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Columnista - 9 agosto, 2015

Cuota de género o de relleno

Desde tiempos memoriales la política ha sido un ejercicio desempeñado por los hombres, fueron muchas las luchas que debieron emprender las mujeres para que pudieran acceder a ejercer el derecho al voto, así mismo para que se les permitiera participar como candidatas en las elecciones y de esta manera poder ejercen como gobernantes de países, […]

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Desde tiempos memoriales la política ha sido un ejercicio desempeñado por los hombres, fueron muchas las luchas que debieron emprender las mujeres para que pudieran acceder a ejercer el derecho al voto, así mismo para que se les permitiera participar como candidatas en las elecciones y de esta manera poder ejercen como gobernantes de países, departamentos o ciudades.

Esta lucha no ha sido ajena a la política colombiana, por eso se ha trabajado en la búsqueda de una hoja de ruta que permita que las mujeres transiten en todos los escenarios de la vida nacional en igualdad de condiciones y con equidad, por eso en el año 2000 se promulgó la Ley 581, la cual creaba los mecanismos para que las autoridades le dieran a la mujer la adecuada y efectiva participación a que tiene derecho en todos los niveles de las ramas y demás órganos del poder público.

Aunque la Ley establece que las mujeres deben contar con una cuota mínima del 30 por ciento para los puestos de libre nombramiento y remoción, esto en la práctica no se viene aplicando, existe un incumplimiento sistemático a esta prerrogativa, contribuyendo el mismo estado a la falta de equidad e inclusión de la mujer en la vida laboral, conllevando con esto a la dependencia -y en muchos casos humillación- de la mujer frente a los hombres.

En el aspecto político también se busca garantizar la participación de la mujer en la vida pública, por eso se instituyó la Ley de Género en las listas a corporaciones de elección popular, la cual busca que cada lista debe inscribirse mínimo con el 30 por ciento de uno de los géneros, buscando ampliar el espacio de participación de la mujer en la política.

Pero muy a pesar que esta medida es de obligatorio cumplimiento, de manera particular creo que es ineficaz e inoperante, en la actualidad vemos como los partidos o movimientos políticos para dar cumplimiento a esta famosa Ley rellenan sus listas sin importar la incidencia, carisma, cualidades y propuestas de la mujer para poder acceder a una curul, sino que solo buscan a las mujeres como relleno y cumplir con la cuota de género.

Los partidos con este mecanismo de rellenar las listas a corporaciones están sometiendo a la mujer al escarnio y estigmatización pública, toda vez que los votos alcanzados por la mayoría de féminas son irrisorios, lo que conduce a la falta de credibilidad al género en las elecciones, porque el constituyente primario las analiza y mira más como relleno que como una verdadera opción de ser elegidas.

Por todo esto creo necesario y urgente tomar las medidas necesarias para que la finalidad de la Ley de Cuotas pueda garantizar a la mujer la adecuada y efectiva participación en la vida pública, de lo contrario esta ley solo tendrá un propósito nefasto, como lo es convertir una vez más a la mujer de relleno en un mundo machista, que solo ha contribuido a su discriminación, maltrato, exclusión y falta de participación en todos los niveles del poder público.

Columnista
9 agosto, 2015

Cuota de género o de relleno

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El Pilón

Desde tiempos memoriales la política ha sido un ejercicio desempeñado por los hombres, fueron muchas las luchas que debieron emprender las mujeres para que pudieran acceder a ejercer el derecho al voto, así mismo para que se les permitiera participar como candidatas en las elecciones y de esta manera poder ejercen como gobernantes de países, […]


Desde tiempos memoriales la política ha sido un ejercicio desempeñado por los hombres, fueron muchas las luchas que debieron emprender las mujeres para que pudieran acceder a ejercer el derecho al voto, así mismo para que se les permitiera participar como candidatas en las elecciones y de esta manera poder ejercen como gobernantes de países, departamentos o ciudades.

Esta lucha no ha sido ajena a la política colombiana, por eso se ha trabajado en la búsqueda de una hoja de ruta que permita que las mujeres transiten en todos los escenarios de la vida nacional en igualdad de condiciones y con equidad, por eso en el año 2000 se promulgó la Ley 581, la cual creaba los mecanismos para que las autoridades le dieran a la mujer la adecuada y efectiva participación a que tiene derecho en todos los niveles de las ramas y demás órganos del poder público.

Aunque la Ley establece que las mujeres deben contar con una cuota mínima del 30 por ciento para los puestos de libre nombramiento y remoción, esto en la práctica no se viene aplicando, existe un incumplimiento sistemático a esta prerrogativa, contribuyendo el mismo estado a la falta de equidad e inclusión de la mujer en la vida laboral, conllevando con esto a la dependencia -y en muchos casos humillación- de la mujer frente a los hombres.

En el aspecto político también se busca garantizar la participación de la mujer en la vida pública, por eso se instituyó la Ley de Género en las listas a corporaciones de elección popular, la cual busca que cada lista debe inscribirse mínimo con el 30 por ciento de uno de los géneros, buscando ampliar el espacio de participación de la mujer en la política.

Pero muy a pesar que esta medida es de obligatorio cumplimiento, de manera particular creo que es ineficaz e inoperante, en la actualidad vemos como los partidos o movimientos políticos para dar cumplimiento a esta famosa Ley rellenan sus listas sin importar la incidencia, carisma, cualidades y propuestas de la mujer para poder acceder a una curul, sino que solo buscan a las mujeres como relleno y cumplir con la cuota de género.

Los partidos con este mecanismo de rellenar las listas a corporaciones están sometiendo a la mujer al escarnio y estigmatización pública, toda vez que los votos alcanzados por la mayoría de féminas son irrisorios, lo que conduce a la falta de credibilidad al género en las elecciones, porque el constituyente primario las analiza y mira más como relleno que como una verdadera opción de ser elegidas.

Por todo esto creo necesario y urgente tomar las medidas necesarias para que la finalidad de la Ley de Cuotas pueda garantizar a la mujer la adecuada y efectiva participación en la vida pública, de lo contrario esta ley solo tendrá un propósito nefasto, como lo es convertir una vez más a la mujer de relleno en un mundo machista, que solo ha contribuido a su discriminación, maltrato, exclusión y falta de participación en todos los niveles del poder público.