‘Nosce te ipsum’. Este aforismo estaba inscrito desde la antigüedad griega en el templo de Delfos, en Atenas. Era una invitación a la inteligencia humana, derivada de la gran ilustración griega, a proponerse, como regla, comprender la condición humana y guiar la vida práctica. ‘Nosce te ipsum’ traduce “conócete a ti mismo”. En “Diálogos de […]
‘Nosce te ipsum’. Este aforismo estaba inscrito desde la antigüedad griega en el templo de Delfos, en Atenas. Era una invitación a la inteligencia humana, derivada de la gran ilustración griega, a proponerse, como regla, comprender la condición humana y guiar la vida práctica.
‘Nosce te ipsum’ traduce “conócete a ti mismo”. En “Diálogos de Platón”, él recuerda como su maestro Sócrates lo expresaba como una forma de lograr el camino a la comprensión y producción de conocimiento correcto y verdadero. Si no te conoces no podrás conocer tu mundo que en plural vives con los demás. Es una regla válida y vigente.
En la actividad política colombiana actual, este aforismo debe ser seguido por todos los partidos políticos, los políticos y la ciudadanía, y ese “conócete a ti mismo” tiene que ser enriquecido “en tus instituciones republicanas” para que el ejercicio de la política sea deliberativo, libre, igualitario, pacífico y democrático.
La actividad política no puede seguir siendo un campo de batalla en la que se utilice cualquier arma. El arma propia de la política es el diálogo razonable y plural cargado de argumentaciones. La actividad política se legitima en lo público mediante instituciones que sean aceptadas como legítimas y adecuadas para garantizar la vida republicana.
La crisis actual, no es tan actual porque Colombia vive en un largo conflicto armado; es una sociedad política en crisis. Por algo, existe un prolongado conflicto de corte político como lo enseña la realidad que se está negociando en La Habana con una guerrilla que le declaró la guerra al Estado. Se han realizado otras negociaciones y la guerra continúa.
La crisis del poder judicial no es sólo la que vemos en la actualidad. Es una crisis amplia en la que hay impunidad, no justicia pronta, congestión, muchas altas cortes, centralismo en la administración de justicia y la existencia, todavía, de cortes de casación.
Y no es solamente el poder judicial el que está en crisis, también el parlamento presenta comportamientos que la gente no aprueba y atenta contra su legitimidad.
El centro del país y la periferia atrapados por la corrupción: La Fiscalía, Procuraduría, Contraloría, Registraduría y el Consejo Nacional Electoral han sido y son ineficaces para luchar contra la corrupción. No se termina un escándalo cuando otros salen a luz.
Reformas van y reforman vienen, no obstante, la des-legitimización de los poderes públicos no desaparece, por el contrario, no deja de crecer. Una secreta reforma constitucional hace trámite en el parlamento que se deriva de acuerdos excluyentes de partidos políticos hegemónicos y la deliberación pública acerca de la crisis no se da.
De la crisis no saldremos fácilmente. Lo primero es conocer nuestras instituciones y el porqué de la crisis. Conocer los motivos por los cuales no hemos salido de un prolongado conflicto armado. Todos sabemos que estamos en crisis. No saldremos de allí con los acuerdos de los poderes públicos porque los poderes coordinados son un peligro para la libertad y la democracia.
Conócete a ti mismo y a tus instituciones es la tarea del momento. Nuestra república es centralista con un presidencialismo monárquico. Este es el primer elemento que no podemos dejar a un lado, por lo tanto, lo que está en crisis es el modelo centralista, andino y de élites que excluye la democracia. Es el modelo político de 1886 lo que hace crisis.
‘Nosce te ipsum’. Este aforismo estaba inscrito desde la antigüedad griega en el templo de Delfos, en Atenas. Era una invitación a la inteligencia humana, derivada de la gran ilustración griega, a proponerse, como regla, comprender la condición humana y guiar la vida práctica. ‘Nosce te ipsum’ traduce “conócete a ti mismo”. En “Diálogos de […]
‘Nosce te ipsum’. Este aforismo estaba inscrito desde la antigüedad griega en el templo de Delfos, en Atenas. Era una invitación a la inteligencia humana, derivada de la gran ilustración griega, a proponerse, como regla, comprender la condición humana y guiar la vida práctica.
‘Nosce te ipsum’ traduce “conócete a ti mismo”. En “Diálogos de Platón”, él recuerda como su maestro Sócrates lo expresaba como una forma de lograr el camino a la comprensión y producción de conocimiento correcto y verdadero. Si no te conoces no podrás conocer tu mundo que en plural vives con los demás. Es una regla válida y vigente.
En la actividad política colombiana actual, este aforismo debe ser seguido por todos los partidos políticos, los políticos y la ciudadanía, y ese “conócete a ti mismo” tiene que ser enriquecido “en tus instituciones republicanas” para que el ejercicio de la política sea deliberativo, libre, igualitario, pacífico y democrático.
La actividad política no puede seguir siendo un campo de batalla en la que se utilice cualquier arma. El arma propia de la política es el diálogo razonable y plural cargado de argumentaciones. La actividad política se legitima en lo público mediante instituciones que sean aceptadas como legítimas y adecuadas para garantizar la vida republicana.
La crisis actual, no es tan actual porque Colombia vive en un largo conflicto armado; es una sociedad política en crisis. Por algo, existe un prolongado conflicto de corte político como lo enseña la realidad que se está negociando en La Habana con una guerrilla que le declaró la guerra al Estado. Se han realizado otras negociaciones y la guerra continúa.
La crisis del poder judicial no es sólo la que vemos en la actualidad. Es una crisis amplia en la que hay impunidad, no justicia pronta, congestión, muchas altas cortes, centralismo en la administración de justicia y la existencia, todavía, de cortes de casación.
Y no es solamente el poder judicial el que está en crisis, también el parlamento presenta comportamientos que la gente no aprueba y atenta contra su legitimidad.
El centro del país y la periferia atrapados por la corrupción: La Fiscalía, Procuraduría, Contraloría, Registraduría y el Consejo Nacional Electoral han sido y son ineficaces para luchar contra la corrupción. No se termina un escándalo cuando otros salen a luz.
Reformas van y reforman vienen, no obstante, la des-legitimización de los poderes públicos no desaparece, por el contrario, no deja de crecer. Una secreta reforma constitucional hace trámite en el parlamento que se deriva de acuerdos excluyentes de partidos políticos hegemónicos y la deliberación pública acerca de la crisis no se da.
De la crisis no saldremos fácilmente. Lo primero es conocer nuestras instituciones y el porqué de la crisis. Conocer los motivos por los cuales no hemos salido de un prolongado conflicto armado. Todos sabemos que estamos en crisis. No saldremos de allí con los acuerdos de los poderes públicos porque los poderes coordinados son un peligro para la libertad y la democracia.
Conócete a ti mismo y a tus instituciones es la tarea del momento. Nuestra república es centralista con un presidencialismo monárquico. Este es el primer elemento que no podemos dejar a un lado, por lo tanto, lo que está en crisis es el modelo centralista, andino y de élites que excluye la democracia. Es el modelo político de 1886 lo que hace crisis.