Las casi 4.000 hectáreas afectadas por incendios forestales, tanto en zonas rurales como urbanas, tienen en alerta máxima a los organismos de socorro y a las autoridades del departamento que se encuentra en alerta roja, por la alta incidencia de conflagraciones generadas por la agresiva época de verano. Lo ocurrido ayer en Valledupar en el […]
Las casi 4.000 hectáreas afectadas por incendios forestales, tanto en zonas rurales como urbanas, tienen en alerta máxima a los organismos de socorro y a las autoridades del departamento que se encuentra en alerta roja, por la alta incidencia de conflagraciones generadas por la agresiva época de verano.
Lo ocurrido ayer en Valledupar en el aeropuerto Alfonso López, que tuvo que suspender el aterrizaje de vuelos debido al incendio incontrolable que inició cerca de la pista, es una situación para ser analizada con detalle por las oficinas de Gestión del Riesgo Municipal y Departamental, así como por las autoridades ambientales.
Los incendios en esta época de verano no siempre son provocados por manos indiscriminadas, sino que son el efecto del cambio climático. El Cesar no es el único departamento afectado por las quemas, en la Amazonia y la Orinoquia, por ejemplo, también tienen miles de hectáreas quemadas, a pesar de ser una zona de clima húmedo. La científica Dolors Armenteras asegura que “los fuegos tienen más que ver con pastizales que con accidentes”.
En una entrevista concedida al diario capitalino El Espectador, la autora del primer Sistema de Información Geográfica de Biodiversidad con el Instituto Humboldt, dijo que sus pesquisas le revelaron que “el 99 % de los fuegos son provocados por humanos, pero las temporadas secas más largas, producto del cambio climático, provocan incendios más voraces”.
En Valledupar ayer las inmediaciones de las veredas La Guitarra y La Sierrita, cerca al corregimiento de Aguas Blancas, ardía y también hasta allá llegaron los bomberos. La Oficina para la Gestión del Riesgo de Desastres y Cambió Climático del Cesar y Corpocesar tienen registrados 32 incendios, de los cuales 18 actualmente siguen activos.
Es una labor difícil para los voluntarios del Cuerpo de Bomberos que en una temporada como esta no dan abasto para sofocar los incendios que se suscitan en el perímetro urbano y en la zona rural. La situación está tan complicada, que llegaron a Valledupar refuerzos de los bomberos de Río Sucio, Caldas, especialistas en atención de incendios forestales.
El ministro de Medio Ambiente, Luis Murillo, explicó que en temporada seca se debe evitar dejar residuos como vidrios o colillas de cigarrillo en nuestros ecosistemas. Para la experta Dolors Armenteras, “La excusa del cigarrillo y el paseo de olla, aunque verdadera, no es suficiente”, e insiste en que Colombia se incendia por manejos agrícolas y ganaderos de la tierra, para deforestar, para apropiarse de las tierras, para cazar y, en menor medida, por accidentes con colillas.
Las casi 4.000 hectáreas afectadas por incendios forestales, tanto en zonas rurales como urbanas, tienen en alerta máxima a los organismos de socorro y a las autoridades del departamento que se encuentra en alerta roja, por la alta incidencia de conflagraciones generadas por la agresiva época de verano. Lo ocurrido ayer en Valledupar en el […]
Las casi 4.000 hectáreas afectadas por incendios forestales, tanto en zonas rurales como urbanas, tienen en alerta máxima a los organismos de socorro y a las autoridades del departamento que se encuentra en alerta roja, por la alta incidencia de conflagraciones generadas por la agresiva época de verano.
Lo ocurrido ayer en Valledupar en el aeropuerto Alfonso López, que tuvo que suspender el aterrizaje de vuelos debido al incendio incontrolable que inició cerca de la pista, es una situación para ser analizada con detalle por las oficinas de Gestión del Riesgo Municipal y Departamental, así como por las autoridades ambientales.
Los incendios en esta época de verano no siempre son provocados por manos indiscriminadas, sino que son el efecto del cambio climático. El Cesar no es el único departamento afectado por las quemas, en la Amazonia y la Orinoquia, por ejemplo, también tienen miles de hectáreas quemadas, a pesar de ser una zona de clima húmedo. La científica Dolors Armenteras asegura que “los fuegos tienen más que ver con pastizales que con accidentes”.
En una entrevista concedida al diario capitalino El Espectador, la autora del primer Sistema de Información Geográfica de Biodiversidad con el Instituto Humboldt, dijo que sus pesquisas le revelaron que “el 99 % de los fuegos son provocados por humanos, pero las temporadas secas más largas, producto del cambio climático, provocan incendios más voraces”.
En Valledupar ayer las inmediaciones de las veredas La Guitarra y La Sierrita, cerca al corregimiento de Aguas Blancas, ardía y también hasta allá llegaron los bomberos. La Oficina para la Gestión del Riesgo de Desastres y Cambió Climático del Cesar y Corpocesar tienen registrados 32 incendios, de los cuales 18 actualmente siguen activos.
Es una labor difícil para los voluntarios del Cuerpo de Bomberos que en una temporada como esta no dan abasto para sofocar los incendios que se suscitan en el perímetro urbano y en la zona rural. La situación está tan complicada, que llegaron a Valledupar refuerzos de los bomberos de Río Sucio, Caldas, especialistas en atención de incendios forestales.
El ministro de Medio Ambiente, Luis Murillo, explicó que en temporada seca se debe evitar dejar residuos como vidrios o colillas de cigarrillo en nuestros ecosistemas. Para la experta Dolors Armenteras, “La excusa del cigarrillo y el paseo de olla, aunque verdadera, no es suficiente”, e insiste en que Colombia se incendia por manejos agrícolas y ganaderos de la tierra, para deforestar, para apropiarse de las tierras, para cazar y, en menor medida, por accidentes con colillas.