Tras las denuncias del rector del Colegio Loperena sobre la crisis sanitaria en la institución educativa, el defensor del pueblo en Cesar, José Hernández, expuso sus preocupaciones sobre la situación de la población habitante de calle en Valledupar.
El defensor del pueblo en el Cesar, José Hernández, expuso sus preocupaciones significativas sobre la situación de la población habitante de calle en el municipio.
Hernández sostuvo a EL PILÓN que: “Durante aproximadamente dos años, hemos identificado la desprotección que enfrenta la población habitante de calle del municipio de Valledupar. Esta población carece de cualquier tipo de atención por parte de las entidades competentes y no cuenta con políticas públicas que aborden sus necesidades. Al reconocer esta situación, decidimos interponer una acción popular con el objetivo de salvaguardar los derechos colectivos de los habitantes de calle. Además, buscamos garantizar el derecho a la salubridad pública”.
Hernández explicó que la falta de atención por parte de las entidades gubernamentales ha llevado a un deterioro tanto de las condiciones de vida de los habitantes de calle como de estudiantes de instituciones educativas, casos Colegio Nacional Loperena y Uparsistem.
La situación se complica aún más debido a que un grupo de 20 personas viven en los alrededores de dichas instituciones, lo que plantea riesgos tanto para la seguridad pública como para la salubridad. “Los estudiantes se ven afectados por el panorama que encuentran al salir de clases”, afirmó Hernández.
Leer también: De Monumento Nacional a “cagadero municipal”: rector del Colegio Loperena denuncia crisis sanitaria
El 29 de agosto de 2024, el Tribunal Administrativo del Cesar emitió un fallo que ordena a la Gobernación y a la Alcaldía de Valledupar realizar una caracterización de la población habitante de calle en un plazo de tres meses. Además, deben destinar recursos presupuestales para implementar un hogar de paso en un plazo de nueve meses. Este centro tiene como objetivo proporcionar atención básica, alimentación y servicios sanitarios a esta población vulnerable.
Hernández subrayó que este fallo tiene implicaciones significativas para la zona donde actualmente se encuentran los habitantes de calle. “La creación del hogar de paso debería contribuir a mejorar la seguridad pública y reducir los problemas de salubridad que existen actualmente“, indicó. Actualmente, el número de personas que pernoctan en estas áreas ha aumentado, lo que evidencia una necesidad urgente de intervención.
Mientras los habitantes de calle en Valledupar no encuentran amparados sus derechos por parte de la institucionalidad, la Pastoral de la Salud y sus gestiones los acompañan en jornadas de atención en bienestar. La promotora de la jornada, Luz Urbaez, contó que la actividad se organizó en el marco del mes de la salud mental. “Desde septiembre, se programó esta actividad para coincidir con octubre, mes dedicado a la salud mental”, señaló Urbaez.
“Tuvimos atención en odontología, vacunación y enfermería gracias al personal del Hospital Eduardo Arredondo”, comentó Urbaez. “La Policía Nacional también participó, proporcionando seguridad y un ambiente de fraternidad durante el evento”, explicó.
“Fue conmovedor ver a un patrullero entregando un plato de comida a un habitante de calle”, relató Urbaez. Este gesto cumplió con el objetivo principal del evento: acercarse y ofrecer un momento de acompañamiento a los “hermanos habitantes de calle”. “Queríamos darles un gesto de amor, que es lo que representa la Pastoral de la Salud”, añadió.
La actividad contó con el apoyo de las instituciones ya mencionadas y la academia de belleza Eleganza que envió a 20 estudiantes junto con su docente para ayudar en el evento con cortes de pelo y hasta cepillado.
“La actividad que llevamos a cabo sirvió como un pilotaje, y estamos planeando articular un trabajo conjunto con la Secretaría de Salud Departamental y Municipal. Estas entidades estuvieron presentes durante el evento, y vamos a colaborar con ellas para extender esta actividad a toda la Diócesis, abarcando más municipios que pertenecen a nuestra jurisdicción. Además, buscamos realizar esta actividad con mayor frecuencia en el futuro”, destaca la promotora de la actividad.
Recientemente, la Defensoría se reunió con el Comité de Habitantes de Calle adscrito a la Alcaldía Municipal para discutir el cumplimiento del fallo. Se establecieron compromisos para iniciar acciones coordinadas entre la alcaldía y la gobernación. “Nos ofrecimos a acompañar estas acciones para asegurar que se implementen adecuadamente”, señaló el defensor Hernández.
El defensor del pueblo asegura que, en el plazo de los próximos nueve meses tanto los habitantes de calle de Valledupar como la ciudadanía que rodea las instituciones Colegio Nacional Loperena y Uparsistem tendrán una solución definitiva a la problemática que enfrentan.
La colaboración entre las entidades es definitoria para lograr un diagnóstico adecuado y establecer un hogar de paso que satisfaga las necesidades básicas de los habitantes de calle en Valledupar.
