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Columnista - 7 octubre, 2024

Construyamos nuestra propia identidad de desarrollo, más allá de comparaciones

En el debate público de Valledupar, es común escuchar a los funcionarios justificar decisiones importantes como la toma de empréstitos, establecer concesiones, sociedades de economía mixta, megaobras o la creación de nuevos impuestos, diciendo que "eso funciona en otras ciudades".

Boton Wpp

En el debate público de Valledupar, es común escuchar a los funcionarios justificar decisiones importantes como la toma de empréstitos, establecer concesiones, sociedades de economía mixta, megaobras o la creación de nuevos impuestos, diciendo que “eso funciona en otras ciudades”. El ejemplo más frecuente es Barranquilla, una ciudad que ha logrado un crecimiento económico destacado y se presenta como modelo a seguir. Sin embargo, vale la pena recordar que los resultados que vemos en Barranquilla no son el producto de decisiones apresuradas, sino de décadas de esfuerzo, una estrecha colaboración público-privada y una planeación cuidadosa a largo plazo.

Un factor clave en el desarrollo de Barranquilla ha sido la labor de ProBarranquilla, una agencia que ha promovido la inversión extranjera y el desarrollo empresarial en la ciudad, consolidando una plataforma de crecimiento sostenible. ProBarranquilla ha jugado un rol determinante en atraer inversión, facilitando que empresas se establezcan en la región, generen empleo y promuevan desarrollo económico. Este enfoque ha permitido a Barranquilla no solo desarrollar grandes infraestructuras, sino también diversificar su economía en sectores clave como la tecnología, la logística y los servicios. La confianza construida entre el sector público y privado ha sido clave de este éxito, permitiendo que los gremios no solo sean consultores de campaña o consultores para el plan de desarrollo, sino aliados permanentes en la construcción de soluciones.

En Valledupar, contamos con instituciones valiosas como el CUEES, los gremios, el observatorio económico de la Cámara de Comercio, el NAF de la Universidad Popular del Cesar, el programa “Valledupar Cómo Vamos” y organizaciones como CESORE, que han contribuido con propuestas claras para el desarrollo económico de la región. CESORE, por ejemplo, ha señalado la necesidad de una transición económica post-carbono, aprovechando sectores como la agroindustria y el turismo, y resaltando la importancia de políticas que fortalezcan estos sectores sin imponer más cargas fiscales​.

Replicar modelos de éxito de otras ciudades sin considerar nuestra realidad local puede ser peligroso. Valledupar enfrenta un contexto muy diferente, donde la informalidad laboral supera el 60 %, el desempleo sobre el 10 %, y la competitividad de la región sigue rezagada​.

Implementar nuevos impuestos o medidas restrictivas en este escenario, lejos de resolver los problemas, podría agravar la situación. Estas medidas tendrían un impacto negativo en nuestro débil tejido empresarial, y que es la columna vertebral de la economía local. Aumentar la carga fiscal en una región con tantos desafíos no solo puede frenar el crecimiento, sino también inhibir la creación de empleo y la inversión, obstaculizando la formalización de las empresas.

La solución no está en copiar ciegamente el éxito de otras ciudades, sino en construir nuestra propia identidad de desarrollo. Valledupar tiene fortalezas únicas que deben ser aprovechadas mediante una colaboración estrecha con el sector privado. Debemos fortalecer la confianza entre las instituciones públicas y los gremios empresariales, trabajando juntos para diseñar políticas de desarrollo que respondan a nuestras particularidades.

El desarrollo de Valledupar no debe estar condicionado por la imitación de otras ciudades, calcando sus estrategias, sí se pueden tener como referencia. En el comercio existe el término “Benchmarking” que consiste en tomar como referencia los mejores aspectos o prácticas de otras empresas, ya sean competidoras o no, y adaptarlos a la propia empresa agregándoles mejoras.

Necesitamos una estrategia que se base en nuestra propia identidad, que reconozca las fortalezas y desafíos locales, y que apueste por una colaboración sólida y confiable con el sector privado. De esta manera, podemos construir un futuro más próspero, sostenible y justo para todos los habitantes del Cesar.

