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Columnista - 11 junio, 2010

Coordenadas del éxito

Por: Valerio Mejía Araujo “Él les dijo: Echad la red a la derecha de la barca y hallaréis. Entonces la echaron, y ya no la podían sacar, por la gran cantidad de peces. San Juan 21:6 ¿Sería posible que estuviéramos en el lugar equivocado en el momento correcto? Y no solamente de la ubicación del […]

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Por: Valerio Mejía Araujo

“Él les dijo: Echad la red a la derecha de la barca y hallaréis. Entonces la echaron, y ya no la podían sacar, por la gran cantidad de peces.

San Juan 21:6
¿Sería posible que estuviéramos en el lugar equivocado en el momento correcto? Y no solamente de la ubicación del negocio o de la casa. Puede ser que estemos ubicados en una relación equivocada, o en el estado mental equivocado, o puestas nuestras esperanzas en las circunstancias y personas equivocadas.
Tal vez necesitemos abandonar los lugares físicos, morales y espirituales que solemos frecuentar y trasladarnos a un verdadero lugar de bendición. Existe un lugar preciso, unas coordenadas donde se encuentra la bendición que tanto anhelamos, un lugar donde las oportunidades nos encontrarán, un lugar donde las bendiciones nos superarán.
La Biblia relata que Dios creó los cielos, la tierra, los océanos y los seres vivos; luego creó al hombre y lo ubicó en un buen lugar de prosperidad. Antes de crear al hombre, Dios creó lugares; y tuvo cuidado de poner al hombre en un lugar donde pudiera prosperar. Igual hoy, creo que Dios tiene un lugar especial para cada uno de nosotros. Un lugar donde encontraremos el más alto propósito, un lugar donde prosperaremos y reflejaremos la grandeza de Dios.

¡La ubicación es un asunto muy importante! Dios no nos bendecirá en cualquier lugar. Nos bendecirá allí donde se supone de debemos estar, física, emocional, mental y espiritualmente.
Amado amigo lector, hoy te animo a encontrar ese lugar de bendición. A no conformarte con menos de lo mejor que Dios tienen para darte. Por supuesto, es verdad que mientras mantengamos la fe, Dios nos bendecirá dondequiera que vayamos. Pero Dios tiene un lugar específico donde Él te ha ordenado ser bendecido, y sería triste pensar que hemos vivido toda nuestra vida a una corta distancia del verdadero lugar de bendición, que hemos trabajado toda la noche sin pescar nada, con un tremendo banco de peces tan cerca a la derecha de la barca sin saberlo.
Dios puede abrir puertas que no podemos ver si estamos en el lugar equivocado, con las personas equivocadas o en el estado anímico equivocado.
La paz interior y el seguimiento de los signos nos permiten reconocer el camino hacia mejores lugares de bendición. Los magos que vinieron del oriente siguieron la señal de una estrella para venir a adorar al niño Jesús. En el Antiguo Testamento, los hijos de Israel seguían la columna de nube de día para guiarlos por el camino y de noche la columna de fuego para alumbrarlos.
El lugar correcto es ese donde más podemos beneficiarnos de las bendiciones que Dios tiene preparadas para entregarnos. Allí experimentaremos una profunda sensación de propósito y plenitud y no solamente de recompensas financieras o cosas materiales. ¡Hay más vida que posesiones!
Cierto día, después de predecir una sequía que se extendió por tres años, Dios le habló al profeta Elías y le dijo que se mudara del lugar donde vivía y se fuera al oriente y viviera a orillas del arroyo de Querib, frente al Jordán; que allí Dios le alimentaría a través de los cuervos. Dios ordenó a los cuervos que alimentaran a Elías en aquel lugar, pero le correspondía a Elías llegar al lugar destinado por Dios. Debía obedecer.
¿Cuántos de nosotros tenemos nuestras bendiciones y provisiones listas para ser entregadas pero no estamos en posición para recibirlas? ¡Es posible que no estemos en el lugar donde tenemos que estar! ¡Existen unas coordenadas precisas donde debemos tirar la red para pescar! Debemos ubicarnos en la posición correcta para recibir las bendiciones.
Dios tiene un lugar específico donde nos ha ordenado ir para ser bendecidos. Las bendiciones no nos llegarán en cualquier parte, seremos bendecidos cuando lleguemos al lugar donde Dios quiere que estemos.
Oremos pidiendo la ayuda de Dios para que nos guíe, busquemos sus signos y señales y atrevámonos a dar el paso de fe de mudarnos a un mejor lugar. No querríamos llegar al final de nuestros días para preguntarnos qué habría pasado si hubiéramos estado dispuestos a esforzarnos para alcanzar nuestros sueños.
Elías llegó al torrente de Querib. Obedeció y Dios lo bendijo y todas sus necesidades estuvieron satisfechas. Pero un día el torrente se secó porque no había llovido sobre la tierra. Entonces Dios habló nuevamente a Elías y le dijo que se levantara y se fuera a Sarepta de Sidón y viviera allí; que había dado orden a una mujer viuda que lo sustentara allí.
Una vez más, Dios designó un lugar específico en el que Elías vería satisfechas sus necesidades. La clave era que Elías tenía que seguir los signos hasta llegar al lugar de bendición que Dios había determinado.
A veces, los torrentes se secan y los cuervos dejan de venir. A veces, Dios nos empuja hacia un nuevo lugar de bendición. Debemos estar alertas y dispuestos a seguir sus instrucciones.
Recuerda, la bendición está condicionada a estar en el lugar correcto, física, emocional, mental y espiritualmente. Si logramos permanecer en la perfecta voluntad de Dios, Él nos conducirá y nos guiará. Él derramará sus bendiciones y su favor sobre nosotros y podremos disfrutar de esa vida de victoria que Dios tiene reservada para nosotros.
¿Oramos? “Querido Señor, guíame hacia el lugar de bendición más elevado. Ayúdame a obedecer y mantenerme fiel. Te lo pido en el Nombre de Jesús. Amén.”
¡Busca los signos, avanza con determinación hacia tu lugar de bendición, asegúrate de obedecer, mantente fiel!
Te mando un abrazo en Cristo…

