Indígenas fortalecen expresiones culturales propias de su raza.
Docentes y más de mil mil niños indígenas de 15 comunidades de los municipios de Maicao, Uribia, Albania, Barrancas, Hatonuevo y Manaure en La Guajira, reciben capacitación y acompañamiento en la preservación y promoción de las prácticas culturales como la danza, música, deportes y artesanías típicas de su cultura, a través de un programa liderado por una fundación que lidera la multinacional Cerrejón desde 2012 para fortalecer los usos y costumbres de los wayuu.
“Para nosotros es muy importante la realización de este tipo de programas pues contribuyen a la promoción y conservación de nuestros usos y costumbres, además de la transmisión de saberes y conocimientos de generación en generación, logrando así preparar a los más pequeños a desempeñar los roles que les corresponderán más adelante dentro de la sociedad wayuu, salvaguardando nuestra cultura”, manifestó Joaquín Prince, docente y líder del Programa.
La importancia de entender y dar a conocer el estilo de vida, las creencias, los sueños y tradiciones de esta comunidad, son fundamentales para preservar esta cultura ancestral. “En nuestra sociedad los roles de los hombres y las mujeres se encuentran totalmente definidos, y se enfocan en los papeles que desarrollarán dentro de la comunidad cuando sean adultos: la mujer, se encuentra asociada a la tierra, como protectora y creadora de vida, y los hombres, representan a Juyá, el padre lluvia, por lo cual desde pequeños los orientamos hacia lo que serán desde nuestra cultura más adelante”, manifestó la docente wayuu Yadira Martínez Epinayú.
Adicionalmente, los niños y jóvenes vienen trabajando en un modelo de desarrollo pedagógico para la elaboración y ejecución de instrumentos musicales autóctonos, el cual puede ser adaptado a los Proyectos Educativos Institucionales locales. También realizaron el Primer Encuentro de Saberes, donde indígenas y no indígenas compartieron conocimientos y riqueza formativa.
Por su parte, los niños indígenas se mostraron complacidos con la aplicación del programa, porque permite que sus costumbres prevalezcan a través del tiempo.
“Me siento muy bien y orgullosa con todo los bailes y danzas wayuu que he aprendido con el programa, ya llevo cuatro años practicándolo y quiero seguir haciéndolo porque cuando sea más grande quiero ser reina del Festival de la Cultura Wayuu”, dijo María del Carmen Aguilar, estudiante de cuarto grado en la comunidad de Palentú.
Los directivos de la fundación que dicta las capacitaciones, consideran que la mágica y fascinante cultura wayuu, es una mezcla de arena, sol, viento y mar, ingredientes que fundidos recrean la sabiduría y conocimientos de la etnia indígena más grande de Colombia y la cual representa el 45 % de la población guajira. “Este grupo de personas, que posee una cosmovisión que combina permanentemente sus actividades económicas, los clanes y su cultura ancestral, constituyen una parte importante de la historia de nuestro país, los cuales con el tejido de sus sueños, mochilas y techos trabajan diariamente por fortalecer y preservar sus usos y costumbres”, aseguran.
Por Jesús Eduardo Ariño Fragozo
[email protected]
Indígenas fortalecen expresiones culturales propias de su raza.
Docentes y más de mil mil niños indígenas de 15 comunidades de los municipios de Maicao, Uribia, Albania, Barrancas, Hatonuevo y Manaure en La Guajira, reciben capacitación y acompañamiento en la preservación y promoción de las prácticas culturales como la danza, música, deportes y artesanías típicas de su cultura, a través de un programa liderado por una fundación que lidera la multinacional Cerrejón desde 2012 para fortalecer los usos y costumbres de los wayuu.
“Para nosotros es muy importante la realización de este tipo de programas pues contribuyen a la promoción y conservación de nuestros usos y costumbres, además de la transmisión de saberes y conocimientos de generación en generación, logrando así preparar a los más pequeños a desempeñar los roles que les corresponderán más adelante dentro de la sociedad wayuu, salvaguardando nuestra cultura”, manifestó Joaquín Prince, docente y líder del Programa.
La importancia de entender y dar a conocer el estilo de vida, las creencias, los sueños y tradiciones de esta comunidad, son fundamentales para preservar esta cultura ancestral. “En nuestra sociedad los roles de los hombres y las mujeres se encuentran totalmente definidos, y se enfocan en los papeles que desarrollarán dentro de la comunidad cuando sean adultos: la mujer, se encuentra asociada a la tierra, como protectora y creadora de vida, y los hombres, representan a Juyá, el padre lluvia, por lo cual desde pequeños los orientamos hacia lo que serán desde nuestra cultura más adelante”, manifestó la docente wayuu Yadira Martínez Epinayú.
Adicionalmente, los niños y jóvenes vienen trabajando en un modelo de desarrollo pedagógico para la elaboración y ejecución de instrumentos musicales autóctonos, el cual puede ser adaptado a los Proyectos Educativos Institucionales locales. También realizaron el Primer Encuentro de Saberes, donde indígenas y no indígenas compartieron conocimientos y riqueza formativa.
Por su parte, los niños indígenas se mostraron complacidos con la aplicación del programa, porque permite que sus costumbres prevalezcan a través del tiempo.
“Me siento muy bien y orgullosa con todo los bailes y danzas wayuu que he aprendido con el programa, ya llevo cuatro años practicándolo y quiero seguir haciéndolo porque cuando sea más grande quiero ser reina del Festival de la Cultura Wayuu”, dijo María del Carmen Aguilar, estudiante de cuarto grado en la comunidad de Palentú.
Los directivos de la fundación que dicta las capacitaciones, consideran que la mágica y fascinante cultura wayuu, es una mezcla de arena, sol, viento y mar, ingredientes que fundidos recrean la sabiduría y conocimientos de la etnia indígena más grande de Colombia y la cual representa el 45 % de la población guajira. “Este grupo de personas, que posee una cosmovisión que combina permanentemente sus actividades económicas, los clanes y su cultura ancestral, constituyen una parte importante de la historia de nuestro país, los cuales con el tejido de sus sueños, mochilas y techos trabajan diariamente por fortalecer y preservar sus usos y costumbres”, aseguran.
Por Jesús Eduardo Ariño Fragozo
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