Ricardo Reyes

Presidente Junta Directiva Fenalco

Columnista
7 octubre, 2024

Construyamos nuestra propia identidad de desarrollo, más allá de comparaciones

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Ricardo Reyes

En el debate público de Valledupar, es común escuchar a los funcionarios justificar decisiones importantes como la toma de empréstitos, establecer concesiones, sociedades de economía mixta, megaobras o la creación de nuevos impuestos, diciendo que "eso funciona en otras ciudades".


En el debate público de Valledupar, es común escuchar a los funcionarios justificar decisiones importantes como la toma de empréstitos, establecer concesiones, sociedades de economía mixta, megaobras o la creación de nuevos impuestos, diciendo que “eso funciona en otras ciudades”. El ejemplo más frecuente es Barranquilla, una ciudad que ha logrado un crecimiento económico destacado y se presenta como modelo a seguir. Sin embargo, vale la pena recordar que los resultados que vemos en Barranquilla no son el producto de decisiones apresuradas, sino de décadas de esfuerzo, una estrecha colaboración público-privada y una planeación cuidadosa a largo plazo.

Un factor clave en el desarrollo de Barranquilla ha sido la labor de ProBarranquilla, una agencia que ha promovido la inversión extranjera y el desarrollo empresarial en la ciudad, consolidando una plataforma de crecimiento sostenible. ProBarranquilla ha jugado un rol determinante en atraer inversión, facilitando que empresas se establezcan en la región, generen empleo y promuevan desarrollo económico. Este enfoque ha permitido a Barranquilla no solo desarrollar grandes infraestructuras, sino también diversificar su economía en sectores clave como la tecnología, la logística y los servicios. La confianza construida entre el sector público y privado ha sido clave de este éxito, permitiendo que los gremios no solo sean consultores de campaña o consultores para el plan de desarrollo, sino aliados permanentes en la construcción de soluciones.

En Valledupar, contamos con instituciones valiosas como el CUEES, los gremios, el observatorio económico de la Cámara de Comercio, el NAF de la Universidad Popular del Cesar, el programa “Valledupar Cómo Vamos” y organizaciones como CESORE, que han contribuido con propuestas claras para el desarrollo económico de la región. CESORE, por ejemplo, ha señalado la necesidad de una transición económica post-carbono, aprovechando sectores como la agroindustria y el turismo, y resaltando la importancia de políticas que fortalezcan estos sectores sin imponer más cargas fiscales​.

Replicar modelos de éxito de otras ciudades sin considerar nuestra realidad local puede ser peligroso. Valledupar enfrenta un contexto muy diferente, donde la informalidad laboral supera el 60 %, el desempleo sobre el 10 %, y la competitividad de la región sigue rezagada​.

Implementar nuevos impuestos o medidas restrictivas en este escenario, lejos de resolver los problemas, podría agravar la situación. Estas medidas tendrían un impacto negativo en nuestro débil tejido empresarial, y que es la columna vertebral de la economía local. Aumentar la carga fiscal en una región con tantos desafíos no solo puede frenar el crecimiento, sino también inhibir la creación de empleo y la inversión, obstaculizando la formalización de las empresas.

La solución no está en copiar ciegamente el éxito de otras ciudades, sino en construir nuestra propia identidad de desarrollo. Valledupar tiene fortalezas únicas que deben ser aprovechadas mediante una colaboración estrecha con el sector privado. Debemos fortalecer la confianza entre las instituciones públicas y los gremios empresariales, trabajando juntos para diseñar políticas de desarrollo que respondan a nuestras particularidades.

El desarrollo de Valledupar no debe estar condicionado por la imitación de otras ciudades, calcando sus estrategias, sí se pueden tener como referencia. En el comercio existe el término “Benchmarking” que consiste en tomar como referencia los mejores aspectos o prácticas de otras empresas, ya sean competidoras o no, y adaptarlos a la propia empresa agregándoles mejoras.

Necesitamos una estrategia que se base en nuestra propia identidad, que reconozca las fortalezas y desafíos locales, y que apueste por una colaboración sólida y confiable con el sector privado. De esta manera, podemos construir un futuro más próspero, sostenible y justo para todos los habitantes del Cesar.

Ricardo Reyes

Presidente Junta Directiva Fenalco