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Columnista - 6 noviembre, 2019

De Monsalvo al Mello Castro

El gobernador y los alcaldes electos del Cesar tienen la responsabilidad con sus comunidades de dirigir de manera transparente cada uno de los procesos administrativos que inicien en sus localidades. También los diputados y concejales deberán trazar políticas cristalinas, que sean verdaderos veedores de las comunidades en cuanto a los proyectos de ordenanzas y los […]

El gobernador y los alcaldes electos del Cesar tienen la responsabilidad con sus comunidades de dirigir de manera transparente cada uno de los procesos administrativos que inicien en sus localidades.

También los diputados y concejales deberán trazar políticas cristalinas, que sean verdaderos veedores de las comunidades en cuanto a los proyectos de ordenanzas y los acuerdos.

Ya cesó la campaña, ya los “ahogados” van apareciendo río abajo y aunque todavía algunos candidatos pelean los votos en las apelaciones, muchos patalean y seguramente seguirán como perdedores.

Pues bien, mis consejeros periodísticos Tíochiro y Tíonan se referirán en esta columna a las elecciones de gobernador del Cesar y alcalde, en estimación a la brevedad que se debe tener en este espacio.

Es incuestionable el triunfo estruendoso del señor Luis Alberto Monsalvo Gnecco sobre su segunda contrincante: Claudia Margarita Zuleta. Fue eso una verdadera “limpia” electoral.

Queda claro que, al obtener dicha mayoría, Monsalvo Gnecco no podrá ser indiferente ni terco ni vengativo con sus adversarios políticos ni soslayado con los cesarenses que votaron y los que no votaron por él. Es más, todo lo que proponga y ejecute debe tener el 100 por ciento de los cesarenses. Que los contratistas no se traigan de Córdoba, Sucre o Bolívar como en el pasado, que la mano de obra sea del Cesar.

Monsalvo ya está grandecito y está por creérsele que tiene la experiencia. Lo que se quiere es que no siga improvisando ni levante su voz o su pulso para constreñir a sus subalternos ni a nadie. Debe ser el mismo Luis Alberto quien direccione, ordene y ejecute.

Debe ser leal a sus mensajes publicitarios: “Lo hizo bien, lo hará mejor”. Porque de no ser así la justicia ordinaria lo tendrá nuevamente en la mira. Se recuerda que aún tiene vivita una denuncia penal en la Corte Suprema de Justicia que, tendrá que resolver tarde o temprano.

De otro lado, llega el Mello Castro a la alcaldía de Valledupar, a remplazar a Tuto Uhía, el alcalde más controvertido de los últimos 25 años. El más vituperado y más señalado de no hacer las cosas bien. Incluso, lo acusan de enriquecerse con el erario público y de hacer obras con sobrecostos y sin consensos. Sus obras están en entredicho y lo señalan de corrupción, les corresponde a las autoridades competentes investigarlo, a fines de establecer responsabilidades.

El Mello Castro deberá ser cuidadoso y exhaustivo de revisar uno a uno cada contrato, cada gasto, cada inversión y cada acto administrativo.
Los habitantes han recibido con mucho agrado el anuncio del Alcalde electo, en cuanto a que revisará con lupa el contrato –por seis años- que firmó Emdupar con la firma Radian Colombia S.A.S.

“La Empresa de Servicios Públicos de Valledupar, Emdupar, contrató -por seis años- con la firma Radian Colombia S.A.S. con el objeto de que esta ayudara en la aplicación de políticas comerciales orientadas a mejorar su estado económico y prestar mejor servicio a los usuarios”. Muchos afirman que esa empresa es del parlamentario Ape Cuello.

En fin, el Mello Castro no debe escatimar esfuerzos por descubrir los asuntos turbios en la Alcaldía –si es que los hay-. Deberá no ser inferior a la voluntad que el pueblo vallenato le entregó en las urnas. Cada día deberá recordar que la Alcaldía es para ejecutar acciones limpias, impolutas y sin sesgos, acciones que sean capaces de solventar la problemática de la inseguridad, de la movilidad y del desempleo. Manos a la obra alcalde Mello Castro.

Hasta la próxima semana.

