A pesar de las consultas previas, algunas comunidades siguen en desacuerdo con el proyecto, incluso hay conflictos entre familias, por las compensaciones, que habrían llegado a la violencia.
La suspensión indefinida de la construcción del parque eólico Windpeshi, en la alta Guajira, ha acaparado la atención de gran parte del país, puesto que este es uno de los proyectos más grandes para la transición energética en Colombia.
El argumento de la empresa Enel es que debido a los constantes bloqueos de las comunidades wayuu, las obras solo han avanzado en un 40 %, aunque deberían estar en un fase final, lo que ha generado millonarios sobrecostos.
PREOCUPACIÓN
Tanto el Ministerio de Minas, como expertos de la industria y otros sectores del departamento han lamentado la decisión de la compañía de energías renovables.
Lea: Enel suspendió de forma indefinida construcción de parque eólico en La Guajira
Recientemente, la Asociación de empresarios y comerciantes de Uribia, municipio donde está proyectada la instalación de los molinos de viento, expresó su preocupación por esta situación.
El gremio advierte que la posible salida de Enel del territorio es una “amenaza a la economía municipal y por consiguiente una vulneración al derecho al trabajo digno” habida cuenta de la utilización de mano de obra local, servicios de hospedaje, provisiones de víveres, combustible, entre otros.
¿UNA DISPUTA POR EL TERRITORIO?
En un recorrido que hizo el medio de comunicación La Silla Vacía por la zona donde se desarrollaban las obras, una habitante afirmó que a raíz de las ayudas y compensaciones ofrecidas, “las personas empezaron a pelear territorios, porque entre más tienes, más dinero tomas”.
Además de las disputas entre familias, algunas comunidades siguen inconformes con el desarrollo de este y otros proyectos, a pesar de las múltiples consultas previas que ha realizado Enel, según Minminas.
Yamile Silva, de la comunidad Kululumana, dijo a la citada casa editorial que uno de los principales impactos que dejará el parque eólico “es el paso por el cementerio”, lo que, según la cultura wayuu, “intranquiliza a los ancestros que están descansando”.
Lea: “Pierde el país”: exministro de Minas sobre suspensión del parque eólico en La Guajira
Es preciso mencionar que hay decenas de proyectos que están en proceso, pero solo Enel estaba en fase de ejecución.
Otras fuentes señalan que al ser un territorio “ancestral”, no es común el flujo de personas externas a la zona, ni la construcción de vías en ciertos lugares; “es como pasar por el patio de mi casa”, señalan.
A pesar de las consultas previas, algunas comunidades siguen en desacuerdo con el proyecto, incluso hay conflictos entre familias, por las compensaciones, que habrían llegado a la violencia.
La suspensión indefinida de la construcción del parque eólico Windpeshi, en la alta Guajira, ha acaparado la atención de gran parte del país, puesto que este es uno de los proyectos más grandes para la transición energética en Colombia.
El argumento de la empresa Enel es que debido a los constantes bloqueos de las comunidades wayuu, las obras solo han avanzado en un 40 %, aunque deberían estar en un fase final, lo que ha generado millonarios sobrecostos.
PREOCUPACIÓN
Tanto el Ministerio de Minas, como expertos de la industria y otros sectores del departamento han lamentado la decisión de la compañía de energías renovables.
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Recientemente, la Asociación de empresarios y comerciantes de Uribia, municipio donde está proyectada la instalación de los molinos de viento, expresó su preocupación por esta situación.
El gremio advierte que la posible salida de Enel del territorio es una “amenaza a la economía municipal y por consiguiente una vulneración al derecho al trabajo digno” habida cuenta de la utilización de mano de obra local, servicios de hospedaje, provisiones de víveres, combustible, entre otros.
¿UNA DISPUTA POR EL TERRITORIO?
En un recorrido que hizo el medio de comunicación La Silla Vacía por la zona donde se desarrollaban las obras, una habitante afirmó que a raíz de las ayudas y compensaciones ofrecidas, “las personas empezaron a pelear territorios, porque entre más tienes, más dinero tomas”.
Además de las disputas entre familias, algunas comunidades siguen inconformes con el desarrollo de este y otros proyectos, a pesar de las múltiples consultas previas que ha realizado Enel, según Minminas.
Yamile Silva, de la comunidad Kululumana, dijo a la citada casa editorial que uno de los principales impactos que dejará el parque eólico “es el paso por el cementerio”, lo que, según la cultura wayuu, “intranquiliza a los ancestros que están descansando”.
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Es preciso mencionar que hay decenas de proyectos que están en proceso, pero solo Enel estaba en fase de ejecución.
Otras fuentes señalan que al ser un territorio “ancestral”, no es común el flujo de personas externas a la zona, ni la construcción de vías en ciertos lugares; “es como pasar por el patio de mi casa”, señalan.