[email protected]

Columnista
11 junio, 2010

Coordenadas del éxito

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Valerio Mejía Araújo

Por: Valerio Mejía Araujo “Él les dijo: Echad la red a la derecha de la barca y hallaréis. Entonces la echaron, y ya no la podían sacar, por la gran cantidad de peces. San Juan 21:6 ¿Sería posible que estuviéramos en el lugar equivocado en el momento correcto? Y no solamente de la ubicación del […]


Por: Valerio Mejía Araujo

“Él les dijo: Echad la red a la derecha de la barca y hallaréis. Entonces la echaron, y ya no la podían sacar, por la gran cantidad de peces.

San Juan 21:6
¿Sería posible que estuviéramos en el lugar equivocado en el momento correcto? Y no solamente de la ubicación del negocio o de la casa. Puede ser que estemos ubicados en una relación equivocada, o en el estado mental equivocado, o puestas nuestras esperanzas en las circunstancias y personas equivocadas.
Tal vez necesitemos abandonar los lugares físicos, morales y espirituales que solemos frecuentar y trasladarnos a un verdadero lugar de bendición. Existe un lugar preciso, unas coordenadas donde se encuentra la bendición que tanto anhelamos, un lugar donde las oportunidades nos encontrarán, un lugar donde las bendiciones nos superarán.
La Biblia relata que Dios creó los cielos, la tierra, los océanos y los seres vivos; luego creó al hombre y lo ubicó en un buen lugar de prosperidad. Antes de crear al hombre, Dios creó lugares; y tuvo cuidado de poner al hombre en un lugar donde pudiera prosperar. Igual hoy, creo que Dios tiene un lugar especial para cada uno de nosotros. Un lugar donde encontraremos el más alto propósito, un lugar donde prosperaremos y reflejaremos la grandeza de Dios.

