Digo muy buena parte, porque poco hace si ese proceso no se surte en diálogo con el sector productivo, modelando aquel producto en estrecha relación con sus necesidades.
Los cinco objetivos estratégicos del Plan ilustran con gran precisión y contundencia los requerimientos de la región para la competitividad: Asociatividad Empresarial y Emprendimiento; Talento Humano Integral; Tecnología, Investigación y Desarrollo; Infraestructura y Logística, Internacionalización de la Economía.
Cuál de los cinco más crucial para el desarrollo económico y social de la región. Si no nos aplicamos con juicio a estos temas, seguiremos dando palos de ciego y haciendo lo que el momento, los caprichos y los intereses individuales recomiendan. ¿Será posible, por ejemplo, que el gobierno, la academia y el sector privado comiencen un proceso de formulación de una política de educación para el Cesar? Así podremos, entre otras cosas, atacar de fondo el problema del desempleo, lo cual es muy diferente a los eventos chatarra que no pasan de alimentar el ego a través del protagonismo.
Si no cambiamos el paradigma, seguiremos mirando un horizonte incierto que cada día va pasando de Moreno a negro.

SABLAZO

Si la exuberancia de las vallas de la Alcaldía de Valledupar se replicara en acciones que mejoren la aburrida movilidad; en tapar huecos, en lo que el Alcalde es experto desde cuando fue candidato. Si se esa manera obsesiva de colocarle vallas, vallitas y vallotas hasta a los pensamientos, se replicara en la consecución de mejores índices de seguridad, nuestra ciudad sería otra cosa. Hoy, quienes tenían planes de invertir aquí, con seguridad, por falta de seguridad, lo pensarán más de una vez, y muchos de quienes tienen sus negocios en esta ciudad, con seguridad, por falta de seguridad, están pensando en emigrar.
[email protected]

Columnista
25 octubre, 2010

De Moreno a negro

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Luis Mendoza S.

Visión Universal Por Luis Mendoza Sierra El paradigma definido en función de la improvisación, la reacción, y las conveniencias individuales, característico del actuar de la dirigencia cesarense, oscurece el porvenir de de una región abundantemente rica en recursos naturales, geoestratégicamente situada, exuberante en manifestaciones culturales y de talento humano de formidable calidad. La preferencia por […]


Visión Universal

Por Luis Mendoza Sierra

El paradigma definido en función de la improvisación, la reacción, y las conveniencias individuales, característico del actuar de la dirigencia cesarense, oscurece el porvenir de de una región abundantemente rica en recursos naturales, geoestratégicamente situada, exuberante en manifestaciones culturales y de talento humano de formidable calidad.
La preferencia por eventos generados en la marcha o estrategias imaginadas con base en el protagonismo que ofrecen a su autor, marcan con frecuencia los comportamientos y procedimientos desarrollados por nuestros actores.
Aunque los ejemplos cunden, el Plan Regional de Competitividad ilustra con exactitud lo que  ocurre en esta región en la que, para desgracia de todos, el egoísmo y la envidia destrozan cualquier intención de construir unidos y en armonía. Luego de un formidable esfuerzo que implicó una inversión valiosa y de interesantes aportes hechos por decenas de personas que sacrificaron su tiempo trabajando en pro de un documento que delineara la hoja de ruta de la región, el Gobierno Departamental parece ignorarlo, el sector privado lo desprecia y, para colmo, no cuenta para la academia.
Poco sentido tiene que el señor Gobernador haya asignado recursos para el desarrollo de una estrategia de socialización y ajuste del Plan, pero el propio gobierno lo desaparece de los escenarios de controversia que promueve y, mucho menos, cuenta en la ejecución.
Es claro que haya decisiones y acciones gubernamentales que le pegan al componente de competitividad, pero no se trata de un proceso de formulación y ejecución de proyectos generados a partir del Plan Regional de Competitividad, sino simples coincidencias. Es más, podrá ratificar o negar el señor Ramón Muñoz, designado como coordinador de la Comisión Regional de Competitividad, esta célula no cuenta para nada en la acción gubernamental.
Entre tanto, si el sector productivo y la academia no cambian de actitud y se comprometen seriamente con el proceso, seguirán dando argumentos al sector público. La inactividad de esos dos actores y su bajo interés por el tema de competitividad hieren mortalmente un proceso que no tiene otro propósito que impulsar la prosperidad.
Cada actor, desde su rol, tiene un compromiso serio con la estrategia orientada a la conquista de un territorio competitivo. La academia, por ejemplo, desarrollando conocimiento traducido en recurso humano e investigación, aporta una muy buena parte de su compromiso. Digo muy buena parte, porque poco hace si ese proceso no se surte en diálogo con el sector productivo, modelando aquel producto en estrecha relación con sus necesidades.
Los cinco objetivos estratégicos del Plan ilustran con gran precisión y contundencia los requerimientos de la región para la competitividad: Asociatividad Empresarial y Emprendimiento; Talento Humano Integral; Tecnología, Investigación y Desarrollo; Infraestructura y Logística, Internacionalización de la Economía.
Cuál de los cinco más crucial para el desarrollo económico y social de la región. Si no nos aplicamos con juicio a estos temas, seguiremos dando palos de ciego y haciendo lo que el momento, los caprichos y los intereses individuales recomiendan. ¿Será posible, por ejemplo, que el gobierno, la academia y el sector privado comiencen un proceso de formulación de una política de educación para el Cesar? Así podremos, entre otras cosas, atacar de fondo el problema del desempleo, lo cual es muy diferente a los eventos chatarra que no pasan de alimentar el ego a través del protagonismo.
Si no cambiamos el paradigma, seguiremos mirando un horizonte incierto que cada día va pasando de Moreno a negro.

SABLAZO

Si la exuberancia de las vallas de la Alcaldía de Valledupar se replicara en acciones que mejoren la aburrida movilidad; en tapar huecos, en lo que el Alcalde es experto desde cuando fue candidato. Si se esa manera obsesiva de colocarle vallas, vallitas y vallotas hasta a los pensamientos, se replicara en la consecución de mejores índices de seguridad, nuestra ciudad sería otra cosa. Hoy, quienes tenían planes de invertir aquí, con seguridad, por falta de seguridad, lo pensarán más de una vez, y muchos de quienes tienen sus negocios en esta ciudad, con seguridad, por falta de seguridad, están pensando en emigrar.
[email protected]