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Cultura - 29 mayo, 2025

De la cocina guajira a los relatos indígenas: el Caribe se narra en la Felva 2025

La Feria del Libro de Valledupar 2025 reunirá del 5 al 8 de junio charlas, talleres y conversatorios gratuitos sobre historia, mitos, literatura y sabores del Caribe.

Asistentes disfrutarán de charlas, talleres y conversatorios en la Feria del Libro de Valledupar 2025, celebrando la cultura y el caribe. Foto: Jesús Ochoa.
Asistentes disfrutarán de charlas, talleres y conversatorios en la Feria del Libro de Valledupar 2025, celebrando la cultura y el caribe. Foto: Jesús Ochoa.
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Del 5 al 8 de junio de 2025, el centro histórico de Valledupar se transformará en un espacio de encuentro literario y cultural con la tercera edición de la Feria del Libro de Valledupar, FeLVa 2025. Este evento, organizado por EL PILÓN y la Alcaldía de Valledupar con apoyo del Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes y la Biblioteca Nacional de Colombia, abrirá sus puertas gratuitamente para que la comunidad disfrute de charlas, talleres y conversatorios que invitan a la reflexión profunda alrededor del realismo mágico en el Caribe. 

Leer: FELVA 2025: Escritor Isaías Romero dictará taller intensivo sobre escritura de cuentos

Entre los ejes temáticos más fascinantes de esta edición se encuentra el diálogo entre la historia, los mitos y los sabores del Caribe, un recorrido multisensorial por la identidad de la región.

La historia que aún late

La historia del Caribe colombiano, para Carl Henrik Langebaek, no puede entenderse solo desde la perspectiva de la conquista europea. Como él mismo afirma: “La historia de los indígenas no terminó con la llegada de los españoles, ni se limita a la resistencia o a la derrota; es una historia de continuidades y transformaciones”, menciona el antropólogo en Los herederos del pasado. Su trabajo como antropólogo ha estado enfocado en rastrear esas huellas profundas que los pueblos originarios han dejado en la cultura y la vida cotidiana de la región.

En sus investigaciones, Langebaek cuestiona la narrativa tradicional que presenta la Conquista como un proceso unidireccional. “La conquista no fue un evento homogéneo ni un proceso lineal. Hubo negociaciones, adaptaciones y, sobre todo, una gran capacidad de agencia por parte de los pueblos indígenas”, mencionó Langebaek en una entrevista en la Universidad de los Andes. Para él, es fundamental entender que los indígenas no fueron simples víctimas, sino actores que supieron transformar su entorno y sus relaciones con los recién llegados.

Langebaek también destaca la importancia de la memoria y la oralidad en la preservación de la historia. “La memoria indígena no solo se transmite en los documentos escritos, sino en la palabra, en la vida cotidiana y en los paisajes que habitamos”, afirmó en Los herederos del pasado.

Es así que, el antropólogo insiste en que el pasado sigue presente en las tensiones sociales y culturales del Caribe actual. “El pasado no es un lugar lejano al que no podemos regresar; está aquí, en las lenguas, en las prácticas, en las luchas contemporáneas de los pueblos indígenas”, dijo Langebaek en una entrevista en El Espectador. Su trabajo invita a repensar la historia como una trama viva, llena de matices y significados que aún resuenan en el presente.

Mitos y relatos que perduran

El Caribe es tierra de leyendas, cuentos y canciones que atraviesan generaciones. Así lo destaca el filósofo y escritor Fernando Galindo en su charla para estudiantes, donde explora cómo los relatos universales —desde caballeros y monstruos hasta cuentos de terror y laberintos digitales— siguen siendo mapas de aventuras y preguntas para los lectores de hoy. La narrativa oral y la música, como la canción de Escalona que inspiró al pintor Jaime Molina, son vehículos para transmitir la memoria y la identidad caribeña, convirtiendo el arte en un puente entre pasado y presente.

