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Columnista - 18 abril, 2013

Cualquiera no puede ser jurado

En cualquier tipo de concurso o competencia donde se requieran personas con algún grado de experticia y conocimiento en el tema, que sirvan como miembros de un jurado calificador, son muchos los riesgos que se corren, y cuando se requieren tantos como es el caso del Festival de la Leyenda Vallenata el asunto es todavía más complejo; de entrada debo reconocer que la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata ha venido cumpliendo un papel muy importante en la capacitación y formación de las personas que año tras año juegan este rol en el marco del Festival.

Por: Jorge Nain Ruiz

En cualquier tipo de concurso o competencia  donde se requieran personas con algún grado de experticia y conocimiento en el tema, que sirvan como miembros de un jurado calificador, son muchos los riesgos que se corren, y cuando se requieren tantos como es el caso del Festival de la Leyenda Vallenata el asunto es todavía más complejo; de entrada debo reconocer que la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata ha venido cumpliendo un papel muy importante en la capacitación y formación de las personas que año tras año juegan este rol en el marco del Festival.

Ser jurado del Festival de la Leyenda Vallenata es un sueño para muchos amantes de esta música, pues con ello se ratificaría la madurez que se ha alcanzado en este menester; esto para algunos fanáticos es el arribo a una meta importante de su vida; por eso hacen cualquier cosa por lograrlo.

Los organizadores de este y cualquier festival deben saber que tal vez lo más difícil de este tipo de certámenes consiste en seleccionar  a aquellas personas que desempeñen ese papel de jurado y lo hagan con toda la idoneidad y probidad que se requiere, ya que estos dos requisitos son fundamentales y resulta difícil encontrarlos juntos, cuando se trata de integrantes de los miembros de un jurado.

No descubrimos el agua tibia cuando afirmamos que es difícil encontrar un conocedor de la música vallenata residente en Valledupar que no tenga un pariente o un amigo que esté inscrito en una de las varias categorías o modalidades del Festival; de igual forma, es un hecho conocido  que los participantes hacen gestiones para saber quiénes son las personas que los evaluarán, con el fin de influir de alguna manera en la calificación y el resultado del concurso.

A estas alturas del partido, a escasos días del Festival ya muchos concursantes saben quiénes van a ser sus jurados, y muchos jurados conocen en que categoría los van a designar; este es un riesgo inminente que se tiene, aun a sabiendas de que la mayoría de estas personas tienen un altísimo grado de seriedad y honestidad, pero sin duda alguna los sentimientos de los seres humanos son volubles y franqueables.

Así que para ser jurado en el Festival, no solo se requiere  experticia y el dominio del tema, sino también unos principios y valores éticos muy profundos.

 

 

Columnista
18 abril, 2013

Cualquiera no puede ser jurado

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Jorge Nain

En cualquier tipo de concurso o competencia donde se requieran personas con algún grado de experticia y conocimiento en el tema, que sirvan como miembros de un jurado calificador, son muchos los riesgos que se corren, y cuando se requieren tantos como es el caso del Festival de la Leyenda Vallenata el asunto es todavía más complejo; de entrada debo reconocer que la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata ha venido cumpliendo un papel muy importante en la capacitación y formación de las personas que año tras año juegan este rol en el marco del Festival.


Por: Jorge Nain Ruiz

En cualquier tipo de concurso o competencia  donde se requieran personas con algún grado de experticia y conocimiento en el tema, que sirvan como miembros de un jurado calificador, son muchos los riesgos que se corren, y cuando se requieren tantos como es el caso del Festival de la Leyenda Vallenata el asunto es todavía más complejo; de entrada debo reconocer que la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata ha venido cumpliendo un papel muy importante en la capacitación y formación de las personas que año tras año juegan este rol en el marco del Festival.

Ser jurado del Festival de la Leyenda Vallenata es un sueño para muchos amantes de esta música, pues con ello se ratificaría la madurez que se ha alcanzado en este menester; esto para algunos fanáticos es el arribo a una meta importante de su vida; por eso hacen cualquier cosa por lograrlo.

Los organizadores de este y cualquier festival deben saber que tal vez lo más difícil de este tipo de certámenes consiste en seleccionar  a aquellas personas que desempeñen ese papel de jurado y lo hagan con toda la idoneidad y probidad que se requiere, ya que estos dos requisitos son fundamentales y resulta difícil encontrarlos juntos, cuando se trata de integrantes de los miembros de un jurado.

No descubrimos el agua tibia cuando afirmamos que es difícil encontrar un conocedor de la música vallenata residente en Valledupar que no tenga un pariente o un amigo que esté inscrito en una de las varias categorías o modalidades del Festival; de igual forma, es un hecho conocido  que los participantes hacen gestiones para saber quiénes son las personas que los evaluarán, con el fin de influir de alguna manera en la calificación y el resultado del concurso.

A estas alturas del partido, a escasos días del Festival ya muchos concursantes saben quiénes van a ser sus jurados, y muchos jurados conocen en que categoría los van a designar; este es un riesgo inminente que se tiene, aun a sabiendas de que la mayoría de estas personas tienen un altísimo grado de seriedad y honestidad, pero sin duda alguna los sentimientos de los seres humanos son volubles y franqueables.

Así que para ser jurado en el Festival, no solo se requiere  experticia y el dominio del tema, sino también unos principios y valores éticos muy profundos.