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Columnista - 15 noviembre, 2018

Crece la desconfianza hacia el fiscal general

Jorge Enrique Pizano, quien falleció el pasado jueves, en 2015 era el responsable del control financiero de la Concesionaria de la Ruta del Sol –que comunica el centro con el norte del país– por parte de Corficolombiana del Grupo Aval, socio minoritario de Odebrecht en Colombia. El pasado fin de semana, Noticias Uno del Canal […]

Jorge Enrique Pizano, quien falleció el pasado jueves, en 2015 era el responsable del control financiero de la Concesionaria de la Ruta del Sol –que comunica el centro con el norte del país– por parte de Corficolombiana del Grupo Aval, socio minoritario de Odebrecht en Colombia.

El pasado fin de semana, Noticias Uno del Canal 1 transmitió la entrevista grabada a Jorge Enrique Pizano, en la cual, por amistad le revela a Néstor Humberto Martínez Neira –entonces abogado del Grupo Aval– las irregularidades financieras cometidas por la empresa  brasileña Odebrecht, que supuestamente menoscababan las ganancias de su cliente.

En esa entrevista queda bien claro que, Néstor Humberto Martínez Neira, desde 2013, antes de ocupar el cargo de Fiscal General de la República, conocía la corrupción iniciada por Odebrecht y secundada por Corficolombiana del Grupo Aval.

El escándalo generado por los actos ilícitos perpetrados por Luis Gustavo Moreno el jefe encargado de combatir la corrupción, puso en entredicho la probidad de Néstor Humberto Martínez Neira. Pero así  a nuestro país lo ha convertido su dirigencia política, inmoral su mayoría por su sometimiento a quienes poseen inmensas fortunas.

De antemano los colombianos sabíamos que, Néstor Humberto Martínez Neira, no era la persona idónea para desempeñar la función de Fiscal General de la Nación; sin embargo, el Congreso lo eligió casi por unanimidad. Porque así actúa la mayoría de los políticos que el pueblo elige como sus líderes, una vergüenza para la comunidad internacional y no para la nacional.

Lo peor de nuestro país es su dirigencia política, generalmente mancomunada con la empresarial, ya que son los que más se benefician de los tributos recaudados para el bienestar de todos los coterráneos y habitantes permanentes o visitantes.

El fiscal general debería renunciar, no obstante, a pesar de todos los escándalos que ha protagonizado, el Congreso ha permanecido inconmovible. Lamentablemente, esto ya es costumbre en nuestro país, cuya gente se pasa de conformista, mansedumbre que siempre han aprovechado los políticos, que a veces solo los vemos a favor del pueblo cuando ven comprometidos  sus intereses.

Todas estas actitudes negligentes conllevan a que sigamos siendo  gente con cultura tercermundista, carentes de educación y de buen comportamiento; es decir, indisciplinados, irrespetuosos  de los derechos humanos y con doble moral. La verdad es que pasarán muchos años para que seamos una sociedad culturizada.

Por José Romero Churio

Columnista
15 noviembre, 2018

Crece la desconfianza hacia el fiscal general

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José Romero Churio

Jorge Enrique Pizano, quien falleció el pasado jueves, en 2015 era el responsable del control financiero de la Concesionaria de la Ruta del Sol –que comunica el centro con el norte del país– por parte de Corficolombiana del Grupo Aval, socio minoritario de Odebrecht en Colombia. El pasado fin de semana, Noticias Uno del Canal […]


Jorge Enrique Pizano, quien falleció el pasado jueves, en 2015 era el responsable del control financiero de la Concesionaria de la Ruta del Sol –que comunica el centro con el norte del país– por parte de Corficolombiana del Grupo Aval, socio minoritario de Odebrecht en Colombia.

El pasado fin de semana, Noticias Uno del Canal 1 transmitió la entrevista grabada a Jorge Enrique Pizano, en la cual, por amistad le revela a Néstor Humberto Martínez Neira –entonces abogado del Grupo Aval– las irregularidades financieras cometidas por la empresa  brasileña Odebrecht, que supuestamente menoscababan las ganancias de su cliente.

En esa entrevista queda bien claro que, Néstor Humberto Martínez Neira, desde 2013, antes de ocupar el cargo de Fiscal General de la República, conocía la corrupción iniciada por Odebrecht y secundada por Corficolombiana del Grupo Aval.

El escándalo generado por los actos ilícitos perpetrados por Luis Gustavo Moreno el jefe encargado de combatir la corrupción, puso en entredicho la probidad de Néstor Humberto Martínez Neira. Pero así  a nuestro país lo ha convertido su dirigencia política, inmoral su mayoría por su sometimiento a quienes poseen inmensas fortunas.

De antemano los colombianos sabíamos que, Néstor Humberto Martínez Neira, no era la persona idónea para desempeñar la función de Fiscal General de la Nación; sin embargo, el Congreso lo eligió casi por unanimidad. Porque así actúa la mayoría de los políticos que el pueblo elige como sus líderes, una vergüenza para la comunidad internacional y no para la nacional.

Lo peor de nuestro país es su dirigencia política, generalmente mancomunada con la empresarial, ya que son los que más se benefician de los tributos recaudados para el bienestar de todos los coterráneos y habitantes permanentes o visitantes.

El fiscal general debería renunciar, no obstante, a pesar de todos los escándalos que ha protagonizado, el Congreso ha permanecido inconmovible. Lamentablemente, esto ya es costumbre en nuestro país, cuya gente se pasa de conformista, mansedumbre que siempre han aprovechado los políticos, que a veces solo los vemos a favor del pueblo cuando ven comprometidos  sus intereses.

Todas estas actitudes negligentes conllevan a que sigamos siendo  gente con cultura tercermundista, carentes de educación y de buen comportamiento; es decir, indisciplinados, irrespetuosos  de los derechos humanos y con doble moral. La verdad es que pasarán muchos años para que seamos una sociedad culturizada.

Por José Romero Churio