Sabores que cuentan historias

En Felva, la historia y el mito también se cocinan. El evento “Sabor y memoria: la cocina guajira en diálogo con el Cesar”, guiado por el antropólogo Weildler Guerra, celebra la cocina como una expresión viva de la cultura y la memoria colectiva. Como él mismo ha señalado en sus columnas para El Espectador, la cocina tradicional es mucho más que alimento; es un texto social, un espacio donde se entrelazan historias, memorias y saberes ancestrales. “Cada plato es un relato, cada ingrediente una raíz que conecta con luchas, mezclas culturales y un profundo sentido de pertenencia”, afirma Guerra.

Compartir la mesa en el Caribe, según Guerra, es una forma de narrar tanto la historia familiar como la colectiva, un acto de resistencia frente al olvido y una celebración de la diversidad cultural. En sus reflexiones, destaca que “los alimentos, sus preparaciones y los rituales que los acompañan son parte de la memoria viva de los pueblos. En la comida se expresa la resistencia, la creatividad y la identidad de una región”. Así, la cocina guajira y cesarense no solo alimenta el cuerpo, sino también el alma, funcionando como un puente entre generaciones y un testimonio tangible de la riqueza cultural del Caribe colombiano.

Canciones, economía y poesía

La economía y la política también encuentran su lugar en la narrativa caribeña. El libro “Historia, economía y canciones en el folclor vallenato” demuestra cómo los compositores han contado los grandes hitos económicos del Cesar a través de la música, mezclando academia, tradición oral y melodía para explicar desde la bonanza algodonera hasta el empoderamiento femenino. Así, el vallenato se convierte en crónica social y testimonio de época.

La poesía, finalmente, es otro hilo que cose la memoria del territorio. Recitales y encuentros de poetas en Felva 2025 reafirman el poder de la palabra para nombrar la tierra, el amor, la ausencia y la historia íntima y colectiva, manteniendo viva la llama de la identidad caribeña.

En la Feria del Libro de Valledupar 2025, la historia se cuenta en los libros y en las cocinas, en los mitos y en las canciones, en la memoria de los pueblos y en la creatividad de sus nuevas generaciones. Es una invitación a saborear, escuchar y leer esa memoria viva que nos habita.

Cultura
29 mayo, 2025

De la cocina guajira a los relatos indígenas: el Caribe se narra en la Felva 2025

La Feria del Libro de Valledupar 2025 reunirá del 5 al 8 de junio charlas, talleres y conversatorios gratuitos sobre historia, mitos, literatura y sabores del Caribe.


Asistentes disfrutarán de charlas, talleres y conversatorios en la Feria del Libro de Valledupar 2025, celebrando la cultura y el caribe. Foto: Jesús Ochoa.
Asistentes disfrutarán de charlas, talleres y conversatorios en la Feria del Libro de Valledupar 2025, celebrando la cultura y el caribe. Foto: Jesús Ochoa.
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Del 5 al 8 de junio de 2025, el centro histórico de Valledupar se transformará en un espacio de encuentro literario y cultural con la tercera edición de la Feria del Libro de Valledupar, FeLVa 2025. Este evento, organizado por EL PILÓN y la Alcaldía de Valledupar con apoyo del Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes y la Biblioteca Nacional de Colombia, abrirá sus puertas gratuitamente para que la comunidad disfrute de charlas, talleres y conversatorios que invitan a la reflexión profunda alrededor del realismo mágico en el Caribe. 

Leer: FELVA 2025: Escritor Isaías Romero dictará taller intensivo sobre escritura de cuentos

Entre los ejes temáticos más fascinantes de esta edición se encuentra el diálogo entre la historia, los mitos y los sabores del Caribe, un recorrido multisensorial por la identidad de la región.

La historia que aún late

La historia del Caribe colombiano, para Carl Henrik Langebaek, no puede entenderse solo desde la perspectiva de la conquista europea. Como él mismo afirma: “La historia de los indígenas no terminó con la llegada de los españoles, ni se limita a la resistencia o a la derrota; es una historia de continuidades y transformaciones”, menciona el antropólogo en Los herederos del pasado. Su trabajo como antropólogo ha estado enfocado en rastrear esas huellas profundas que los pueblos originarios han dejado en la cultura y la vida cotidiana de la región.

