El contralor General de la República, Edgardo Maya Villazón, dijo apocalípticamente en una entrevista publicada por el diario El Tiempo, que “Estamos al borde del abismo por la corrupción” y aseguró que si no se llega a acuerdo para erradicarla, “el Estado está peligrando”. ¿Qué más tiene que pasar para poner el freno a los […]
El contralor General de la República, Edgardo Maya Villazón, dijo apocalípticamente en una entrevista publicada por el diario El Tiempo, que “Estamos al borde del abismo por la corrupción” y aseguró que si no se llega a acuerdo para erradicarla, “el Estado está peligrando”.
¿Qué más tiene que pasar para poner el freno a los casos de corrupción en Colombia? Transparencia por Colombia acaba de plantear cuáles deben ser los cambios estructurales que se requieren en el sistema político, la justicia y el fortalecimiento de la gestión pública nacional y territorial, para salir del atolladero. ¿Será que les prestarán atención?
De acuerdo con los recientes resultados del Índice de Percepción de la Corrupción que publica cada año Transparencia Internacional, Colombia mantiene desde hace cuatro años una calificación de 37 sobre 100 puntos.
Esta calificación viene desde hace cuatro años y nada ha pasado, por el contrario, la corrupción ha tomado más fuerza, se han destapado los peores escándalos con funcionarios de todos los niveles del orden nacional, departamental y municipal, nadie se escapa.
El Índice de Transparencia Internacional, dice pone a Colombia en el puesto 96 entre 180 países, lo que indica que no ha cambiado la imagen que grupos de expertos tienen sobre el sector público colombiano en cuanto a corrupción. Y lo peor, el país cayó 6 puntos desde la última medición, pasando del puesto 90 al 96 entre los 180 países medidos.
“Colombia tiene la misma calificación que Brasil, Panamá y Perú. Y se ubica por encima de países como Salvador, Bolivia, Ecuador y México”, concluye el informe. Pero no todo está perdido en Latinoamérica, donde se destacan países como Uruguay y Chile con 70 y 67 puntos, respectivamente, mientras que las peores calificaciones corresponden a Venezuela y Haití con 18 y 22 puntos. La organización internacional hace un llamado a los candidatos a Presidencia de la República, a que se comprometan a realizar cambios en las prácticas y en las estructuras que están obstaculizando el logro de mayores resultados en la lucha contra la corrupción. Para ello se requieren reformas al sistema político permeado por la trampa, un sistema judicial que debe ser más efectivo en la lucha contra la impunidad y que se acabe con el clientelismo en el empleo público y la contratación. Además, da pistas sobre lo que debe hacer el próximo Presidente de Colombia: “Las apuestas políticas y los diseños institucionales anticorrupción, que se han planteado en las últimas décadas, se han quedado cortos frente a la gravedad de este abuso del poder. La corrupción en Colombia comparte medios y fines con el crimen organizado y las economías ilegales, por lo tanto, las acciones deben estar llenas de decisión, arrojo y valor”.
No puede suceder que los alcaldes, gobernadores, directores de entidades descentralizadas y gerentes, sigan exigiendo el 30 % del valor total de los contratos para repartirlos entre sus aliados políticos, así no habrá obra que quede bien hecha, ni programa social que tenga un final feliz.
Los consejos de Transparencia Internacional no pueden ser echados en saco roto, por algo lo están diciendo: El próximo gobierno debe dar el paso a las reformas importantes y decisivas que requiere el país: transformar el Sistema Político y el ejercicio del poder, recuperar la legitimidad de la justicia y lograr sanciones efectivas y romper con el clientelismo en el empleo público y la contratación.
El contralor General de la República, Edgardo Maya Villazón, dijo apocalípticamente en una entrevista publicada por el diario El Tiempo, que “Estamos al borde del abismo por la corrupción” y aseguró que si no se llega a acuerdo para erradicarla, “el Estado está peligrando”. ¿Qué más tiene que pasar para poner el freno a los […]
El contralor General de la República, Edgardo Maya Villazón, dijo apocalípticamente en una entrevista publicada por el diario El Tiempo, que “Estamos al borde del abismo por la corrupción” y aseguró que si no se llega a acuerdo para erradicarla, “el Estado está peligrando”.
¿Qué más tiene que pasar para poner el freno a los casos de corrupción en Colombia? Transparencia por Colombia acaba de plantear cuáles deben ser los cambios estructurales que se requieren en el sistema político, la justicia y el fortalecimiento de la gestión pública nacional y territorial, para salir del atolladero. ¿Será que les prestarán atención?
De acuerdo con los recientes resultados del Índice de Percepción de la Corrupción que publica cada año Transparencia Internacional, Colombia mantiene desde hace cuatro años una calificación de 37 sobre 100 puntos.
Esta calificación viene desde hace cuatro años y nada ha pasado, por el contrario, la corrupción ha tomado más fuerza, se han destapado los peores escándalos con funcionarios de todos los niveles del orden nacional, departamental y municipal, nadie se escapa.
El Índice de Transparencia Internacional, dice pone a Colombia en el puesto 96 entre 180 países, lo que indica que no ha cambiado la imagen que grupos de expertos tienen sobre el sector público colombiano en cuanto a corrupción. Y lo peor, el país cayó 6 puntos desde la última medición, pasando del puesto 90 al 96 entre los 180 países medidos.
“Colombia tiene la misma calificación que Brasil, Panamá y Perú. Y se ubica por encima de países como Salvador, Bolivia, Ecuador y México”, concluye el informe. Pero no todo está perdido en Latinoamérica, donde se destacan países como Uruguay y Chile con 70 y 67 puntos, respectivamente, mientras que las peores calificaciones corresponden a Venezuela y Haití con 18 y 22 puntos. La organización internacional hace un llamado a los candidatos a Presidencia de la República, a que se comprometan a realizar cambios en las prácticas y en las estructuras que están obstaculizando el logro de mayores resultados en la lucha contra la corrupción. Para ello se requieren reformas al sistema político permeado por la trampa, un sistema judicial que debe ser más efectivo en la lucha contra la impunidad y que se acabe con el clientelismo en el empleo público y la contratación. Además, da pistas sobre lo que debe hacer el próximo Presidente de Colombia: “Las apuestas políticas y los diseños institucionales anticorrupción, que se han planteado en las últimas décadas, se han quedado cortos frente a la gravedad de este abuso del poder. La corrupción en Colombia comparte medios y fines con el crimen organizado y las economías ilegales, por lo tanto, las acciones deben estar llenas de decisión, arrojo y valor”.
No puede suceder que los alcaldes, gobernadores, directores de entidades descentralizadas y gerentes, sigan exigiendo el 30 % del valor total de los contratos para repartirlos entre sus aliados políticos, así no habrá obra que quede bien hecha, ni programa social que tenga un final feliz.
Los consejos de Transparencia Internacional no pueden ser echados en saco roto, por algo lo están diciendo: El próximo gobierno debe dar el paso a las reformas importantes y decisivas que requiere el país: transformar el Sistema Político y el ejercicio del poder, recuperar la legitimidad de la justicia y lograr sanciones efectivas y romper con el clientelismo en el empleo público y la contratación.