Por Katlin Navarro Luna/ EL PILÓN
Tras las denuncias del rector del Colegio Loperena sobre la crisis sanitaria en la institución educativa, el defensor del pueblo en Cesar, José Hernández, expuso sus preocupaciones sobre la situación de la población habitante de calle en Valledupar.
El defensor del pueblo en el Cesar, José Hernández, expuso sus preocupaciones significativas sobre la situación de la población habitante de calle en el municipio.
Hernández sostuvo a EL PILÓN que: “Durante aproximadamente dos años, hemos identificado la desprotección que enfrenta la población habitante de calle del municipio de Valledupar. Esta población carece de cualquier tipo de atención por parte de las entidades competentes y no cuenta con políticas públicas que aborden sus necesidades. Al reconocer esta situación, decidimos interponer una acción popular con el objetivo de salvaguardar los derechos colectivos de los habitantes de calle. Además, buscamos garantizar el derecho a la salubridad pública”.
Hernández explicó que la falta de atención por parte de las entidades gubernamentales ha llevado a un deterioro tanto de las condiciones de vida de los habitantes de calle como de estudiantes de instituciones educativas, casos Colegio Nacional Loperena y Uparsistem.
La situación se complica aún más debido a que un grupo de 20 personas viven en los alrededores de dichas instituciones, lo que plantea riesgos tanto para la seguridad pública como para la salubridad. “Los estudiantes se ven afectados por el panorama que encuentran al salir de clases”, afirmó Hernández.
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El 29 de agosto de 2024, el Tribunal Administrativo del Cesar emitió un fallo que ordena a la Gobernación y a la Alcaldía de Valledupar realizar una caracterización de la población habitante de calle en un plazo de tres meses. Además, deben destinar recursos presupuestales para implementar un hogar de paso en un plazo de nueve meses. Este centro tiene como objetivo proporcionar atención básica, alimentación y servicios sanitarios a esta población vulnerable.
Hernández subrayó que este fallo tiene implicaciones significativas para la zona donde actualmente se encuentran los habitantes de calle. “La creación del hogar de paso debería contribuir a mejorar la seguridad pública y reducir los problemas de salubridad que existen actualmente“, indicó. Actualmente, el número de personas que pernoctan en estas áreas ha aumentado, lo que evidencia una necesidad urgente de intervención.
Mientras los habitantes de calle en Valledupar no encuentran amparados sus derechos por parte de la institucionalidad, la Pastoral de la Salud y sus gestiones los acompañan en jornadas de atención en bienestar. La promotora de la jornada, Luz Urbaez, contó que la actividad se organizó en el marco del mes de la salud mental. “Desde septiembre, se programó esta actividad para coincidir con octubre, mes dedicado a la salud mental”, señaló Urbaez.
“Tuvimos atención en odontología, vacunación y enfermería gracias al personal del Hospital Eduardo Arredondo”, comentó Urbaez. “La Policía Nacional también participó, proporcionando seguridad y un ambiente de fraternidad durante el evento”, explicó.
“Fue conmovedor ver a un patrullero entregando un plato de comida a un habitante de calle”, relató Urbaez. Este gesto cumplió con el objetivo principal del evento: acercarse y ofrecer un momento de acompañamiento a los “hermanos habitantes de calle”. “Queríamos darles un gesto de amor, que es lo que representa la Pastoral de la Salud”, añadió.
La actividad contó con el apoyo de las instituciones ya mencionadas y la academia de belleza Eleganza que envió a 20 estudiantes junto con su docente para ayudar en el evento con cortes de pelo y hasta cepillado.
“La actividad que llevamos a cabo sirvió como un pilotaje, y estamos planeando articular un trabajo conjunto con la Secretaría de Salud Departamental y Municipal. Estas entidades estuvieron presentes durante el evento, y vamos a colaborar con ellas para extender esta actividad a toda la Diócesis, abarcando más municipios que pertenecen a nuestra jurisdicción. Además, buscamos realizar esta actividad con mayor frecuencia en el futuro”, destaca la promotora de la actividad.
Recientemente, la Defensoría se reunió con el Comité de Habitantes de Calle adscrito a la Alcaldía Municipal para discutir el cumplimiento del fallo. Se establecieron compromisos para iniciar acciones coordinadas entre la alcaldía y la gobernación. “Nos ofrecimos a acompañar estas acciones para asegurar que se implementen adecuadamente”, señaló el defensor Hernández.
El defensor del pueblo asegura que, en el plazo de los próximos nueve meses tanto los habitantes de calle de Valledupar como la ciudadanía que rodea las instituciones Colegio Nacional Loperena y Uparsistem tendrán una solución definitiva a la problemática que enfrentan.
La colaboración entre las entidades es definitoria para lograr un diagnóstico adecuado y establecer un hogar de paso que satisfaga las necesidades básicas de los habitantes de calle en Valledupar.
Por Katlin Navarro Luna/ EL PILÓN