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Editorial - 8 marzo, 2010

Creatividad ante el desempleo

El principal reto que tendrá que asumir el próximo gobierno será establecer la generación de empleo como objetivo central de la política económica, teniendo en cuenta que este flagelo económico y social afecta a más de tres millones doscientos mil colombianos. En efecto, la tasa promedio nacional de desempleo abierto es superior al 14 por […]

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El principal reto que tendrá que asumir el próximo gobierno será establecer la generación de empleo como objetivo central de la política económica, teniendo en cuenta que este flagelo económico y social afecta a más de tres millones doscientos mil colombianos.
En efecto, la tasa promedio nacional de desempleo abierto es superior al 14 por ciento, según las mismas cifras del Departamento Nacional de Estadísticas (DANE). A la misma hay que agregarle el aumento del subempleo y la inmensa informalidad que hoy caracteriza a la economía nacional.
Y es que a pesar de los anuncios, a pesar de las buenas intenciones, a pesar de la llamada confianza inversionista, lo cierto es que el gobierno del Presidente Álvaro Uribe Vélez se rajó en materia de creación de puestos de trabajo. Los estímulos tributarios contemplados en una serie de exenciones para determinados sectores, sólo sirvieron para estimular la compra de maquinaria y equipos, es decir estimularon la inversión en más capital, pero no en generación de nuevos puestos de trabajo. Esos estímulos tributarios han tenido un alto costo en materia de menores recaudos por impuestos, es lo que Uribe llamó confianza inversionista, pero no se tradujo en mayor generación de empleo.
Lo cierto es que durante la gestión de Uribe el país logró unas aceptables tasas de crecimiento económico, hasta del 5 y del 7 por ciento del PIB, inclusive, en la parte alta del ciclo; pero estas no se reflejaron en una mayor generación masiva de empleo en la economía. Entramos, en lo que los técnicos llaman crecimiento sin generación de empleo.
Colombia no puede darse ese lujo, ningún país en vía de desarrollo puede hacerlo; pero el nuestro, con un conflicto político de varias décadas, con altos niveles de pobreza y marginalidad, si que menos. La generación de empleo productivo debe ser objetivo esencial y central de la política económica de quien haya de suceder a Uribe Vélez, a partir del próximo 7 de agosto.
Y en esa tarea el próximo gobierno tendrá que contar con el apoyo del Congreso de la República que elijan los colombianos el próximo 14 de marzo.
De allí la importancia de foros como el que convocó y realizó ayer la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco), seccional Cesar, con el fin de conocer las propuestas de los candidatos al parlamento por el departamento del Cesar, principalmente, en relación con tres temas trascendentales: el plan de desarrollo del próximo gobierno, el fomento al empresarismo, es decir a la creación de empresas y una mentalidad emprendedora y también en materia de seguridad integral.
Se requerirá mucha creatividad, más allá de la planeación desde las instancias oficiales, para concretar políticas de  generación masiva de empleo. Algunos candidatos presidenciales han propuestos algunas ideas: Germán Vargas Lleras, por ejemplo, considera viable estimular la construcción masiva de viviendas de interés social, sector que ha demostrado  tener una gran capacidad de generar mucha mano de obra no calificada.
El precandidato José Galat, del partido conservador, habla de crear doscientas mil nuevas empresas comunitarias; Marta Lucía Ramírez habla de aumentar la cobertura universitaria; Rafael Pardo Rueda, del partido liberal, habla de estímulos para el empleo juvenil, y los llamados tres tenores, Lucho Garzón, Enrique Peñaloza y Antanas Mokus, también hablan de volver a establecer estímulos económicos para crear más empleos, inclusive volviendo a fórmulas del profesor Keynes, hoy un poco en el olvido después de la moda de las ideas neoliberales de Friedman y Hayek.
En general, todos de una u otra manera están preocupados por el problema del desempleo, están de acuerdo en el qué?, lo que poco se conoce es el cómo?, es decir, la manera de generar empleo masiva y rápidamente en la economía colombiana, en medio de la crisis de las relaciones comerciales con Venezuela, en medio de la demora en la aprobación del Tratado de Libre Comercio (TLC) con los Estados Unidos y de una situación económica compleja, también, en Europa.
El reto no es nada fácil. Habrá que echar mano de todos los instrumentos posibles: un gasto público más selectivo y enfocado a la generación de empleo, estímulos tributarios dirigidos como lo han planteado el exministro de Hacienda del gobierno de López, Rodrigo Botero Motoya, en un trabajo coordinado con el exministro de Hacienda de Argentina, Domingo Cavallo.
Se requerirá mucha creatividad, insistimos, para afrontar el drama del desempleo, no sólo por parte del Gobierno Nacional, los gobiernos locales y el Congreso de la República que asuma el próximo 20 de julio, sino también por parte del sector sindical y empresarial que tienen una gran responsabilidad en la generación en este reto de generar alternativas de empleo para esos tres millones doscientos mil colombianos. Este debería ser un objetivo nacional, que involucre a todos los sectores en un gran pacto nacional por la generación de empleo, a la manera de España hace algunos años.

