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Columnista - 27 junio, 2019

Cuando los escrúpulos no tienen límites

Una irrefutable definición hizo Nicolás Maquiavelo (NM) de las flaquezas humanas; el fin justifica los medios es una de las tantas premisas que este analista político le dejó a la humanidad. Muchos creen que estas categorías hacían parte de su vida, más, él lo que hizo fue hacer un retrato de la sociedad después de […]

Una irrefutable definición hizo Nicolás Maquiavelo (NM) de las flaquezas humanas; el fin justifica los medios es una de las tantas premisas que este analista político le dejó a la humanidad. Muchos creen que estas categorías hacían parte de su vida, más, él lo que hizo fue hacer un retrato de la sociedad después de lo que observó de la edad media, un milenio de relajaciones morales, políticas y religiosas.

Este proceso no ha bajado su intensidad hoy en el primer cuarto del siglo XXI. Lo que viven Valledupar y el Cesar, son una muestra representativa de lo que sucede en el país. En esta oportunidad me encargaré de Valledupar donde los Borgia y otros personajes descritos por NM se han instalado, no sé por cuánto tiempo más, reproduciendo sus orgías político-administrativas con las armas de la corrupción, la cooptación, el fraude y la mentira.

Durante un milenio a la Biblia solo podían acceder los clérigos, era una caja negra sobre la cual se escondía el poder divino; aquí es todo lo contrario, con la Biblia en la mano se hacen campañas electorales y con ella se gobierna para hacerle creer al elector que estamos en manos de Dios. Ahora podemos parodiar a León X: “Ya que Dios nos dio la alcaldía, gocémosla”. Vaya farsa. Con esta fiesta, Valledupar se torna inviable cada año y, pese a eso, los corruptos mantienen su clientela.

El editorialista de El Pilón dice que Valledupar se rezaga porque sus niveles de competitividad decrecen; este es el indicador más robusto que he conocido, mide 86 indicadores, cubre casi todo. En 2017 ocupamos el puesto 16 entre 23 capitales y en el 2019 bajamos al puesto 19. La tasa de mortalidad materna, entre 2005 y 2016, creció a una tasa media anual de 8%, la tasa de mortalidad neo natal solo ha descendido 1.43% anual entre 2005 y 2017; y en el resto de estos indicadores estamos mal.

Por la calidad de la salud sabemos qué clase de país tenemos. Valledupar, con Quibdó, Riohacha, Montería, Popayán y Santa Marta, hacen parte del club indigente de capitales con los peores indicadores sociales y económicos, sin solución de continuidad. La denuncia que hace el exdiputado Julio Casadiego sobre el canje de lotes por impuestos del predial, con precios por encima del comercial, constituye una maniobra mercantilista vulgar, propia de filibusteros.

He leído otras denuncias sobre nuestro alcalde que los organismos de control tendrán que investigar de oficio, igual que sus patrimonios, así como el de muchos de sus funcionarios más cercanos y sus posibles testaferros. Cuando el actual alcalde de la ciudad ganó las elecciones, pese a que yo no estuve en su campaña, pensé que un hombre como él, proveniente de un estrato de base, que seguro compartió su infancia con niños como él acariciando la pobreza, defensor de la familia y de las sanas costumbres de las gentes de su base social, haría honor a su origen. Creí, además, que se abriría el camino a otras personas como él, para que regentaran al municipio.

Pero no, la gente dirá que es preferible un alcalde rico, altruista, honesto y laico que un pobre arribista y teologal. Del discurso de la familia pasamos al de la ignominia.

Columnista
27 junio, 2019

Cuando los escrúpulos no tienen límites

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Luis Napoleón de Armas P.

Una irrefutable definición hizo Nicolás Maquiavelo (NM) de las flaquezas humanas; el fin justifica los medios es una de las tantas premisas que este analista político le dejó a la humanidad. Muchos creen que estas categorías hacían parte de su vida, más, él lo que hizo fue hacer un retrato de la sociedad después de […]


Una irrefutable definición hizo Nicolás Maquiavelo (NM) de las flaquezas humanas; el fin justifica los medios es una de las tantas premisas que este analista político le dejó a la humanidad. Muchos creen que estas categorías hacían parte de su vida, más, él lo que hizo fue hacer un retrato de la sociedad después de lo que observó de la edad media, un milenio de relajaciones morales, políticas y religiosas.

Este proceso no ha bajado su intensidad hoy en el primer cuarto del siglo XXI. Lo que viven Valledupar y el Cesar, son una muestra representativa de lo que sucede en el país. En esta oportunidad me encargaré de Valledupar donde los Borgia y otros personajes descritos por NM se han instalado, no sé por cuánto tiempo más, reproduciendo sus orgías político-administrativas con las armas de la corrupción, la cooptación, el fraude y la mentira.

Durante un milenio a la Biblia solo podían acceder los clérigos, era una caja negra sobre la cual se escondía el poder divino; aquí es todo lo contrario, con la Biblia en la mano se hacen campañas electorales y con ella se gobierna para hacerle creer al elector que estamos en manos de Dios. Ahora podemos parodiar a León X: “Ya que Dios nos dio la alcaldía, gocémosla”. Vaya farsa. Con esta fiesta, Valledupar se torna inviable cada año y, pese a eso, los corruptos mantienen su clientela.

El editorialista de El Pilón dice que Valledupar se rezaga porque sus niveles de competitividad decrecen; este es el indicador más robusto que he conocido, mide 86 indicadores, cubre casi todo. En 2017 ocupamos el puesto 16 entre 23 capitales y en el 2019 bajamos al puesto 19. La tasa de mortalidad materna, entre 2005 y 2016, creció a una tasa media anual de 8%, la tasa de mortalidad neo natal solo ha descendido 1.43% anual entre 2005 y 2017; y en el resto de estos indicadores estamos mal.

Por la calidad de la salud sabemos qué clase de país tenemos. Valledupar, con Quibdó, Riohacha, Montería, Popayán y Santa Marta, hacen parte del club indigente de capitales con los peores indicadores sociales y económicos, sin solución de continuidad. La denuncia que hace el exdiputado Julio Casadiego sobre el canje de lotes por impuestos del predial, con precios por encima del comercial, constituye una maniobra mercantilista vulgar, propia de filibusteros.

He leído otras denuncias sobre nuestro alcalde que los organismos de control tendrán que investigar de oficio, igual que sus patrimonios, así como el de muchos de sus funcionarios más cercanos y sus posibles testaferros. Cuando el actual alcalde de la ciudad ganó las elecciones, pese a que yo no estuve en su campaña, pensé que un hombre como él, proveniente de un estrato de base, que seguro compartió su infancia con niños como él acariciando la pobreza, defensor de la familia y de las sanas costumbres de las gentes de su base social, haría honor a su origen. Creí, además, que se abriría el camino a otras personas como él, para que regentaran al municipio.

Pero no, la gente dirá que es preferible un alcalde rico, altruista, honesto y laico que un pobre arribista y teologal. Del discurso de la familia pasamos al de la ignominia.