Publicidad
Categorías
Categorías
Columnista - 27 junio, 2016

Cosas del idioma

Los cambios sociales generados por las nuevas dinámicas del derecho, especialmente en lo relacionado con el género de las personas, han incidido también en nuestra manera de comunicarnos, al punto que lo que ayer era una frase gramaticalmente correcta, hoy es objeto de censura y reproche. Es el caso de la palabra: Hombre, que anteriormente […]

Boton Wpp

Los cambios sociales generados por las nuevas dinámicas del derecho, especialmente en lo relacionado con el género de las personas, han incidido también en nuestra manera de comunicarnos, al punto que lo que ayer era una frase gramaticalmente correcta, hoy es objeto de censura y reproche. Es el caso de la palabra: Hombre, que anteriormente se entendía como ser vivo de la especie humana, sin distingo de sexo. Hoy, por aquello de la igualdad de género, hay que decir hombre y mujer, pues de lo contrario se incurre en una inaceptable discriminación respecto del sexo femenino.

El Código de la Infancia, por ejemplo, hace distinción de Niño y Niña. Y la Corte Constitucional hizo lo propio, cuando en sentencia C- 804 de 2006, declaró contrario con la Constitución Política, el artículo 33 del Código Civil que defendía como válida la tesis de involucrar en una misma palabra ambos sexos, pero aclaraba que, salvo el caso que por la naturaleza de la disposición o el contexto se limiten manifiestamente a uno solo.

Pues bien, la Real Academia de la Lengua Española, tomó partido en este asunto y expresó que, por economía del lenguaje, es válido hablar, por ejemplo, de Niño o Ciudadano, para referirse a ambos sexos, y que la práctica de este tipo de desdoblamientos son innecesarios -y agrega-, la mención explícita de un sexo solo se justifica cuando la oposición de los sexos es relevante en el contexto. Como pueden ver hay dos posiciones contrapuestas, por lo que, en aras de buscar una solución salomónica, considero que es necesario tener en cuenta el contexto, pues si el ámbito es estrictamente jurídico, en menester hacer la distinción de sexos, para no incurrir en exclusiones, pero no siendo así, es válido como lo sugiere la RAE evitar hacer este tipo de desdoblamientos innecesarios.

En este orden de ideas, es perfectamente válido el fallo de la Corte Constitucional de marras, como también resultaría apropiado, si en el aula, el profesor de Historia del Arte dice: “Queridos alumnos” para referirse a todos los presentes, así los varones sean la minoría. Y hablando de idioma, sabía usted que es incorrecto decir: La maracuyá, pues lo correcto es: El maracuyá.

Columnista
27 junio, 2016

Cosas del idioma

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Dario Arregoces

Los cambios sociales generados por las nuevas dinámicas del derecho, especialmente en lo relacionado con el género de las personas, han incidido también en nuestra manera de comunicarnos, al punto que lo que ayer era una frase gramaticalmente correcta, hoy es objeto de censura y reproche. Es el caso de la palabra: Hombre, que anteriormente […]


Los cambios sociales generados por las nuevas dinámicas del derecho, especialmente en lo relacionado con el género de las personas, han incidido también en nuestra manera de comunicarnos, al punto que lo que ayer era una frase gramaticalmente correcta, hoy es objeto de censura y reproche. Es el caso de la palabra: Hombre, que anteriormente se entendía como ser vivo de la especie humana, sin distingo de sexo. Hoy, por aquello de la igualdad de género, hay que decir hombre y mujer, pues de lo contrario se incurre en una inaceptable discriminación respecto del sexo femenino.

El Código de la Infancia, por ejemplo, hace distinción de Niño y Niña. Y la Corte Constitucional hizo lo propio, cuando en sentencia C- 804 de 2006, declaró contrario con la Constitución Política, el artículo 33 del Código Civil que defendía como válida la tesis de involucrar en una misma palabra ambos sexos, pero aclaraba que, salvo el caso que por la naturaleza de la disposición o el contexto se limiten manifiestamente a uno solo.

Pues bien, la Real Academia de la Lengua Española, tomó partido en este asunto y expresó que, por economía del lenguaje, es válido hablar, por ejemplo, de Niño o Ciudadano, para referirse a ambos sexos, y que la práctica de este tipo de desdoblamientos son innecesarios -y agrega-, la mención explícita de un sexo solo se justifica cuando la oposición de los sexos es relevante en el contexto. Como pueden ver hay dos posiciones contrapuestas, por lo que, en aras de buscar una solución salomónica, considero que es necesario tener en cuenta el contexto, pues si el ámbito es estrictamente jurídico, en menester hacer la distinción de sexos, para no incurrir en exclusiones, pero no siendo así, es válido como lo sugiere la RAE evitar hacer este tipo de desdoblamientos innecesarios.

En este orden de ideas, es perfectamente válido el fallo de la Corte Constitucional de marras, como también resultaría apropiado, si en el aula, el profesor de Historia del Arte dice: “Queridos alumnos” para referirse a todos los presentes, así los varones sean la minoría. Y hablando de idioma, sabía usted que es incorrecto decir: La maracuyá, pues lo correcto es: El maracuyá.