¡La ubicación es un asunto muy importante! Dios no nos bendecirá en cualquier lugar. Nos bendecirá allí donde se supone de debemos estar, física, emocional, mental y espiritualmente.
Amado amigo lector, hoy te animo a encontrar ese lugar de bendición. A no conformarte con menos de lo mejor que Dios tienen para darte. Por supuesto, es verdad que mientras mantengamos la fe, Dios nos bendecirá dondequiera que vayamos. Pero Dios tiene un lugar específico donde Él te ha ordenado ser bendecido, y sería triste pensar que hemos vivido toda nuestra vida a una corta distancia del verdadero lugar de bendición, que hemos trabajado toda la noche sin pescar nada, con un tremendo banco de peces tan cerca a la derecha de la barca sin saberlo.
Dios puede abrir puertas que no podemos ver si estamos en el lugar equivocado, con las personas equivocadas o en el estado anímico equivocado.
La paz interior y el seguimiento de los signos nos permiten reconocer el camino hacia mejores lugares de bendición. Los magos que vinieron del oriente siguieron la señal de una estrella para venir a adorar al niño Jesús. En el Antiguo Testamento, los hijos de Israel seguían la columna de nube de día para guiarlos por el camino y de noche la columna de fuego para alumbrarlos.
El lugar correcto es ese donde más podemos beneficiarnos de las bendiciones que Dios tiene preparadas para entregarnos. Allí experimentaremos una profunda sensación de propósito y plenitud y no solamente de recompensas financieras o cosas materiales. ¡Hay más vida que posesiones!
Cierto día, después de predecir una sequía que se extendió por tres años, Dios le habló al profeta Elías y le dijo que se mudara del lugar donde vivía y se fuera al oriente y viviera a orillas del arroyo de Querib, frente al Jordán; que allí Dios le alimentaría a través de los cuervos. Dios ordenó a los cuervos que alimentaran a Elías en aquel lugar, pero le correspondía a Elías llegar al lugar destinado por Dios. Debía obedecer.
¿Cuántos de nosotros tenemos nuestras bendiciones y provisiones listas para ser entregadas pero no estamos en posición para recibirlas? ¡Es posible que no estemos en el lugar donde tenemos que estar! ¡Existen unas coordenadas precisas donde debemos tirar la red para pescar! Debemos ubicarnos en la posición correcta para recibir las bendiciones.
Dios tiene un lugar específico donde nos ha ordenado ir para ser bendecidos. Las bendiciones no nos llegarán en cualquier parte, seremos bendecidos cuando lleguemos al lugar donde Dios quiere que estemos.
Oremos pidiendo la ayuda de Dios para que nos guíe, busquemos sus signos y señales y atrevámonos a dar el paso de fe de mudarnos a un mejor lugar. No querríamos llegar al final de nuestros días para preguntarnos qué habría pasado si hubiéramos estado dispuestos a esforzarnos para alcanzar nuestros sueños.
Elías llegó al torrente de Querib. Obedeció y Dios lo bendijo y todas sus necesidades estuvieron satisfechas. Pero un día el torrente se secó porque no había llovido sobre la tierra. Entonces Dios habló nuevamente a Elías y le dijo que se levantara y se fuera a Sarepta de Sidón y viviera allí; que había dado orden a una mujer viuda que lo sustentara allí.
Una vez más, Dios designó un lugar específico en el que Elías vería satisfechas sus necesidades. La clave era que Elías tenía que seguir los signos hasta llegar al lugar de bendición que Dios había determinado.
A veces, los torrentes se secan y los cuervos dejan de venir. A veces, Dios nos empuja hacia un nuevo lugar de bendición. Debemos estar alertas y dispuestos a seguir sus instrucciones.
Recuerda, la bendición está condicionada a estar en el lugar correcto, física, emocional, mental y espiritualmente. Si logramos permanecer en la perfecta voluntad de Dios, Él nos conducirá y nos guiará. Él derramará sus bendiciones y su favor sobre nosotros y podremos disfrutar de esa vida de victoria que Dios tiene reservada para nosotros.
¿Oramos? “Querido Señor, guíame hacia el lugar de bendición más elevado. Ayúdame a obedecer y mantenerme fiel. Te lo pido en el Nombre de Jesús. Amén.”
¡Busca los signos, avanza con determinación hacia tu lugar de bendición, asegúrate de obedecer, mantente fiel!
Te mando un abrazo en Cristo…

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