De norte a sur, Olivera inició un recorrido sobre un colchón inflable aprovechando el arroyo que se formó en la avenida Sierra Nevada a causa de las lluvias de más de dos horas que cayó sobre la ciudad el pasado 12 de septiembre.
Un fuerte aguacero, unas calles inundadas, una travesura de adolescente y un video que se viralizó, fueron suficientes para que Jefferson David Olivera, de 13 años, se convirtiera en noticia nacional.
De norte a sur, Olivera inició un recorrido sobre un colchón inflable aprovechando el arroyo que se formó en la avenida Sierra Nevada a causa de las lluvias de más de dos horas que cayó sobre la ciudad el pasado 12 de septiembre.
En medio de su acción que, según calificó como inocente, llegó hasta la avenida Fundación. Él no lo sabía, pero al llegar ahí su imagen había recorrido casi todos los portales de web y redes sociales de esta capital y más tarde su nombre aparecía en televisión.
“Encontré el colchón sobre la avenida Sierra Nevada y pensé en ‘recochar’, normal. Me tiré y llegué hasta la carrera 23 de Los Fundadores. Cuando iba llegando al semáforo un señor en una camioneta me dijo: “Eres famoso, pero yo no sabía que me estaban grabando”, contó Olivera, residente en la urbanización Lorenzo Morales, al sur de Valledupar.
Posteriormente, Jefferson David Olivera, oriundo de Valledupar, llegó a su vivienda en una de las torres de la urbanización arriba mencionada para corroborar lo que decían sobre él.
“Vi el video en la casa. Mi mamá tampoco lo había visto. Enseguida revisé su celular y ahí mismo lo vi”, dijo Olivera. “Al siguiente día me vi en televisión. Yo no lo podía creer”, agregó el menor de edad.
“Los policías me piden fotos, las gentes que pasan por aquí también llegan a tomarse una foto conmigo, bacano”, manifestó Olivera, en el marco de una entrevista. Una fama que llegó en menos de 24 horas y una oportunidad a la que le piensa sacar todo el provecho posible.
“Yo decía que para ser famoso había que hacer muchos videos, pero en dos días me volví famoso. Luego, una señora de Bogotá le envió a mi mamá por nequi $50 mil y otra persona me llevó al centro comercial a comprarme ropa”, aseveró.
Pero más allá de recibir donaciones, este niño sueña con dar otro salto: Pasar de limpiavidrios a influencer, puesto que, en su cuenta oficial en Instagram cuenta con más de 5 mil seguidores.
“Yo quiero salir adelante. Quiero ser influencer para estudiar derecho y comprar una casa para mi mamá”, sostuvo el joven del colchón.
Jefferson David Olivera, abandonó el colegio para ir a trabajar. Desde los 8 años se rebusca en oficios varios para llevar el diario a su casa. Sin embargo, su madre insistió para que terminara los estudios y lo matriculó en una institución oficial, donde recibe clases los sábados.
“Mi papá nos dejó. Entonces, primero empecé a vender plátano, luego me fui para Mercabasto a alzar bultos y, después me vine con la toallita a limpiar vidrios”, relató Olivera.
Dada su espontaneidad y carisma, en una ocasión fue guía turístico. “Una vez me fui para el río y habían unas personas que me preguntaron que sí sabía dónde quedaba la Junta; les dije que sí, pero yo no sabía. Me subí al carro y solo les decía que le dieran derecho, entonces vi un letrero y por ahí mismo fue: llegamos a la ventana marroncita, el parque de La Moneda y a Carrizal”, acotó Olivera.
KAREN LILIANA PÉREZ / EL PILÓN
@karenperezcol
De norte a sur, Olivera inició un recorrido sobre un colchón inflable aprovechando el arroyo que se formó en la avenida Sierra Nevada a causa de las lluvias de más de dos horas que cayó sobre la ciudad el pasado 12 de septiembre.
Un fuerte aguacero, unas calles inundadas, una travesura de adolescente y un video que se viralizó, fueron suficientes para que Jefferson David Olivera, de 13 años, se convirtiera en noticia nacional.
De norte a sur, Olivera inició un recorrido sobre un colchón inflable aprovechando el arroyo que se formó en la avenida Sierra Nevada a causa de las lluvias de más de dos horas que cayó sobre la ciudad el pasado 12 de septiembre.
En medio de su acción que, según calificó como inocente, llegó hasta la avenida Fundación. Él no lo sabía, pero al llegar ahí su imagen había recorrido casi todos los portales de web y redes sociales de esta capital y más tarde su nombre aparecía en televisión.
“Encontré el colchón sobre la avenida Sierra Nevada y pensé en ‘recochar’, normal. Me tiré y llegué hasta la carrera 23 de Los Fundadores. Cuando iba llegando al semáforo un señor en una camioneta me dijo: “Eres famoso, pero yo no sabía que me estaban grabando”, contó Olivera, residente en la urbanización Lorenzo Morales, al sur de Valledupar.
Posteriormente, Jefferson David Olivera, oriundo de Valledupar, llegó a su vivienda en una de las torres de la urbanización arriba mencionada para corroborar lo que decían sobre él.
“Vi el video en la casa. Mi mamá tampoco lo había visto. Enseguida revisé su celular y ahí mismo lo vi”, dijo Olivera. “Al siguiente día me vi en televisión. Yo no lo podía creer”, agregó el menor de edad.
“Los policías me piden fotos, las gentes que pasan por aquí también llegan a tomarse una foto conmigo, bacano”, manifestó Olivera, en el marco de una entrevista. Una fama que llegó en menos de 24 horas y una oportunidad a la que le piensa sacar todo el provecho posible.
“Yo decía que para ser famoso había que hacer muchos videos, pero en dos días me volví famoso. Luego, una señora de Bogotá le envió a mi mamá por nequi $50 mil y otra persona me llevó al centro comercial a comprarme ropa”, aseveró.
Pero más allá de recibir donaciones, este niño sueña con dar otro salto: Pasar de limpiavidrios a influencer, puesto que, en su cuenta oficial en Instagram cuenta con más de 5 mil seguidores.
“Yo quiero salir adelante. Quiero ser influencer para estudiar derecho y comprar una casa para mi mamá”, sostuvo el joven del colchón.
Jefferson David Olivera, abandonó el colegio para ir a trabajar. Desde los 8 años se rebusca en oficios varios para llevar el diario a su casa. Sin embargo, su madre insistió para que terminara los estudios y lo matriculó en una institución oficial, donde recibe clases los sábados.
“Mi papá nos dejó. Entonces, primero empecé a vender plátano, luego me fui para Mercabasto a alzar bultos y, después me vine con la toallita a limpiar vidrios”, relató Olivera.
Dada su espontaneidad y carisma, en una ocasión fue guía turístico. “Una vez me fui para el río y habían unas personas que me preguntaron que sí sabía dónde quedaba la Junta; les dije que sí, pero yo no sabía. Me subí al carro y solo les decía que le dieran derecho, entonces vi un letrero y por ahí mismo fue: llegamos a la ventana marroncita, el parque de La Moneda y a Carrizal”, acotó Olivera.
KAREN LILIANA PÉREZ / EL PILÓN
@karenperezcol