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Editorial - 22 septiembre, 2019

Contrabando de gas propano, bomba de tiempo

Atrás quedaron los días en el que el gas licuado de petróleo, o como lo conocemos más popularmente, gas propano, era la fuente principal generadora de fuego para los hogares.

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Atrás quedaron los días en el que el gas licuado de petróleo, o como lo conocemos más popularmente, gas propano, era la fuente principal generadora de fuego para los hogares, de uso doméstico, hasta que el gas natural llegó con enorme fuerza y firmeza para quedarse, sin decir que el gas de pipeta haya sido desplazado totalmente, mucho menos que el de metano, el de tubería, tenga el 100 % de la cobertura en el territorio, principalmente en zonas rurales donde aún es un desafío.

Precisamente, el GLP sigue presente como abastecedor de algunos sectores del comercio, y aún en menor medida en hogares hasta donde el gas natural no ha llegado por alguna razón. Según la Asociación Colombiana de GLP, Gasnova, en el Cesar se consumen 8.933.003 kilogramos de gas propano por año, “que benefician a 50.987 hogares de este departamento, es decir, 203.948 personas”.

Esto representa otros retos más complejos, pues a la par de esta magnitud de abastecimiento y demanda existen fenómenos como el contrabando, transporte ilegal del GLP, hurto de cilindros, llenaderos (parqueaderos y carrotanques que envasan cilindros de forma fraudulenta y peligrosa para los usuarios), según lo denunciado por la Gasnova.

Sin mencionar la disposición final que en el pasado, de manera ‘maquiavélica’, se le dio a los recipientes del gas propano para cometer actos de terrorismo, hechos que hoy se ven en reducidas manifestaciones, pero al saber del hurto de estos cilindros debemos mantenernos en alerta; con cierta frecuencia nuestro Ejército Nacional desactiva artefactos explosivos diseñados con estos elementos.

No nos era desconocida esta situación con el gas licuado, tanto la positiva como la negativa, pero debemos reconocer que muy pocas veces el tema ha sido tratado en nuestra agenda noticiosa, por esto celebramos que la Asociación Colombiana del GLP- Gasnova, tenga prevista una jornada de capacitación en Valledupar con Policía Nacional, Fiscalía General de la Nación, Ejército Nacional, Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios, Gobernación del Cesar, alcaldías de diferentes municipios del departamento, secretarías de Tránsito y Transporte, Bomberos, inspectores de policía, Protección al Consumidor, periodistas, entre otros.

Este tipo de problemáticas, generalmente, es noticia cuando hay percances y tragedias. Por esto debemos acudir a los llamados de prevención, generar impacto con las jornadas de socialización del diagnóstico – solución, propuestas y análisis que permitan contribuir a la mitigación del riesgo.

Es oportuno el momento para pedirle a esta asociación que comunique pautas para el manejo seguro de las pipetas y su contenido de gas propano en los hogares y establecimientos de comercio donde se utilice.

Hemos visto, por ejemplo, que un grueso número de vendedores ambulantes de comidas transporta estos cilindros, lo que representa un riesgo para la seguridad de todos, versus un mecanismo de sustento económico para los hogares de estos vendedores informales.

Editorial
22 septiembre, 2019

Contrabando de gas propano, bomba de tiempo

Atrás quedaron los días en el que el gas licuado de petróleo, o como lo conocemos más popularmente, gas propano, era la fuente principal generadora de fuego para los hogares.


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Atrás quedaron los días en el que el gas licuado de petróleo, o como lo conocemos más popularmente, gas propano, era la fuente principal generadora de fuego para los hogares, de uso doméstico, hasta que el gas natural llegó con enorme fuerza y firmeza para quedarse, sin decir que el gas de pipeta haya sido desplazado totalmente, mucho menos que el de metano, el de tubería, tenga el 100 % de la cobertura en el territorio, principalmente en zonas rurales donde aún es un desafío.

Precisamente, el GLP sigue presente como abastecedor de algunos sectores del comercio, y aún en menor medida en hogares hasta donde el gas natural no ha llegado por alguna razón. Según la Asociación Colombiana de GLP, Gasnova, en el Cesar se consumen 8.933.003 kilogramos de gas propano por año, “que benefician a 50.987 hogares de este departamento, es decir, 203.948 personas”.

Esto representa otros retos más complejos, pues a la par de esta magnitud de abastecimiento y demanda existen fenómenos como el contrabando, transporte ilegal del GLP, hurto de cilindros, llenaderos (parqueaderos y carrotanques que envasan cilindros de forma fraudulenta y peligrosa para los usuarios), según lo denunciado por la Gasnova.

Sin mencionar la disposición final que en el pasado, de manera ‘maquiavélica’, se le dio a los recipientes del gas propano para cometer actos de terrorismo, hechos que hoy se ven en reducidas manifestaciones, pero al saber del hurto de estos cilindros debemos mantenernos en alerta; con cierta frecuencia nuestro Ejército Nacional desactiva artefactos explosivos diseñados con estos elementos.

No nos era desconocida esta situación con el gas licuado, tanto la positiva como la negativa, pero debemos reconocer que muy pocas veces el tema ha sido tratado en nuestra agenda noticiosa, por esto celebramos que la Asociación Colombiana del GLP- Gasnova, tenga prevista una jornada de capacitación en Valledupar con Policía Nacional, Fiscalía General de la Nación, Ejército Nacional, Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios, Gobernación del Cesar, alcaldías de diferentes municipios del departamento, secretarías de Tránsito y Transporte, Bomberos, inspectores de policía, Protección al Consumidor, periodistas, entre otros.

Este tipo de problemáticas, generalmente, es noticia cuando hay percances y tragedias. Por esto debemos acudir a los llamados de prevención, generar impacto con las jornadas de socialización del diagnóstico – solución, propuestas y análisis que permitan contribuir a la mitigación del riesgo.

Es oportuno el momento para pedirle a esta asociación que comunique pautas para el manejo seguro de las pipetas y su contenido de gas propano en los hogares y establecimientos de comercio donde se utilice.

Hemos visto, por ejemplo, que un grueso número de vendedores ambulantes de comidas transporta estos cilindros, lo que representa un riesgo para la seguridad de todos, versus un mecanismo de sustento económico para los hogares de estos vendedores informales.