Editorial
8 marzo, 2010

Creatividad ante el desempleo

El principal reto que tendrá que asumir el próximo gobierno será establecer la generación de empleo como objetivo central de la política económica, teniendo en cuenta que este flagelo económico y social afecta a más de tres millones doscientos mil colombianos. En efecto, la tasa promedio nacional de desempleo abierto es superior al 14 por […]


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El principal reto que tendrá que asumir el próximo gobierno será establecer la generación de empleo como objetivo central de la política económica, teniendo en cuenta que este flagelo económico y social afecta a más de tres millones doscientos mil colombianos.
En efecto, la tasa promedio nacional de desempleo abierto es superior al 14 por ciento, según las mismas cifras del Departamento Nacional de Estadísticas (DANE). A la misma hay que agregarle el aumento del subempleo y la inmensa informalidad que hoy caracteriza a la economía nacional.
Y es que a pesar de los anuncios, a pesar de las buenas intenciones, a pesar de la llamada confianza inversionista, lo cierto es que el gobierno del Presidente Álvaro Uribe Vélez se rajó en materia de creación de puestos de trabajo. Los estímulos tributarios contemplados en una serie de exenciones para determinados sectores, sólo sirvieron para estimular la compra de maquinaria y equipos, es decir estimularon la inversión en más capital, pero no en generación de nuevos puestos de trabajo. Esos estímulos tributarios han tenido un alto costo en materia de menores recaudos por impuestos, es lo que Uribe llamó confianza inversionista, pero no se tradujo en mayor generación de empleo.
Lo cierto es que durante la gestión de Uribe el país logró unas aceptables tasas de crecimiento económico, hasta del 5 y del 7 por ciento del PIB, inclusive, en la parte alta del ciclo; pero estas no se reflejaron en una mayor generación masiva de empleo en la economía. Entramos, en lo que los técnicos llaman crecimiento sin generación de empleo.
Colombia no puede darse ese lujo, ningún país en vía de desarrollo puede hacerlo; pero el nuestro, con un conflicto político de varias décadas, con altos niveles de pobreza y marginalidad, si que menos. La generación de empleo productivo debe ser objetivo esencial y central de la política económica de quien haya de suceder a Uribe Vélez, a partir del próximo 7 de agosto.
Y en esa tarea el próximo gobierno tendrá que contar con el apoyo del Congreso de la República que elijan los colombianos el próximo 14 de marzo.
De allí la importancia de foros como el que convocó y realizó ayer la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco), seccional Cesar, con el fin de conocer las propuestas de los candidatos al parlamento por el departamento del Cesar, principalmente, en relación con tres temas trascendentales: el plan de desarrollo del próximo gobierno, el fomento al empresarismo, es decir a la creación de empresas y una mentalidad emprendedora y también en materia de seguridad integral.
Se requerirá mucha creatividad, más allá de la planeación desde las instancias oficiales, para concretar políticas de  generación masiva de empleo. Algunos candidatos presidenciales han propuestos algunas ideas: Germán Vargas Lleras, por ejemplo, considera viable estimular la construcción masiva de viviendas de interés social, sector que ha demostrado  tener una gran capacidad de generar mucha mano de obra no calificada.
El precandidato José Galat, del partido conservador, habla de crear doscientas mil nuevas empresas comunitarias; Marta Lucía Ramírez habla de aumentar la cobertura universitaria; Rafael Pardo Rueda, del partido liberal, habla de estímulos para el empleo juvenil, y los llamados tres tenores, Lucho Garzón, Enrique Peñaloza y Antanas Mokus, también hablan de volver a establecer estímulos económicos para crear más empleos, inclusive volviendo a fórmulas del profesor Keynes, hoy un poco en el olvido después de la moda de las ideas neoliberales de Friedman y Hayek.
En general, todos de una u otra manera están preocupados por el problema del desempleo, están de acuerdo en el qué?, lo que poco se conoce es el cómo?, es decir, la manera de generar empleo masiva y rápidamente en la economía colombiana, en medio de la crisis de las relaciones comerciales con Venezuela, en medio de la demora en la aprobación del Tratado de Libre Comercio (TLC) con los Estados Unidos y de una situación económica compleja, también, en Europa.
El reto no es nada fácil. Habrá que echar mano de todos los instrumentos posibles: un gasto público más selectivo y enfocado a la generación de empleo, estímulos tributarios dirigidos como lo han planteado el exministro de Hacienda del gobierno de López, Rodrigo Botero Motoya, en un trabajo coordinado con el exministro de Hacienda de Argentina, Domingo Cavallo.
Se requerirá mucha creatividad, insistimos, para afrontar el drama del desempleo, no sólo por parte del Gobierno Nacional, los gobiernos locales y el Congreso de la República que asuma el próximo 20 de julio, sino también por parte del sector sindical y empresarial que tienen una gran responsabilidad en la generación en este reto de generar alternativas de empleo para esos tres millones doscientos mil colombianos. Este debería ser un objetivo nacional, que involucre a todos los sectores en un gran pacto nacional por la generación de empleo, a la manera de España hace algunos años.