La Institución Educativa San José, ubicada en el municipio de La Paz, Cesar, celebra en 2025 sus 75 años de existencia, consolidándose como un referente educativo y cultural en la región. Fundada por la comunidad religiosa de las Hermanas Lauritas —inspiradas por Santa Laura Montoya, la única santa colombiana—, la institución nació con el propósito de llevar educación y valores cristianos a una población que entonces era predominantemente rural. Con el paso de los años, el colegio se adaptó al crecimiento urbano de La Paz, manteniendo su esencia y compromiso con la formación integral de sus estudiantes.

Orígenes y transformación

Durante sus primeras décadas, San José ofrecía únicamente educación preescolar y básica primaria, bajo la dirección y guía espiritual de las Hermanas Lauritas. Estas religiosas, fieles al legado de austeridad y servicio de la madre Laura, marcaron la identidad del colegio. 

En 1994, la institución amplió su oferta educativa al abrir el bachillerato, respondiendo a las necesidades de una comunidad en expansión y a la demanda de una formación más completa para la juventud local. “Basados en la pedagogía del amor, en la fe, en la responsabilidad, en la esperanza. Hemos intentado mantenernos como una comunidad que centra todo su accionar en esos principios”, afirma Wilmer Galindo Ospino, rector de la institución, nacido en El Paso, Cesar y nombrado hijo adoptivo de La Paz en el 2024. 

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El colegio estuvo ubicado durante muchos años en el corazón del municipio, frente al parque principal, en un terreno propiedad de las Lauritas. Sin embargo, el crecimiento urbano y la misión evangelizadora de la congregación, orientada a las zonas rurales, llevaron a que las religiosas solicitaran al gobierno la compra del predio. Tras un proceso prolongado, la institución tuvo que trasladarse, enfrentando desafíos de infraestructura y adaptación, pero demostrando una resiliencia que la ha caracterizado a lo largo de su historia. 

En un momento crítico, la Institución Educativa San José vislumbró el cierre de sus puertas, truncando la esperanza de seguir sirviendo a la comunidad de La Paz. Se llegó a anunciar su posible desaparición, sin embargo, en 2010, Galindo Ospino, un vallenato con un profundo arraigo en esta tierra, asumió el liderazgo. Apasionado por la educación de calidad y comprometido con la superación personal —actualmente cursando un posdoctorado—, el rector se propuso transformar la institución a pesar de las limitaciones presupuestarias y la acuciante escasez de agua que afecta tanto al colegio como al municipio.

Calidad 75

A lo largo de estos 75 años, la Institución Educativa San José ha formado a generaciones de líderes, periodistas, sacerdotes y profesionales que hoy ocupan cargos destacados a nivel nacional e internacional. Aunque en la actualidad ya no está bajo la dirección del clero, la escuela ha procurado mantener los principios fundacionales, respetando la libertad de culto y promoviendo la convivencia entre diversas creencias religiosas. Su sede actual fue inaugurada por el expresidente Iván Duque en el 2019.

“Calidad 75”, un programa ambicioso que involucra a toda la comunidad educativa en 75 acciones concretas, busca recuperar y fortalecer los procesos de aprendizaje, especialmente en aquellos estudiantes más jóvenes que vieron comprometido su desarrollo inicial. 

Se estructura en tres ejes principales: 20 acciones dirigidas a los docentes, 20 acciones enfocadas en los estudiantes, 20 acciones para los padres de familia y 15 acciones para el equipo directivo. “Estas acciones abarcan diversas áreas, desde la innovación pedagógica hasta el fortalecimiento de valores y habilidades para la vida”, asegura el rector de la institución. Un ejemplo de estas iniciativas es el proyecto de la emisora escolar, que busca desarrollar el pensamiento crítico y las habilidades comunicativas de los estudiantes, así como mejorar su comprensión lectora y expresión oral.

El objetivo primordial de “Calidad 75” es mejorar los resultados académicos de los estudiantes, brindándoles mayores oportunidades para transformar su realidad. Conscientes del contexto social complejo en el que se desenvuelven, con desafíos como la drogadicción y la delincuencia, la institución busca empoderar a los jóvenes a través de la educación. Al mejorar su rendimiento académico, se abren puertas a mejores oportunidades de estudio y empleo, permitiéndoles construir un futuro más prometedor. 

Cristy Costa Aldana, estudiante del grado 11, dice que la institución no solo la retó académicamente sino que la guió en su vocación de comunicar: “Siento que es una experiencia maravillosa, nos forma, a personas como yo, que queremos a lo largo de nuestra vida dedicarnos a la comunicación, al periodismo. Entonces, siento que es de mucho apoyo, nos va creando con esas bases. Entonces, estoy muy feliz y orgullosa de que mi colegio cuente con esta herramienta”.

De igual manera, Cristy, Juliana Sierra, Tatiana Torres, Luna Ballestas y Jania Rodríguez, estudiantes destacadas de los últimos años de bachillerato, han sido cautivadas por las actividades extracurriculares que les inculcaron el valor de siempre esforzarse al máximo y contribuir positivamente en cada ámbito al que pertenecen.

Desafíos recientes y visión de futuro

Hoy, la Institución Educativa San José se erige como un símbolo de resiliencia y transformación, manteniendo sus valores fundacionales mientras se adapta a las exigencias de la sociedad actual. Además de su labor educativa regular, la institución ofrece formación académica nocturna para adultos, brindando una segunda oportunidad a aquellos a quienes el Estado no pudo garantizar el acceso a la educación en su infancia. 

“Es así como se procura un ambiente propicio para el aprendizaje y se superan las adversidades que imponen las nuevas dinámicas sociales. Su compromiso va más allá de lo académico: brinda atención a estudiantes con necesidades especiales y en situaciones de vulnerabilidad”, explicó el coordinador, José Carlos Galván.

Su historia es la de un pueblo y una comunidad educativa que, a pesar de las adversidades, sigue apostando por la educación como motor de desarrollo y esperanza para las nuevas generaciones.

Redacción EL PILÓN.