En sus investigaciones, Langebaek cuestiona la narrativa tradicional que presenta la Conquista como un proceso unidireccional. “La conquista no fue un evento homogéneo ni un proceso lineal. Hubo negociaciones, adaptaciones y, sobre todo, una gran capacidad de agencia por parte de los pueblos indígenas”, mencionó Langebaek en una entrevista en la Universidad de los Andes. Para él, es fundamental entender que los indígenas no fueron simples víctimas, sino actores que supieron transformar su entorno y sus relaciones con los recién llegados.

Langebaek también destaca la importancia de la memoria y la oralidad en la preservación de la historia. “La memoria indígena no solo se transmite en los documentos escritos, sino en la palabra, en la vida cotidiana y en los paisajes que habitamos”, afirmó en Los herederos del pasado.

Es así que, el antropólogo insiste en que el pasado sigue presente en las tensiones sociales y culturales del Caribe actual. “El pasado no es un lugar lejano al que no podemos regresar; está aquí, en las lenguas, en las prácticas, en las luchas contemporáneas de los pueblos indígenas”, dijo Langebaek en una entrevista en El Espectador. Su trabajo invita a repensar la historia como una trama viva, llena de matices y significados que aún resuenan en el presente.

Mitos y relatos que perduran

El Caribe es tierra de leyendas, cuentos y canciones que atraviesan generaciones. Así lo destaca el filósofo y escritor Fernando Galindo en su charla para estudiantes, donde explora cómo los relatos universales —desde caballeros y monstruos hasta cuentos de terror y laberintos digitales— siguen siendo mapas de aventuras y preguntas para los lectores de hoy. La narrativa oral y la música, como la canción de Escalona que inspiró al pintor Jaime Molina, son vehículos para transmitir la memoria y la identidad caribeña, convirtiendo el arte en un puente entre pasado y presente.

Sabores que cuentan historias

En Felva, la historia y el mito también se cocinan. El evento “Sabor y memoria: la cocina guajira en diálogo con el Cesar”, guiado por el antropólogo Weildler Guerra, celebra la cocina como una expresión viva de la cultura y la memoria colectiva. Como él mismo ha señalado en sus columnas para El Espectador, la cocina tradicional es mucho más que alimento; es un texto social, un espacio donde se entrelazan historias, memorias y saberes ancestrales. “Cada plato es un relato, cada ingrediente una raíz que conecta con luchas, mezclas culturales y un profundo sentido de pertenencia”, afirma Guerra.

Compartir la mesa en el Caribe, según Guerra, es una forma de narrar tanto la historia familiar como la colectiva, un acto de resistencia frente al olvido y una celebración de la diversidad cultural. En sus reflexiones, destaca que “los alimentos, sus preparaciones y los rituales que los acompañan son parte de la memoria viva de los pueblos. En la comida se expresa la resistencia, la creatividad y la identidad de una región”. Así, la cocina guajira y cesarense no solo alimenta el cuerpo, sino también el alma, funcionando como un puente entre generaciones y un testimonio tangible de la riqueza cultural del Caribe colombiano.

Canciones, economía y poesía

La economía y la política también encuentran su lugar en la narrativa caribeña. El libro “Historia, economía y canciones en el folclor vallenato” demuestra cómo los compositores han contado los grandes hitos económicos del Cesar a través de la música, mezclando academia, tradición oral y melodía para explicar desde la bonanza algodonera hasta el empoderamiento femenino. Así, el vallenato se convierte en crónica social y testimonio de época.

La poesía, finalmente, es otro hilo que cose la memoria del territorio. Recitales y encuentros de poetas en Felva 2025 reafirman el poder de la palabra para nombrar la tierra, el amor, la ausencia y la historia íntima y colectiva, manteniendo viva la llama de la identidad caribeña.

En la Feria del Libro de Valledupar 2025, la historia se cuenta en los libros y en las cocinas, en los mitos y en las canciones, en la memoria de los pueblos y en la creatividad de sus nuevas generaciones. Es una invitación a saborear, escuchar y leer esa memoria viva que nos habita.