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Editorial - 17 febrero, 2022

Crece la economía, ¿y nosotros qué?

Se puede decir que no es más que llegar a los niveles prepandémicos y desconocer ese esfuerzo, pero si uno mira los indicadores de crecimiento del resto de países se observa que somos del grupo de líderes de la reactivación de la actividad económica a nivel mundial.

Cuando hay un crecimiento anual del 10,6% en 2021 de la economía colombiana debemos sentirnos complacidos. Aunque es cierto que venimos de una fuerte caída por la pandemia y asistimos al efecto rebote, no se puede desconocer la capacidad de los colombianos para superar las dificultades.

Se puede decir que no es más que llegar a los niveles prepandémicos y desconocer ese esfuerzo, pero si uno mira los indicadores de crecimiento del resto de países se observa que somos del grupo de líderes de la reactivación de la actividad económica a nivel mundial.

Decimos que los primeros aplausos son a empresarios y sus trabajadores, pero no es justo desconocer, por antipatía política, que el gobierno nacional se la ha jugado a fondo por la recuperación de la deteriorada economía. Un éxito también entre los países de la OCDE que contrasta con los negativos récords en materia de educación.

De ese crecimiento, a pesar de los altos precios, se observa que los renglones como los agropecuarios y mineros no crecieron como era de esperarse. Y que más que examinar por cada rama o actividad cuál subió mucho o no tanto, lo fundamental es la contribución que ese renglón económico tiene sobre la tasa anual.

En ese orden hallamos que los sectores como el comercio y la industria son los grandes determinantes del crecimiento. “‘Las actividades de comercio explican una tercera parte del valor agregado de la economía en 2021, y con las actividades manufactureras explican el 60% del valor agregado en el año 2021” dijo el director de Dane Juan Daniel Oviedo. Como en un conjunto de animales lo importante no es que crezcan los gatos sino los elefantes.

El editorialista del diario Portafolio, subdirector Francisco Miranda, escribió ayer que es el tiempo de “crecer con equidad”.

“No obstante, reconocer este logro en la economía nacional no implica ignorar las brechas y desajustes que está generando la senda de la reactivación. Una de las más importantes es el rezago entre la dinámica de crecimiento del PIB y la generación de puestos de trabajo. Mientras la economía está regresando y superando los niveles de 2019, en materia laboral los índices de empleo no crecen a la misma velocidad.

Tras consolidar este camino de reactivación, la siguiente tarea urgente es la recuperación de esos miles de puestos de trabajo que aún se necesitan para que más colombianos experimenten los beneficios del crecimiento.

Otros factores a los que hay que apuntar incluyen mitigar los impactos de la inflación en la pobreza y el fortalecimiento de las pequeñas y medianas empresas. En términos de los altos precios a los consumidores, es necesario atender su efecto en los hogares más pobres que mina su capacidad adquisitiva mientras que, frente a las mipymes, hacen falta políticas de promoción de su desarrollo y formalización. En otras palabras, ya es el momento de sincronizar esta senda de crecimiento con más equidad” afirma.

Una pregunta que nos hacemos y nos involucra es ¿qué tanto de ese crecimiento fue de nuestra región?, pero habrá unos días para que ampliemos el asunto: ¿cómo contribuimos a ese ingreso general? y, en otra perspectiva, ¿cuánto de él irriga nuestro ámbito territorial?

Editorial
17 febrero, 2022

Crece la economía, ¿y nosotros qué?

Se puede decir que no es más que llegar a los niveles prepandémicos y desconocer ese esfuerzo, pero si uno mira los indicadores de crecimiento del resto de países se observa que somos del grupo de líderes de la reactivación de la actividad económica a nivel mundial.


Cuando hay un crecimiento anual del 10,6% en 2021 de la economía colombiana debemos sentirnos complacidos. Aunque es cierto que venimos de una fuerte caída por la pandemia y asistimos al efecto rebote, no se puede desconocer la capacidad de los colombianos para superar las dificultades.

Se puede decir que no es más que llegar a los niveles prepandémicos y desconocer ese esfuerzo, pero si uno mira los indicadores de crecimiento del resto de países se observa que somos del grupo de líderes de la reactivación de la actividad económica a nivel mundial.

Decimos que los primeros aplausos son a empresarios y sus trabajadores, pero no es justo desconocer, por antipatía política, que el gobierno nacional se la ha jugado a fondo por la recuperación de la deteriorada economía. Un éxito también entre los países de la OCDE que contrasta con los negativos récords en materia de educación.

De ese crecimiento, a pesar de los altos precios, se observa que los renglones como los agropecuarios y mineros no crecieron como era de esperarse. Y que más que examinar por cada rama o actividad cuál subió mucho o no tanto, lo fundamental es la contribución que ese renglón económico tiene sobre la tasa anual.

En ese orden hallamos que los sectores como el comercio y la industria son los grandes determinantes del crecimiento. “‘Las actividades de comercio explican una tercera parte del valor agregado de la economía en 2021, y con las actividades manufactureras explican el 60% del valor agregado en el año 2021” dijo el director de Dane Juan Daniel Oviedo. Como en un conjunto de animales lo importante no es que crezcan los gatos sino los elefantes.

El editorialista del diario Portafolio, subdirector Francisco Miranda, escribió ayer que es el tiempo de “crecer con equidad”.

“No obstante, reconocer este logro en la economía nacional no implica ignorar las brechas y desajustes que está generando la senda de la reactivación. Una de las más importantes es el rezago entre la dinámica de crecimiento del PIB y la generación de puestos de trabajo. Mientras la economía está regresando y superando los niveles de 2019, en materia laboral los índices de empleo no crecen a la misma velocidad.

Tras consolidar este camino de reactivación, la siguiente tarea urgente es la recuperación de esos miles de puestos de trabajo que aún se necesitan para que más colombianos experimenten los beneficios del crecimiento.

Otros factores a los que hay que apuntar incluyen mitigar los impactos de la inflación en la pobreza y el fortalecimiento de las pequeñas y medianas empresas. En términos de los altos precios a los consumidores, es necesario atender su efecto en los hogares más pobres que mina su capacidad adquisitiva mientras que, frente a las mipymes, hacen falta políticas de promoción de su desarrollo y formalización. En otras palabras, ya es el momento de sincronizar esta senda de crecimiento con más equidad” afirma.

Una pregunta que nos hacemos y nos involucra es ¿qué tanto de ese crecimiento fue de nuestra región?, pero habrá unos días para que ampliemos el asunto: ¿cómo contribuimos a ese ingreso general? y, en otra perspectiva, ¿cuánto de él irriga nuestro ámbito territorial?