“Pero sin fe es imposible agradar a a Dios… “. Hebreos 11,6. Una mujer anciana, imposibilitada y muy necesitada participó de un programa radial cristiano, donde compartió su inmensa necesidad de alimentos. El brujo mayor del pueblo sintonizaba atentamente el programa y al oír la necesidad de la anciana quiso sacar ventaja y ordenó a […]
“Pero sin fe es imposible agradar a a Dios… “. Hebreos 11,6.
Una mujer anciana, imposibilitada y muy necesitada participó de un programa radial cristiano, donde compartió su inmensa necesidad de alimentos. El brujo mayor del pueblo sintonizaba atentamente el programa y al oír la necesidad de la anciana quiso sacar ventaja y ordenó a sus asistentes que compraran un abundante mercado y lo llevaran a casa de la anciana. Y cuando ella preguntara quién le envió ese regalo, ellos hicieran apología del demonio y dijeran que el diablo se lo había enviado. Los siervos siguieron las instrucciones y llevaron el mercado, la anciana lo recibió gozosa pero no preguntó nada, a lo que el siervo le increpó: “¿Y no va a preguntar quién le envió el mercado?” Con calma la anciana replicó: “¡Ah, eso no importa, yo le creí a Dios, y cuando Dios manda, hasta el diablo obedece!”.
Una de las mayores capacidades que tenemos es la de creer. Si desarrollamos la capacidad de creer, podemos vencer los errores del pasado, podemos ser exitosos y cumplir con solvencia nuestro destino. Cuando creemos lo que Dios ha prometido, podemos vencer cualquier pronóstico y anular cualquier mala intención o ley natural en contra nuestra.
Cuando creemos, activamos la increíble grandeza de su poder a favor nuestro. Cuando creemos, los trabajos y responsabilidades que debemos realizar se hacen livianos. El Señor mismo peleará nuestras batallas, acomodará las cosas a favor nuestro, irá delante y quitará los obstáculos del camino. Cuando creemos, Dios hará que las personas adecuadas se crucen en el camino. Cuando creemos, todas las fuerzas antagónicas y contrarias de la oscuridad se rinden.
Amados amigos lectores: Cuando creemos, Dios suple cualquier necesidad que tengamos. Él se vuelve fuerza cuando estamos débiles, Él es sanidad cuando estamos enfermos, es favor cuando necesitamos apoyo, abre caminos cuando restringen nuestro paso, es restitución cuando hemos sido violentados, es reivindicación cuando hemos sido defraudados.
Puede que hayamos tenido que soportar heridas y desengaños, puede que las personas nos hayan ofendido o que las expectativas de negocios no se cumplan; pero no tenemos que vivir cargando en nuestra alma con sentimientos de derrota, con sentimientos de depresión, autocompasión y angustia. Dios, el Dios Omnipotente, quiere sanar nuestras heridas y catapultar nuestra vida hacia un futuro mejor, pleno y abundante en donde podamos creer para cosas grandes.
Dios ordenó que a los afligidos se les dé esplendor en lugar de ceniza, aceite de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado. Cuando creemos, Él siempre será el Dios de los imposibles, el Dios que da belleza en lugar de cenizas.
Mi sosegada invitación de hoy es a que no seamos personas movidas por las circunstancias, sino movidos por lo que sabemos. Y cuando Dios ha prometido, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.
Cuando creemos, la increíble grandeza del poder de Dios es activada. Cuando creemos, las fortalezas contrarias con destruidas. Cuando creemos, activamos el favor, la sanidad, la restauración y las cosas buenas que Dios ha preparado para los que le aman.
Avivemos nuestro espíritu y pidamos con fe, no dudando nada, porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra.
Cuando creemos…Creamos a Dios por cosas grandes para nosotros y para nuestra región.
Abrazos y muchas bendiciones…
“Pero sin fe es imposible agradar a a Dios… “. Hebreos 11,6. Una mujer anciana, imposibilitada y muy necesitada participó de un programa radial cristiano, donde compartió su inmensa necesidad de alimentos. El brujo mayor del pueblo sintonizaba atentamente el programa y al oír la necesidad de la anciana quiso sacar ventaja y ordenó a […]
“Pero sin fe es imposible agradar a a Dios… “. Hebreos 11,6.
Una mujer anciana, imposibilitada y muy necesitada participó de un programa radial cristiano, donde compartió su inmensa necesidad de alimentos. El brujo mayor del pueblo sintonizaba atentamente el programa y al oír la necesidad de la anciana quiso sacar ventaja y ordenó a sus asistentes que compraran un abundante mercado y lo llevaran a casa de la anciana. Y cuando ella preguntara quién le envió ese regalo, ellos hicieran apología del demonio y dijeran que el diablo se lo había enviado. Los siervos siguieron las instrucciones y llevaron el mercado, la anciana lo recibió gozosa pero no preguntó nada, a lo que el siervo le increpó: “¿Y no va a preguntar quién le envió el mercado?” Con calma la anciana replicó: “¡Ah, eso no importa, yo le creí a Dios, y cuando Dios manda, hasta el diablo obedece!”.
Una de las mayores capacidades que tenemos es la de creer. Si desarrollamos la capacidad de creer, podemos vencer los errores del pasado, podemos ser exitosos y cumplir con solvencia nuestro destino. Cuando creemos lo que Dios ha prometido, podemos vencer cualquier pronóstico y anular cualquier mala intención o ley natural en contra nuestra.
Cuando creemos, activamos la increíble grandeza de su poder a favor nuestro. Cuando creemos, los trabajos y responsabilidades que debemos realizar se hacen livianos. El Señor mismo peleará nuestras batallas, acomodará las cosas a favor nuestro, irá delante y quitará los obstáculos del camino. Cuando creemos, Dios hará que las personas adecuadas se crucen en el camino. Cuando creemos, todas las fuerzas antagónicas y contrarias de la oscuridad se rinden.
Amados amigos lectores: Cuando creemos, Dios suple cualquier necesidad que tengamos. Él se vuelve fuerza cuando estamos débiles, Él es sanidad cuando estamos enfermos, es favor cuando necesitamos apoyo, abre caminos cuando restringen nuestro paso, es restitución cuando hemos sido violentados, es reivindicación cuando hemos sido defraudados.
Puede que hayamos tenido que soportar heridas y desengaños, puede que las personas nos hayan ofendido o que las expectativas de negocios no se cumplan; pero no tenemos que vivir cargando en nuestra alma con sentimientos de derrota, con sentimientos de depresión, autocompasión y angustia. Dios, el Dios Omnipotente, quiere sanar nuestras heridas y catapultar nuestra vida hacia un futuro mejor, pleno y abundante en donde podamos creer para cosas grandes.
Dios ordenó que a los afligidos se les dé esplendor en lugar de ceniza, aceite de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado. Cuando creemos, Él siempre será el Dios de los imposibles, el Dios que da belleza en lugar de cenizas.
Mi sosegada invitación de hoy es a que no seamos personas movidas por las circunstancias, sino movidos por lo que sabemos. Y cuando Dios ha prometido, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.
Cuando creemos, la increíble grandeza del poder de Dios es activada. Cuando creemos, las fortalezas contrarias con destruidas. Cuando creemos, activamos el favor, la sanidad, la restauración y las cosas buenas que Dios ha preparado para los que le aman.
Avivemos nuestro espíritu y pidamos con fe, no dudando nada, porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra.
Cuando creemos…Creamos a Dios por cosas grandes para nosotros y para nuestra región.
Abrazos y muchas bendiciones…