[email protected]

Columnista
6 noviembre, 2019

De Monsalvo al Mello Castro

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Aquilino Cotes Zuleta

El gobernador y los alcaldes electos del Cesar tienen la responsabilidad con sus comunidades de dirigir de manera transparente cada uno de los procesos administrativos que inicien en sus localidades. También los diputados y concejales deberán trazar políticas cristalinas, que sean verdaderos veedores de las comunidades en cuanto a los proyectos de ordenanzas y los […]


El gobernador y los alcaldes electos del Cesar tienen la responsabilidad con sus comunidades de dirigir de manera transparente cada uno de los procesos administrativos que inicien en sus localidades.

También los diputados y concejales deberán trazar políticas cristalinas, que sean verdaderos veedores de las comunidades en cuanto a los proyectos de ordenanzas y los acuerdos.

Ya cesó la campaña, ya los “ahogados” van apareciendo río abajo y aunque todavía algunos candidatos pelean los votos en las apelaciones, muchos patalean y seguramente seguirán como perdedores.

Pues bien, mis consejeros periodísticos Tíochiro y Tíonan se referirán en esta columna a las elecciones de gobernador del Cesar y alcalde, en estimación a la brevedad que se debe tener en este espacio.

Es incuestionable el triunfo estruendoso del señor Luis Alberto Monsalvo Gnecco sobre su segunda contrincante: Claudia Margarita Zuleta. Fue eso una verdadera “limpia” electoral.

Queda claro que, al obtener dicha mayoría, Monsalvo Gnecco no podrá ser indiferente ni terco ni vengativo con sus adversarios políticos ni soslayado con los cesarenses que votaron y los que no votaron por él. Es más, todo lo que proponga y ejecute debe tener el 100 por ciento de los cesarenses. Que los contratistas no se traigan de Córdoba, Sucre o Bolívar como en el pasado, que la mano de obra sea del Cesar.

Monsalvo ya está grandecito y está por creérsele que tiene la experiencia. Lo que se quiere es que no siga improvisando ni levante su voz o su pulso para constreñir a sus subalternos ni a nadie. Debe ser el mismo Luis Alberto quien direccione, ordene y ejecute.

Debe ser leal a sus mensajes publicitarios: “Lo hizo bien, lo hará mejor”. Porque de no ser así la justicia ordinaria lo tendrá nuevamente en la mira. Se recuerda que aún tiene vivita una denuncia penal en la Corte Suprema de Justicia que, tendrá que resolver tarde o temprano.

De otro lado, llega el Mello Castro a la alcaldía de Valledupar, a remplazar a Tuto Uhía, el alcalde más controvertido de los últimos 25 años. El más vituperado y más señalado de no hacer las cosas bien. Incluso, lo acusan de enriquecerse con el erario público y de hacer obras con sobrecostos y sin consensos. Sus obras están en entredicho y lo señalan de corrupción, les corresponde a las autoridades competentes investigarlo, a fines de establecer responsabilidades.

El Mello Castro deberá ser cuidadoso y exhaustivo de revisar uno a uno cada contrato, cada gasto, cada inversión y cada acto administrativo.
Los habitantes han recibido con mucho agrado el anuncio del Alcalde electo, en cuanto a que revisará con lupa el contrato –por seis años- que firmó Emdupar con la firma Radian Colombia S.A.S.

“La Empresa de Servicios Públicos de Valledupar, Emdupar, contrató -por seis años- con la firma Radian Colombia S.A.S. con el objeto de que esta ayudara en la aplicación de políticas comerciales orientadas a mejorar su estado económico y prestar mejor servicio a los usuarios”. Muchos afirman que esa empresa es del parlamentario Ape Cuello.

En fin, el Mello Castro no debe escatimar esfuerzos por descubrir los asuntos turbios en la Alcaldía –si es que los hay-. Deberá no ser inferior a la voluntad que el pueblo vallenato le entregó en las urnas. Cada día deberá recordar que la Alcaldía es para ejecutar acciones limpias, impolutas y sin sesgos, acciones que sean capaces de solventar la problemática de la inseguridad, de la movilidad y del desempleo. Manos a la obra alcalde Mello Castro.

Hasta la próxima semana.

[email protected]